No sólo en Chile el sistema tributario es considerado regresivo. En toda América Latina existe un entramado que aplica impuestos parejos para toda la población, independiente de sus ingresos, algo que termina por perjudicar a los sectores de menores ingresos.
Esto es en parte lo que se busca reformar -aunque sea en parte- con el Pacto Fiscal que impulsa el gobierno de Gabriel Boric, luego de la derrota que se registró en el Parlamento con la reforma tributaria, principalmente con los votos de Chile Vamos y Republicanos.
“Hay resistencia a que los ricos paguen más, paguen de manera correcta con una reforma tributaria redistributiva”, comenta sobre el tema el presidente de la Agrupación Nacional de Empleados Fiscales, José Pérez Debelli.
Para el representante, contar con más recursos permitiría tener un Estado más presente para avanzar en “mejores políticas públicas, para que la sociedad sea más igualitaria e inclusiva, con mayor justicia social”.
Según el dirigente, “el discurso que se releva de los grandes consorcios internacionales, incluso de la derecha empresarial que está representada en el Congreso, es ‘aumentemos la productividad y el desarrollo’. Claro, es interesante, porque uno esperaría que eso vaya de la mano con más justicia social, integración, trabajo decente. Pero eso no ocurre”.
Para Pérez es necesario que “los que más tienen, tienen que tributar conforme a lo que han acumulado por muchos años”.
En esa misma línea, la presidenta de la Asociación de Fiscalizadores del Servicio de Impuestos Internos, Paola Tresoldi, explica que la reforma tributaria que fue rechazada por el Congreso, “iba en la senda de apalancar mayores ingresos para desarrollar los proyectos y las necesidades permanentes en salud, educación, seguridad social”.
La dirigenta agrega que ahora “el Estado tiene un déficit en su balanza de presupuesto ya que hay gastos permanentes que son necesarios de financiar y no necesariamente tenemos la misma cantidad de ingresos”.
A eso se suma que “la reforma lo que buscaba era dar mayores herramientas y recursos, no sólo económicos sino también en capacidad de poder fiscalizar, más normas. Nosotros como servicio hemos planteado la necesidad de mayor dotación, de más recursos tanto en el tema informático, pero también para robustecer los estamentos y en particular el fiscalizador que es el que lleva las tareas de recaudar y de control”.
Esto porque “hoy día la economía mundial y las empresas o holding no solo con una residencia en el país, requiere una mirada de tributación internacional que necesita más recursos, más capacitación, más profundidad en auditorías, conocimiento especializado”, puntualizó Tresoldi.
Sistema tributario en América Latina: “Está debilitando las finanzas públicas”
A las críticas por la mantención de un sistema de impuestos que castiga a los sectores más pobres, se suma que entrega una serie de garantías a los que tienen mayores ingresos. Así lo explica Jorge Coronado, integrante de la Red de Justicia Fiscal y de la Red Latinoamericana por Justicia Económica y Social (Latindadd).
En ese sentido explica que en nuestros países “no hay impuestos a la riqueza, al patrimonio, a los bienes inmuebles son muy bajos”.
A eso se suma que “hay una altísima evasión de empresas y de personas físicas en los impuestos de renta y también en el IVA. Hay mucho comerciante que te cobra ese 19 por ciento, pero no lo traslada a la administración tributaria porque lo único que tiene que hacer es captarlo, guardarlo y mandarlo, pero se lo dejan como parte de su tasa de ganancia”.
A lo anterior se deben contemplar “fuertes privilegios fiscales, exoneraciones, incentivos de que no paguen la cuota total especialmente a ciertos sectores como finanzas, exportadores”.
Coronado precisa que de esta forma se “está debilitando las finanzas públicas de nuestros estados. Y con esto no podemos desarrollar política social, construir carreteras, puertos y al final para hacer eso, que es el problema que tenemos en toda la región, se termina recurriendo a deuda, externa o interna”.
“Es un círculo bien perverso donde tenemos una fiscalidad que más bien acentúa la pobreza y la desigualdad, que favorece a las élites económicas y que desmantela a nuestros estados porque erosiona las finanzas públicas”.
El representante plantea que “frente a ese escenario, venimos planteando las organizaciones en la lucha por la justicia fiscal porque lograr que los impuestos directos al patrimonio, a la riqueza, al capital sean la base de nuestros sistemas tributarios, que haya impuestos al consumo razonables, que haya formas de que quien tiene menos pague menos y quien tiene más pague más y que efectivamente no sigamos en este camino de endeudar a nuestros países”.
Por eso, sostiene que “esperamos que al final en Chile avance la propuesta y logre sortear como está tratando de hacerse en otros países de América Latina donde estamos hablando de que hay que ponerle impuestos a la riqueza y a los grandes ricos de nuestro continente”.