Según cifras dadas a conocer este jueves por el INE, el Índice de Remuneraciones anual demostró el peor desempeño en cinco años.
El gobierno y algunos parlamentarios de oposición firmaron un protocolo de acuerdo por el reajuste del salario mínimo, por lo que la iniciativa ingresó con discusión inmediata a la comisión unida de Hacienda y Trabajo. En medio del ajetreo para sacar el proyecto cabe preguntarse, ¿cuál fue la posición de los trabajadores en el debate?
El nuevo proyecto considera un aumento a $288 mil a febrero de 2019 y el plazo para una nueva negociación se redujo de 30 a 24 meses.
El principal punto de desacuerdo entre el legislativo y el Ejecutivo se basa en la plurianualidad de la actualización del ingreso mínimo.
El académico de la Universidad de Santiago, Dr. Gonzalo Martner, afirma que el argumento del ministro del Trabajo, que consideró “imposible” aumentar el monto a esta cifra, obedece a una razón más política que técnica, guiada por una postura pro empresarial y de corto plazo.
El próximo martes el proyecto será presentado en el pleno del Hemiciclo, para iniciar la discusión en comisiones de Hacienda y Trabajo según dicten las urgencias indicadas desde el Ejecutivo.
Luego del fracaso en el acuerdo con la Central Unitarioa de Trabajadores, el ministro de Hacienda omitió especificar una fecha para la presentación del prpyecto de ley de reajuste del salario mínimo mensual.
Hoy se presenta el proyecto en el Congreso. Desde la CUT ya conversan con la oposición para frenar la cifra del gobierno.
Uno de los autores del informe, Marco Kremerman, indicó que el documento da cuenta que cuando los países OCDE tenían el mismo PIB per cápita que hoy tiene el país, su sueldo base era 70% más alto.
La jornada del lunes comenzaron las negociaciones entre el gobierno y la CUT para establecer el nuevo monto mínimo. En la reunión se propuso que la reajustabilidad se revise en un plazo mayor al actual.
Juan Carlos Feres cree que, ante el rezago que existe en cuanto al salario mínimo en el país y la heterogeneidad de los sectores de la economía, el asunto debiera discutirse de forma diferenciada en una primera instancia. A su juicio al debate le falta un ingrediente ético: “Hay que ponerle una componente de equidad, y esa componente, particularmente en el salario mínimo, tiene que ser bastante decisiva”.
El economista Marco Kremerman es crítico con lo que señala como una contradicción del gobierno: que el salario mínimo no le alcance a una familia para superar la línea de la extrema pobreza. Para el investigador el piso debiera acercarse a los $417 mil, algo que hoy se mira con distancia.