“Estamos metidos en una especie de trampa donde lo ideológico se robó la conversación”. Ese es el diagnóstico del ex superintendente de Pensiones y académico de la Universidad de Chile, Guillermo Larraín, sobre el debate previsional.
En conversación con la primera edición de Radioanálisis, el economista aseguró que la discusión sobre la reforma de pensiones del Gobierno ha estado demasiado guiada por la defensa del modelo de cuentas individuales y se ha dejado de lado lo pragmático.
“Yo creo que todo el mundo hoy día está avanzando hacia sistemas mixtos que tratan de darle roles distintos a componentes de ahorro en cuentas individuales, ahorro en cuentas colectivas y esquemas de seguro social. Son muchos instrumentos que necesitan los sistemas de seguridad social para poder ser sostenibles y en Chile por esta pelea ideológica absurda, no estamos mirando con el pragmatismo que requiere el mejorar las pensiones”, estimó.
En esa misma línea, Larraín puso en duda el argumento de la oposición de que, para subir el monto de las jubilaciones, basta con aumentar la Pensión Garantizada Universal.
A juicio del exsuperintendente, la PGU, “en la medida en que logremos buscar financiamiento sustentable va a ayudar a eliminar el problema de la pobreza en la vejez y eso es una gran noticia, pero el problema son las capas medias”.
El académico afirmó que lo complejo es el caso de “las personas que tienen hoy día 60 años, las mujeres de mi generación, que empiezan a jubilar este año y los hombres que se van a jubilar dentro de cinco”.
“Esa generación que entró al mercado del trabajo justo después de la crisis del 82, con tasas de desempleo gigantescas en aquella época, son personas que tienen una laguna previsional enorme en sus inicios y que cuando tienen un sistema de pensiones demasiado basado en la acumulación de ahorro, esa laguna previsional les pesa mucho en el ahorro acumulado al final de su vida laboral”, explicó.
Asimismo, el economista planteo que: “La PGU es muy útil para personas de ingresos muy bajos, los sectores más precarios y pobres de la sociedad, pero para los sectores medios nos faltan instrumentos y eso es todo el desafío que tenemos hoy día por delante”.
Pese a que reconoció que en estos momentos “el problema demográfico es realmente agudo, en el sentido de que el envejecimiento de la población chilena es muy acelerado y eso impide pensar en un avance hacia un sistema de reparto total”; Larraín también señaló que “seguir en un sistema de pura capitalización individual es problemático, porque la productividad del capital también ha caído”.
“Hay que buscar ir a un sistema mixto, un sistema mixto que tenga más instrumentos y más capacidad de irse ajustando a través del tiempo”, dijo.