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La mala… o ausente educación

Columna de opinión por Vivian Lavín A.
Domingo 15 de julio 2012 13:35 hrs.


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Sin quererlo, la directora de la Dirección Bibliotecas, Archivos y Museos (DIBAM), Magdalena Krebs, hizo una de las críticas más severas a la educación chilena. Sin quererlo, porque sus dardos iban hacia el Museo de la Memoria y de los DDHH y a su falta de “marco pedagógico” para entender cómo se llegó al punto que hubo que recurrir a la vía armada para terminar con el gobierno de Salvador Allende. “Me pasa que cuando voy al Museo con gente joven y aparece esta situación del bombardeo a La Moneda…es algo tan lejano para ellos, que no entienden porqué alguna vez en Chile sucedió eso, y eso es un desafío para el Museo”, dijo la directora.

El desafío que la directora de la DIBAM le impone al Museo de la Memoria es el que se ha soslayado en la polémica, porque no es tarea única de un Museo enseñar la historia de Chile cuando quienes tienen a cargo esta tarea la soslayan.

Las ácidas respuestas a los dichos de Magdalena Krebs vinieron de todos los frentes, empezando por el mismo directorio del Museo que integran, entre otros el liberal de derecha, Arturo Fontaine, que rechazó sus dichos; diferentes figuras de la cultura que pidieron su salida de la DIBAM en carta abierta al Ministro de Educación y, finalmente, su concurrencia a la Comisión de DDHH de la Cámara de Diputados, donde según dicen, se habría disculpado. Sin embargo, frente a la opinión pública siguió manteniendo sus palabras pero matizados y relativizados y con todo el respaldo de su superior, el Ministro de Educación.

Magdalena Krebs es una funcionaria de larga data en la DIBAM y su pensamiento político era conocido y no fue obstáculo para que continuara una destacada carrera en el área de la conservación al interior de la ella. Pero Magdalena Krebs se equivoca al criticar la falta de “marco pedagógico” del Museo de la Memoria, cuando en el marco que hace esta crítica equivaldría a justificar el Golpe de Estado en el relato allí expuesto. Pero donde no se equivoca, es en acusar esta falta en la mala educación que padecemos desde 1973.

Basta con recordar que hasta entrada la década del 90, aún la Prueba de Historia y Geografía, requisito para ingresar a la Universidad, abarcaba en sus contenidos sólo hasta el gobierno de Eduardo Frei Montalva, es decir, hasta 1970, soslayando de manera grosera las causas y marco histórico que a Magdalena Krebs tanto y justamente le preocupan.  La formación por lo tanto, de quienes durante la Dictadura se educaron tanto en su enseñanza básica, media o universitaria, nunca revisaron al interior de una sala de clases conceptos como la nacionalización y estatización de la gran minería del cobre, hierro, carbón y salitre; la  Escuela Nacional Unificada (ENU) o las diversas instancias de participación sindicales y comunitarias que existían hasta entonces en el país…Quienes hoy están en sus 30, 40 y hasta 50 años, nunca tuvieron una clase de historia sobre las últimas décadas del 70 y del 80 del siglo XX. Esta carencia es palpable en la falta de conciencia ciudadana y en la escasa participación en instancias colectivas, tanto de los trabajadores como de los profesionales, cuyos colegios penan por su falta de regulación al ejercicio y a la ética de la profesión…curioso porque son estas generaciones a las que tanto les ha costado hacer el relevo de las viejas guardias al interior de los partidos políticos.

Quienes sí, en cambio, tuvieron estas clases son los que han salido a las calles a demandar una educación  gratuita y de calidad, concepto que produce urticaria en aquellos que saben que esta petición está enraizada en la historia del Chile de comienzos de los 70.

Nuestra mala educación está en la falta de conciencia histórica, en la falta de un “marco pedagógico histórico global”, tomando las palabras de Magdalena Krebs, pero no respecto de un Museo sino que de toda nuestra sociedad actual.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.