Cerca de 250 mil fieles llegaron hoy hasta la plaza de San Pedro para presenciar la misa solemne del Domingo de Resurrección, la primera del pontificado del Papa Francisco. Antes de oficiar la ceremonia pascual, Francisco oró unos minutos ante la figura del Santísimo Salvador, una de las imágenes más veneradas del cristianismo que se conserva en la capilla del “Sancta Santorum”.
Durante su discurso, solicitó una “solución política” a la crisis de la “amada Siria”, donde numerosos refugiados “están esperando ayuda y consuelo”. Además, instó a que se “superen las divergencias” en la península coreana y pidió paz para Oriente Medio, en particular entre israelíes y palestinos.
Francisco pidió a Dios que transforme la guerra en paz y la venganza en perdón y recordó que la resurrección de Cristo “significa que el amor de Dios es más fuerte que el mal o que la propia muerte, significa que el amor de Dios puede transformar nuestras vidas y hacer que florezcan los lugares desérticos en nuestros corazones”.
El Pontífice ofició la misa en solitario, asistido por los cardenales Angelo Comastri y Raffaele Farina. Mañana al mediodía volverá a la plaza de San Pedro para rezar el Regina Coeli, que sustituye al ángelus en época de Pascua.