La Cámara Chilena de la Construcción destacó el crecimiento de un 23% en el mercado de ventas de departamentos y viviendas nuevas en el Gran Santiago, lo que marcó el punto más alto en los últimos 12 años.
Durante la semana pasada se presentaron diversas cifras de valores, demanda y oferta en el sector, detallando que desde las ventas de departamentos que el año 2000 registraban cerca de 7 mil unidades y las de casas por un promedio de 9 mil, estas cifras aumentaron a 24 mil y 13 mil en 2012, respectivamente.
Desde la gerencia de estudios de la Cámara detallaron los factores claves de los resultados: el agotamiento progresivo de los terrenos actualmente disponibles para la construcción y el congelamiento de los edificios en altura en varias comunas de la región Metropolitana, lo que hace presagiar que no se modificarán los precios y que incluso podrían ir en alza.
El economista y candidato presidencial Marcel Claude, señaló que ve lejana la posibilidad de una burbuja inmobiliaria, pese a las advertencias de distintos sectores, aunque coincidió en que deben tomarse medidas preventivas ante un eventual acrecentamiento desmedido de los precios.
“Los precios se pueden ir a las nubes, se puede generar una transferencia de ingresos negativa desde las empresas constructoras, que van a ganar mucho dinero. Obviamente hay que tomar medidas, intentar cerrar la brecha de producción de casas, aumentar el ingreso de las personas y disminuir el aumento de los precios”, señaló.
Sin embargo, ésta no es la única preocupación. Además del tema estrictamente económico y financiero, la explosión en la densidad, y el aumento de construcción en altura, entre otros aspectos generan duros efectos ambientales.
Así lo aseguró el coordinador de la fundación Defendamos la Ciudad, Patricio Herman, quien apuntó que “por un lado tenemos mayor contaminación, y con los cambios de uso de suelo, restamos áreas verdes que ayudan a mitigar los efectos nocivos de fuentes contaminantes. El escenario que observamos hoy es preocupante”.
También es considerado un efecto negativo la construcción de edificios por sobre sectores de protección cultural.
Rosario Carvajal, presidenta de la Fundación Patrimonio Nuestro, lamentó el orden de las prioridades en materia de vivienda, y declaró que “hay déficit de viviendas sociales en comunas centrales, y se atenta contra el patrimonio, se construye en barrios históricos. Se requieren programas de rehabilitación patrimonial de viviendas para que las familias accedan a beneficios para habitar casas usadas o con valor histórico”.
Carvajal comentó que este crecimiento explosivo llama la atención además porque muchas de las ventas se hacen en venta, entonces existe una sobreoferta que no responde al déficit de vivienda social, pasando a llevar además barrios patrimoniales.