Tras anunciar que despojaría a los cerca de dos millones de palestinos de la Franja de Gaza, Donald Trump dijo que Estados Unidos tomaría el control de ese territorio para desarrollar la Riviera del Medio Oriente.
“Estados Unidos tomará control de la Franja de Gaza, la trabajaremos, seremos los dueños y desmantelaremos la cantidad de bombas que no explotaron y fueron dejadas a los lados, destruiremos edificios, la dejaremos plana para un desarrollo económico que generará un número ilimitado de empleos y vivienda para los habitantes a la gente de esa área”, sostuvo el mandatario estadounidense.
Por su parte, Benjamín Netanyahu dijo que esta era una idea válida que se tenía que considerar.
Trump no aclaró a donde enviaría a los Palestinos en caso de que estos acepten salir de su tierra, pero dijo que países como Jordania y Egipto aceptarían recibirlos. El republicano tampoco aclaró si enviará tropas para ocupar el territorio, ni qué tanto tiempo duraría tomar control. Según él, los palestinos no querrán volver porque tendrán paz y armonía en un tercer país.
Un plan “racista” para Hamás y rechazado por Arabia Saudita
Hamás, a través de su portavoz Abdel Latif al Qanu, se opuso a las propuestas de Trump en un comunicado: “La posición racista estadounidense está alineada con la extrema derecha israelí, consistente en desplazar a nuestro pueblo y erradicar nuestra causa“.
Egipto y Jordania ya han mostrado su rechazo a la idea de recibir a los más de dos millones de gazatíes que Trump pretende que abandonen el territorio.
Por su parte, Arabia Saudí descartó formalizar relaciones con Israel si no se establece un Estado palestino. “Arabia Saudita continuará con sus esfuerzos incansables para establecer un Estado palestino independiente con Jerusalén Este como su capital y no establecerá relaciones diplomáticas con Israel sin ello”, insistió el Ministerio de Exteriores en sus redes sociales.
Benjamín Netanyahu aseguró en Washington que la normalización de relaciones “tendrá lugar”, lo que suscitó el rechazo de las autoridades sauditas.
Tanto Trump como su predecesor Joe Biden apoyaron la normalización de relaciones entre los dos países, pero el reino saudita suspendió las negociaciones para ello al inicio del conflicto en Gaza.
Arabia Saudita no reconoce a Israel, pero desde 2020 ha negociado un acercamiento a cambio de un pacto de defensa y el apoyo estadounidense a un programa nuclear civil.