Los fiscales generales de once países están reunidos en Brasilia en una doble jornada convocada por la fiscalía brasileña para organizar el intercambio de información judicial en torno al caso Odebrecht, pero también a la Operación Lava Jato, que fue la que destapó ese escándalo de corrupción internacional.
Deltan Dallagnol, jefe de los fiscales de la Operación Lava Jato, afirmó que sumergirse en la sofisticada maquinaria montada por Odebrecht para canalizar sobornos fue como “ver el monstruo con los ojos”.
Las reuniones se celebran a puerta cerrada, sin participación de la prensa, en medio de un gran hermetismo. Pero trascendió que los fiscales aceptaron escuchar una exposición de los abogados de Odebrecht, por solicitud de éstos.
Los juristas de la constructora informaron en un comunicado que van a evocar “los planes de cooperación que tienen con los ministerios públicos de la región para ayudar a dilucidar todos los hechos ilícitos vinculados con su actuación”.
Las primeras filtraciones revelaron profusas menciones del presidente Temer. Y aunque las denominadas “delaciones premiadas” no constituyen pruebas hasta que sean corroboradas en un juicio, su inminente desclasificación es una bomba de tiempo para Brasil y buena parte de la región.
En un comunicado, los procuradores se comprometieron a “promover la constitución de equipos conjuntos de investigación, bilaterales o multilaterales, para realizar investigaciones coordinadas”.
Durante los dos días de reunión se evocará también la Operación Lava Jato, la cual permitió que estallara Odebrecht.
Se calcula que la operación Lava Jato drenó más de 2.000 millones de dólares a Petrobras.