Luego que finalizara la operación de rescate de los 33 trabajadores que permanecían atrapados en las profundidades de la mina San José de Copiapó desde el 5 de agosto pasado, el Presidente Sebastián Piñera aseguró que este episodio marcará un nuevo rumbo en las relaciones laborales del país.

Con ese objetivo en la mira, el Mandatario informó que en los próximos días se anunciará un plan que contemple un “nuevo trato” con las personas que trabajen en los distintos rubros productivos, en especial, en aquellos que tradicionalmente han presentado mayores problemas como la minería, la agricultura y la industria.

Piñera sostuvo que para ello es necesario  “mejorar nuestros sistemas, nuestras actitudes y nuestros procedimientos para resguardar mejor la vida, la integridad y la dignidad de nuestros trabajadores. Y no solamente en la minería, sino también en el campo, en la construcción, en el transporte y en la pesca”.

“Esto es algo que le debemos a todos los chilenos”, manifestó el Presidente, al tiempo que subrayó que las responsabilidades del accidente del yacimiento San José “no quedarán impunes”.

El Jefe de Estado reiteró también su agradecimiento a los mineros por “darnos una lección de compañerismo, lealtad y trabajo en equipo”, a sus familias “que mantuvieron la fe inquebrantable, esa fe que terminó moviendo montañas. A los rescatistas, al ministro de Minería Laurence Golborne, al ministro de Salud, Jaime Mañalich, al jefe de la operación de rescate André Sougarrett, a René Aguilar y a tantos más que se entregaron en cuerpo y alma y no escatimaron ningún esfuerzo”.

Cuando recién se produjo el derrumbe, Piñera ya había hablado de una serie de reformas laborales que se emprenderían para mejorar la seguridad de las faenas de los distintos sectores, pero además para garantizar salarios y jornadas dignas.