Embarazo adolescente: Entre la pobreza y la falta de oportunidades

Por la multicausalidad del embarazo adolescente se requiere de políticas sociales para disminuir sus números en el país y en el continente. Según cifras oficiales, América Latina es la única región en el mundo que elevó la cantidad de partos en menores de quince años.

Por la multicausalidad del embarazo adolescente se requiere de políticas sociales para disminuir sus números en el país y en el continente. Según cifras oficiales, América Latina es la única región en el mundo que elevó la cantidad de partos en menores de quince años.

El embarazo adolescente en América Latina sigue en alza. Según el informe “Maternidad en la niñez: enfrentar el reto del embarazo adolescente” entregado por el Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA, por sus siglas en inglés), la región fue la única que elevó sus cifras de partos en menores de 15 años, siendo superada únicamente por África.

Según el estudio, 20 mil adolescentes dan a luz por día en países en desarrollo y cerca de 70 mil mujeres bajo los dieciocho años mueren por complicaciones propias del embarazo y los partos en estos mismos lugares.

Más allá de cifras, el informe trata de explicar la multicausalidad del embarazo adolescente, quitando del centro del problema la conducta de las niñas, enfatizando en los riesgos sociales que determinan sus posiciones.

Chile no está exento de la realidad, según cifras oficiales del año 2010, alrededor del 17% de los embarazos corresponden a padres adolescentes, de los cuales el 51% tiene entre 15 y 19 años y el porcentaje restante entre 10-14 años de edad.

Desde el programa de acompañamiento “Emprende Mamá” se analiza el fenómeno desde la diversidad de sus causas: pobreza, falta de oportunidades, debilidad en vínculos familiares y escasez de proyectos de vida, son algunas de las condiciones que posibilitan los embarazos en adolescentes.

En palabras de Erika Kopplin, psicóloga y directora del equipo, es importante que se aprenda a mirar como un problema de salud pública, sin atribuirlo a una situación individual, reforzando las políticas de prevención.

“Para la prevención todavía falta mucho, pues se sigue delegando principalmente en las familias. Las políticas de apoyo al adolescente, cuando ya se embarazan, están recién surgiendo, pero hay que trabajar fuerte todo lo que son los espacios amigables de los centros de salud, trabajar en los colegios para que tengan programas de educación sexual que incorporen la afectividad tempranamente, son dos desafíos en materia de prevención”, recalcó la experta.

El limitado acceso a métodos anticonceptivos que las jóvenes de escasos recursos tienen en Chile, es otro de los elementos que complica la realidad sexual de los adolescentes.

Para la psicóloga, las cifras a nivel latinoamericano se pueden explicar porque el contexto de pobreza y falta de oportunidades se repite en casi todos los países de la región.





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