La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, dijo el domingo que Ucrania “puede contar” con el apoyo del bloque tras los últimos ataques “horribles” con misiles rusos. El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, condenó los “inaceptables” ataques, que tuvieron como objetivo “civiles e instalaciones energéticas”. Por su parte, el presidente francés, Emmanuel Macron, afirmó que el mandatario ruso, Vladimir Putin, “no quiere la paz” con Kiev y “no está listo para negociarla”.
En Estados Unidos, mientras tanto, el presidente Joe Biden autorizó a Ucrania a usar misiles estadounidenses de largo alcance contra objetivos militares en Rusia, horas después de un bombardeo masivo ruso contra la red eléctrica ucraniana.
Un funcionario de la administración estadounidense, que habló bajo condición de anonimato, confirmó las informaciones de The New York Times y The Washington Post, indicando que esta decisión se adoptó en respuesta al despliegue de tropas norcoreanas para ayudar a Moscú en la guerra contra Ucrania.
La decisión se dio a conocer horas después de un bombardeo masivo ruso contra las infraestructuras energéticas de Ucrania, que dejó al menos 11 muertos y obligó al país a anunciar cortes eléctricos el lunes. La medida se produce en momentos en que se acerca el temido invierno en estas regiones de Europa.
La autorización dada a Kiev por Joe Biden para utilizar misiles estadounidenses de largo alcance en territorio ruso puede “echar más leña al fuego” en el conflicto de Ucrania, declaró el lunes el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov. De confirmarse oficialmente por Washington, esta autorización conduciría a “una situación fundamentalmente nueva en cuanto a la implicación de Estados Unidos en este conflicto”, advirtió el portavoz.
El masivo bombardeo ruso generó una cascada de condenas internacionales contra el gobierno del presidente Vladimir Putin. El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, afirmó el domingo que Rusia había lanzado 120 misiles y 90 drones hacia Kiev, así como hacia el sur, el centro y el extremo occidental del país.
El jefe de la diplomacia ucraniana, Andrii Sibiga, calificó el ataque como “uno de los mayores” lanzados por Moscú desde el inicio de la invasión rusa en febrero de 2022. Por su parte, el Ministerio de Defensa ruso afirmó haber alcanzado todos sus objetivos en un ataque contra “infraestructuras energéticas esenciales de apoyo al complejo militar-industrial ucraniano”.
Muchos temen que este tercer invierno de guerra sea el más duro hasta la fecha. Rusia ya ha destruido la mitad de la capacidad energética de la exrepública soviética con sus ataques con drones y misiles en estos casi tres años de guerra, según Kiev.
‘Biden responde con el lenguaje que entiende Putin’, dice Polonia
Ucrania llevaba tiempo pidiendo la autorización para usar armas occidentales de largo alcance con el fin de atacar las bases desde las cuales Rusia lanza sus bombardeos y contrarrestar el avance de las tropas rusas en el este. Hasta ahora, los países de la OTAN se mostraban reticentes a esta petición por temor a una escalada. Sin embargo, Biden, que dejará el poder en enero, acabó por dar esta autorización.
Zelenski reaccionó con prudencia el domingo ante estas informaciones. Recordando la importancia de la “capacidad de largo alcance” de su ejército, Zelenski señaló simplemente: “Hoy, numerosos medios informan que hemos recibido la autorización de tomar medidas adecuadas”.
Polonia, un país de la OTAN limítrofe con Ucrania, celebró la decisión estadounidense. Biden “respondió con un lenguaje que Vladimir Putin entiende” ante la reciente “entrada en guerra de tropas norcoreanas y el bombardeo masivo con misiles rusos”, afirmó en la red social X el canciller polaco, Radoslaw Sikorski.
Según Kiev, unos 11 mil soldados norcoreanos ya están desplegados en Rusia y habrían empezado a combatir en la región rusa de Kursk, controlada parcialmente por tropas ucranianas.
El canciller ucraniano declaró que los bombardeos masivos rusos son “la verdadera respuesta” de Putin a los dirigentes “que le llamaron o le visitaron” recientemente. Kiev manifestó su molestia el viernes por una llamada telefónica entre el jefe de gobierno alemán, Olaf Scholz, y Putin, la primera desde diciembre de 2022.
Muy criticado por esa conversación telefónica, Scholz reiteró el domingo su apoyo a Ucrania y aseguró que no se tomará “ninguna decisión” sin su participación para salir de la guerra. Hablar con Putin equivale a “abrir la caja de Pandora”, estimó el presidente ucraniano.