Una explosión ocurrida la jornada del miércoles en el Internado Nacional Barros Arana (INBA) ha generado gran consternación en la ciudadanía, porque de los 35 estudiantes heridos, 11 de ellos se encuentran en estado crítico y 5 cinco en riesgo vital.
Este jueves, el ministro de Educación, Nicolás Cataldo, se reunió con las autoridades del establecimiento, de la Dirección de Educación Municipal de Santiago y con el delegado presidencial de la Región Metropolitana (RM), Gonzalo Durán, para trazar un plan de intervención tanto en materia de seguridad como de acompañamiento psicosocial a la comunidad del INBA. Mientras, Unicef Chile manifestó a través de sus redes sociales que “la violencia nunca debe ser utilizada como un método para expresar demandas o solucionar conflictos“.
Al respecto, el académico y ex director del Departamento de Psicología de la Universidad de Chile, Pablo Valdivieso, sostuvo que “este es un tema no fácil de enfrentar”.
“Porque la violencia como fenómeno social y, por lo tanto, también como fenómeno en el ámbito escolar es multicausal, donde hay aprendizajes sociales al respecto. Por ende, hay que tomarlo con mucha calma, con mucha sabiduría y entendiendo que las comunidades escolares son fundamentalmente espacios educativos y no lugares que tengan como finalidad generar debidos procesos o enjuiciar estudiantes”, explicó.
Asimismo, el especialista detalló que el “giro” de las comunidades escolares es la educación y la formación: “Y eso genera una complejidad que implica que hay que permitir entonces que sean las propias comunidades quienes mediante sus reglamentos internos de convivencia sean capaces de ponderar los hechos. Por lo tanto, tomar las decisiones que tengan que tomar”.
“¿Qué podemos entender por violencia? Es toda aquella acción que implica el uso de la fuerza contra la voluntad de quien vive esa fuerza, y que lo obliga hacer aquello que no haría por su propia voluntad. Y esa violencia no es necesariamente de la escuela, es una violencia social que se puede manifestar ahí”, aseveró.
En la misma línea, sostuvo que “este mundo ha sido construido en parte importante a través de la violencia“.
“La conquista son actos violentos, pero que eran vistos como actos de gran valentía, uno prende la televisión y ve que los programas deportivos se dirimen con violencia también, tenemos violencia en los estadios, violencia social, violencia delincuencial. Por lo mismo, el fenómeno de la violencia es algo que está culturalmente instalado y lo que también está instalado es la ley del más fuerte y la tendencia a dirimir los conflictos por la fuerza”, reflexionó.
Así, el doctor en Psicología Social explicó que: “Como cada subgrupo dentro de la sociedad comprende lo que es violencia, entonces, éstas es diferente. Por ello, cuando alguien te dice que para los estudiantes puede ser violento que exista fuerza policial afuera del colegio, es muy probable (que así sea), porque desde su subjetividad eso puede ser violento”.
“También es violento que en una comunidad escolar como la que hoy nos congrega, reviente o se inflame una bomba molotov, que además implique que haya una explosión y que tengamos 35 personas heridas. En definitiva, uno podría decir que la violencia deviene cuando fracasa la capacidad de tramitar los conflictos de una manera diferente que no sea el uso de la fuerza”, dijo Valdivieso.
Respecto a cómo enfrentar situaciones como la que ocurrió en el INBA, el académico de la Casa de Bello señaló que: “Primero, la sociedad es la llamada para ello, pero en la escuela, es la misma comunidad escolar, la que tiene que ser capaz fundamentalmente, porque las escuelas son espacios formativos. Por ende, tenemos que enseñar y aprender en torno a cómo convivir al interior de un establecimiento educacional.
“La sanción no necesariamente enseña a cómo vivir. Si uno mira la normativa, por ejemplo la Ley Aula Segura, lo que determina es la conducta que no hay que realizar y la sanción, pero no explica por qué no se tiene que vivir esa conducta, no hace educación, tiene la fantasía de que el sólo hecho de que se sancione un comportamiento va implicar que las personas no lo van hacer y eso está probado y comprobado que no funciona, ni en la violencia en el ámbito escolar, ni en la violencia social. Hoy tenemos en este país, una de las tasas más altas de Latinoamérica de personas privadas de libertad y no por eso necesariamente disminuye la delincuencia”, afirmó.
En ese sentido, Valdivieso enfatizó en que “la labor educativa y preventiva que hagan las escuelas es muy importante, de manera tal que los estudiantes tomen consciencia de que cada vez que usan la fuerza, de alguna manera están imposibilitando que el conflicto sobre el cual se está trabajando, o que existe en la subjetividad de ellos, se puede tramitar de una manera diferente que no sea utilizando la fuerza”.