La tarde de ayer lunes, el Comité de Ministros aprobó el polémico proyecto minero Los Bronces Integrado. La iniciativa, que pretende instalarse en la cordillera de las regiones Metropolitana y de Valparaíso, ha sido ampliamente criticada por sus potenciales efectos en la calidad del aire y también en los glaciares que se encuentran en la cuenca del Mapocho y que abastecen de agua a la capital.
Para abordar estos hechos, Radio y Diario Universidad de Chile conversó con la directora de la Fundación Chile Sustentable, Sara Larraín, quien se mostró profundamente molesta con la decisión del Comité de Ministros, señalando que el plan de compensaciones que presentó Anglo American y que terminó convenciendo a los secretarios de Estado, es insuficiente.
“Creo que es muy lamentable que el Comité de Ministros haya aprobado debido a medidas adicionales a la resolución ambiental y que no corresponden a la protección de los recursos hídricos, ni tampoco a aliviar a la Región Metropolitana de material particulado”, dijo.
“Si tú te fijas en el comunicado del Consejo de Ministros, las tres medidas compensatorias están asociadas a Lo Barnechea, es decir, lo que va a hacer la empresa es aspirar calles en la Ruta 21, va a cambiar calefactores y va a pavimentar todos aquellos caminos que usa la minera. Por lo tanto, estas compensaciones adicionales son un chiste”, acusó.
A eso, Larraín agregó que las medidas no van en la línea de lo que el Ministerio de Medio Ambiente y el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) han estado promoviendo.
“Desde hace una década lo que se ha hecho es priorizar las compensaciones basadas en la naturaleza, que tienen que ver con reforestación, manejo de suelo, y educación ambiental. Es infraestructura verde y no la infraestructura gris que probó no dar resultados, como la pavimentación, como el aspirado de calles, que obviamente no son coherentes con lo que recomiendan las políticas de adaptación al cambio climático”, afirmó.
Por otra parte, la activista hizo una sentida crítica al Ejecutivo por tomar una decisión que pone lo económico por sobre el bienestar medio ambiental.
“Lamentablemente el Gobierno autodenominado ecologista está votando en contra de la lógica ambiental que debería llevar adelante el Comité de Ministros. No es un comité para las inversiones, es un comité del medio ambiente y la sustentabilidad y que se debe preocupar de que el desarrollo nacional vaya acorde con la protección ambiental, particularmente con la seguridad hídrica”, señaló.
Además, expresó que “estamos en una capital que en los últimos dos veranos ha tenido que llegar a acuerdos con el sector de los regantes del río Maipo para no tener un racionamiento del agua potable (…) entonces, seguir aprobado proyectos que destruyen las reservas de agua de Santiago, es una pésima señal”.
Es por ello que consideró que el Gobierno no puede denominarse como ecologista si no comienza a tomar medidas en temas como la escasez hídrica y la descarbonización.
“Yo creo que este Gobierno no puede llamarse ecologista si es que no da las razones y los argumentos. Es cierto que al Presidente Boric le tocó promulgar la Ley de Cambio Climático y la reforma al Código de Aguas, pero eso se venía tramitando en el Congreso Nacional hace muchos años y no es un logro del actual Gobierno”, indicó.
Por último, Larraín aseguró que frente al actual escenario, la Fundación Chile Sustentable se hará parte de las acciones legales ante tribunales ambientales. Esto último, porque no solo les preocupa la amenaza a los glaciares, sino también una planta desalinizadora en Quintero-Puchuncaví que proveerá de agua a Los Bronces Integrado de la transnacional minera.
“No se trata de un proyecto que solamente tenga impactos en Lo Barnechea, es un proyecto que tiene impactos ambientales y sociales en la Quinta Región y en la Región Metropolitana, y la verdad es que hoy día la autoridad ambiental y las demás autoridades de gobierno debieron evaluar esta mega intervención que significa continuar con el proyecto de expansión de Anglo hasta el año 2036. Seguir con un riesgo como este es una locura”, concluyó.