Este jueves se dio inicio a un nuevo proceso de elecciones del Parlamento Europeo para ocupar los 751 escaños de representantes de los 28 países miembros. Junto con el Consejo de Ministros, el Parlamento está a cargo de legislar. Además, el Parlamento supervisa algunas instituciones comunitarias como la Comisión Europea, responsable de mantener el funcionamiento diario de la Unión, y de defender sus tratados.
Hasta ahora, Holanda daba la sorpresa con la victoria del partido laborista con un ajustado 18,1 por ciento de los votos, por delante de los populistas de Thierry Boudet y los liberales del primer ministro Mark Rutte.
Las constantes crisis en el continente europeo, que comenzaron en el 2008, han hecho que las elecciones que se están desarrollando durante estos días revistan la mayor importancia. Así lo expresó la abogada y profesora de la Universidad de Concepción, Paulina Astroza.
“Desde 1979, que fueron las primeras elecciones del Parlamento Europeo con sufragio universal y directo de los ciudadanos europeos, las actuales indudablemente son las más importantes, porque en el fondo, dentro de un contexto de crisis, o de policrisis, como se le llama a estos 11 años desde que empezó la crisis en Europa, efectivamente hoy se está viendo que políticamente hay un rebarajamiento que puede influir en la propia composición del Parlamento Europeo”.
A pesar que el tratado de Lisboa en 2009 dio más responsabilidad e influencia al parlamento, por ejemplo, en materias de presupuesto, la participación de votantes ha ido a la baja desde 1979.
La tendencia, en este nuevo proceso eleccionario, ha sido de apoyo a los partidos de la derecha populista y a los liberales en la izquierda. Países como Suiza y Austria han tenido un auge de la ultraderecha que ha ganado más de un 25 por ciento de los votos. Además, los nacionalistas ya están en los gobiernos en Polonia y Hungría y con apoyo creciente en Alemania, España e Italia.
Por eso, los partidos nacionalistas se unieron en la llamada Alianza Europea para los Pueblos y las Naciones, algo así como una “internacional soberanista”, que aspira a obtener un tercio de las 751 bancas. Algo que para el doctor en Ciencias Políticas y Académico, Mladen Yopo, significa un retroceso a nivel de política internacional.
“El populismo y el nacionalismo si bien funcionan bien en periodos de incertidumbre, esto es así a partir de promesas falsas porque, en general, un país individual, una comunidad individual, un partido individual, una situación individual, hoy no es capaz de dar cuenta de los problemas más complejos y, por lo tanto, tiene un retroceso. Miremos un caso cercano, como el de Brasil. Hoy, la gente que apoya a Bolsonaro es mucho menor que la gente que lo rechaza, entonces, este tipo de populismo va en contra del sentido básico de la solución de los problemas”.
En ese mismo ámbito, Paulina Astroza señala que el resurgimiento del populismo pone en severo riesgo la unidad e integración continental. “Hoy hay una posibilidad real de que sean partidos llamados populistas, que son contrarios al proceso de integración europeo, los que vean aumentar muchísimo el número de escaños en el Parlamento. Esto, si bien ya había pasado en elecciones anteriores en que han ido aumentando paulatinamente, dado el contexto actual, es probable que tengan un salto muchísimo mayor. Y eso ya podría implicar un cierto problema de funcionamiento del Parlamento para poder adoptar decisiones y va a significar, indudablemente, un freno para la propia integración de la Unión Europea”.
“Claramente tiene que haber una autocrítica de los partidos tradicionales de cómo han ido enfrentando la crisis, de cómo ellos han perdido un cierto relato por el cual la ciudadanía europea se siente representada por ellos y que ha hecho que los ciudadanos europeos estén buscando alternativas, ya sea a la izquierda, ya sea a la derecha, ya sea votando de nuevo por los verdes, votando por el Partido Liberal, que son familias políticas distintas a las del Partido Popular y a la Social Democracia” agregó la experta.
El factor británico
Esta elección incluye, debido al aplazamiento del Brexit, al Reino Unido. Más de 40 millones de británicos estaban a las urnas para escoger a 73 eurodiputados en medio una crisis política, que ya llevó a la renuncia de la Primera Ministra, Theresa May, ocurrida este viernes
Un sondeo de YouGov situaba al Partido Conservador de May en una humillante quinta posición, con un 7% de los votos. Mientras tanto, el nuevo partido liderado por el polémico eurodiputado Nigel Farage obtendría un 37% de los sufragios.
La situación de la Gran Bretaña es particularmente compleja dado el largo proceso de salida de la Unión Europea que debería completarse en octubre de este año. En ese sentido, el abogado y ex subsecretario de Relaciones Exteriores, Edgardo Riveros, se refirió a cómo una idea del Partido Conservador orientada a la reelección al mando del gobierno, alcanzó efectos insospechados para la Gran Bretaña y Europa en general.
“Es impresionante como un país con tanta tradición política ha llegado al punto actual. No tomaron en cuenta cuáles eran las consecuencias de anunciar la salida de la Unión Europea y que al final terminarían afectando al propio Reino Unido. Por otra parte la UE está dando una magistral lección respecto de la decisión de los países de abandonarla, pues esto tiene costos y ellos son considerables”.
Lo del Reino Unido no termina ahí, porque además de la renuncia de Theresa May dada a conocer este viernes, los medios británicos han denunciado que decenas de ciudadanos comunitarios no han podido ejercer su derecho al voto este jueves en los colegios electorales del Reino Unido. Muchos de ellos se han quejado en Twitter a través de la etiqueta #DeniedMyVote (MiVotoNegado). A la mayoría de los afectados se les ha comunicado que su petición de ejercer el voto en el Reino Unido, y no en su país de origen, se había tramitado demasiado tarde, esto justamente debido a que ese país no había organizado adecuadamente la votación ya que para esta fecha, ya no deberían seguir formando parte de la Unión Europea.
En cuanto a si esta elección del Parlamento europeo puede considerarse como representativa de los que suceda a nivel interno en la Gran Bretaña, el profesor de Política Comparada de la Universidad de Oxford Giovanni Capoccia es enfático al señalar que no necesariamente lo que suceda a nivel europeo tendrá un correlato en las próximas elecciones en el Reino Unido, incluso si se las convoca anticipadamente como lo demanda el líder laborista Jeremy Corbyn.
“En las elecciones nacionales el partido Laborista y el Conservador probablemente sigan siendo los principales contendores para quedarse con el gobierno. Esto por los efectos combinados que acarrea el sistema de votación y la fuerza de los dos partidos tradicionales, tanto en términos de presencia territorial como de sus ‘marcas’ de partido. Nigel Farage probablemente continuará siendo una figura importante, primero por su influencia indirecta en la agenda del Partido Conservador, y luego por sus posibilidades de ocupar cargos ejecutivos”.
Por lo pronto, el Reino Unido seguirá ocupando sus 73 escaños y, si llega a concretarse definitivamente su dilatada salida de la Unión Europea, el número de eurodiputados se reducirá a 705 y los cargos de los británicos se repartirán entre otros países.