Las Fuerzas de Defensa israelíes afirmaron que mataron a “70 terroristas de Hezbolá y bombardearon más de 120 objetivos” de la milicia chiita proiraní en las últimas 24 horas en el sur de Líbano.
También, reportó la muerte de cuatro soldados en combates. En la Franja de Gaza, en tanto, el Ejercito de Israel informó que eliminó a “40 terroristas en Jabaliya”, en el norte del enclave palestino, donde lanzó una nueva ofensiva el 6 de octubre para impedir, según afirman, que el movimiento islamista Hamás se reagrupe.
Israel libra una guerra contra Hamás en Gaza y contra Hezbolá en Líbano. Ambas formaciones son respaldadas por Irán y pertenecen a lo que la República Islámica denomina el “eje de resistencia” al Estado hebreo. Mientras que la comunidad internacional multiplica los llamados a la contención, Irán afirmó su derecho a defenderse tras los ataques aéreos israelíes del sábado contra instalaciones militares en varias regiones iraníes. Las autoridades iraníes indicaron que los ataques causaron “daños limitados” y el líder supremo, el ayatolá Ali Jamenei, afirmó que los bombardeos no debían ni “exagerarse ni minimizarse”.
Por su parte, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, sostuvo que el ataque aéreo contra Irán fue “preciso y potente” y cumplió todos sus objetivos.
“Prometimos que responderíamos al ataque iraní y el sábado atacamos”, dijo Netanyahu en un discurso este domingo, coincidiendo con las ceremonias del primer aniversario hebreo del 7 de octubre de 2023, día del ataque de Hamás en Israel, que desató el conflicto en Gaza.
Los bombardeos israelíes fueron una respuesta al ataque iraní con misiles del 1 de octubre contra Israel. Teherán, a su vez, presentó su agresión como una represalia a los bombardeos israelíes contra Líbano que costaron la vida a un general iraní y al jefe de Hezbolá, Hasán Nasralá, a finales de septiembre. También, justificaron la operación como una respuesta al asesinato en suelo iraní del entonces líder de Hamás, Ismail Haniyeh, imputado a Israel.