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Año XVI, 20 de abril de 2024


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¿Cómo se calientan los chilenos?

El dilema sobre la mejor opción para temperar los hogares durante el invierno ya no sólo sopesa la eficiencia o el costo de uno u otro tipo de calefacción, sino que también el impacto que pueda tener en la salud y el medio ambiente. Todos factores que pesan a la hora de hacer más llevadoras las bajas temperaturas que llegaron para quedarse.

Loreto Soto

  Viernes 28 de mayo 2010 19:00 hrs. 
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El frío ya se apoderó de nuestras ciudades y tal como ha sido la tónica de los últimos años, las bajas temperaturas amenazan con pegar fuerte este invierno. Por lo mismo, la compra de un aparato de calefacción adecuado es uno de los temas que adquiere relevancia dentro la discusión cotidiana durante este periodo.

Y las opciones son tan variadas como los tipos de dulces que existen en una confitería. Distintos modelos, marcas, precios, potencia y nivel de consumo constituyen algunas de las alternativas que llenan las estanterías de este mercado que, tan básico y esencial como parece, influye directamente en la calidad de vida de las personas.

Una encuesta realizada por el Centro de estudios sociales y Opinión pública (CESOP) de la Universidad Central develó que a la hora de hacer las compras, los consumidores chilenos no sólo tienen en cuenta el costo del producto sino también el nivel de contaminantes que emite el artefacto.

Pese a esta nueva conciencia, los mecanismos tradicionales como el gas licuado y la parafina continúan siendo los preferidos en los hogares de la Región Metropolitana, en especial, en las comunas de menos recursos.

Otra historia es la que se cuenta en el resto de las regiones del país donde, históricamente, la leña ha sido el material por excelencia para proveer de calor a las familias, sistema considerado como uno de los que emite mayor contaminación.

Y aunque el 70 por ciento de los entrevistados estima que las estufas eléctricas son las más amigables con el medioambiente, el valor de utilización final supera con creces al de una que utiliza kerosene.

Calor v/s Salud

Más allá del costo económico, existe un costo hacia la salud que se manifiesta en la concentración de contaminación al interior de las casas. Esto se traduce, en algunos casos, en el incremento de la presencia de enfermedades respiratorias, especialmente en niños y adultos mayores, ya que la mayoría de las personas pasan el 80 por ciento del tiempo dentro de sus casas u en otros recintos cerrados.

El cuadro se agudiza aún más si se considera que las concentraciones de partículas y de dióxido de nitrógeno (NO2) que hay en invierno en Santiago son seis veces más altas que las encontradas en ciudades estadounidenses como Nashville y Tennessee.

De hecho, un estudio realizado por la Corporación Nacional del Medio Ambiente (Conama) en conjunto con la Universidad de Harvard concluyó que  “las malas condiciones de ventilación de las viviendas, debido al uso de estufas de parafina, leña y gas, crean al interior de ellas niveles de contaminación con NO2 que superan los del ambiente exterior”.

La investigación atribuye este fenómeno a la calidad y al tipo de ventilación de ciertas construcciones que provocaría una mayor penetración de la polución exterior y mantención de la interior.

En este sentido, el sociólogo y académico de la Universidad Central, Emilio Torres indicó que “la conciencia ambiental pesquisada sobre la calefacción de los hogares es un primer paso para el diseño de construcciones que permitan ahorrar demanda energética, que retengan  el calor en invierno y lo eviten en verano, en lo cual la orientación hacia el sol y la permeabilidad al aire debieran ser elementos esenciales a considerar en la construcción de las viviendas”.

En Chile ya existen algunas iniciativas que toman en cuenta estas sugerencias. Durante el 2009 se inauguraron una serie de jardines infantiles en el sur del país tales como “Creciendo Contentos” en la región de Aysén, cuyo revestimiento está hecho con materiales de última generación con sistema de calefacción y aislación térmica y vidrios termo paneles que regulan temperatura y ventilación forzada.

Opciones que también saltan a la mesa a la hora de determinar el tipo de construcción que se quiere implementar en las viviendas que se levantarán después del terremoto.

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