“Por una política cultural, científica y tecnológica para Chile fundada en una discusión democrática”, es el nombre de una carta abierta publicada por un grupo de académicos de la Universidad de Chile, en rechazo a la idea de traspasar la Comisión Nacional de Ciencia y Tecnología (Conicyt) desde el Mineduc al Ministerio de Economía.
La misiva recibió rápidamente la adhesión de cerca de cinco mil personas de distintos ámbitos de la investigación.
Los promotores de esta idea fueron los profesores Sonia Montecinos, Pablo Oyarzún, Magdalena Acuña y Esteban Radiszcz. Este último explicó a Radio Universidad de Chile que la iniciativa aspira a instalar en el país un debate de fondo sobre la investigación en todas sus variantes y detalló que “un conjunto de profesores de la Universidad de Chile nos organizamos para escribir una carta en rechazo a esta iniciativa, que luego fue apoyada por más de cinco mil personas, entre estudiantes de posgrado, investigadores y académicos de diversas universidades, tanto públicas como privadas”.
Esteban Radiszcz recordó además que la inversión chilena en investigación es bajísima: “La idea es mejorar la situación de las ciencias en Chile, donde el porcentaje del presupuesto nacional destinado a las ciencias es el 0,4, mientras el promedio de los países de la OCDE es alrededor del dos por ciento”, señaló.
Esta carta se suma a las acciones ya tomadas por las sociedades científicas de Chile. Jorge Babul, presidente del Consejo de Sociedades Científicas y académico de nuestra casa de estudios, dijo que Conicyt debería ser idealmente un ente independiente, pero el punto de fondo es que no adquiera un perfil economicista: “La preocupación fundamental que ha tenido el movimiento de estos dos grandes grupos que han juntado estas firmas es que se le dé ese carácter economicista, que vaya en detrimento de la investigación fundamental y que se tienda a hacer investigación que genere productos de rápido beneficio económico”, indicó.
A esta voces se sumó también activamente el Congreso del Futuro, referente creado en el Senado para promover la innovación en las ciencias.