Por primera vez, el Vaticano se sentó en el banquillo para responder por las miles de violaciones de menores perpetradas por sacerdotes registradas en casi todos los continentes durante décadas.
Durante la audiencia, Sara Oviedo, integrante del equipo investigador de este comité de Naciones Unidas, deploró que en la gestión de los escándalos de pedofilia por parte de la Iglesia “se ha dado preferencia a los intereses del clero”.
“La Santa Sede no ha establecido ningún mecanismo para investigar a los acusados de perpetrar abusos sexuales, ni tampoco para procesarlos”, agregó.
También criticó las medidas tomadas por el Vaticano con los autores de abusos sexuales contra niños.
“Los castigos impartidos nunca parecen reflejar la gravedad” de los hechos, cuestionó Oviedo, quien llamó al Vaticano a dar un nuevo enfoque para enfrentar el fenómeno.
En la comparecencia, el embajador del Vaticano ante la ONU, Silvano Tomasi, declaró que la Santa Sede es responsable legalmente sólo de la aplicación de la convención de la ONU en el territorio de la Ciudad del Vaticano, donde viven 36 niños, una posición muy criticada.
Tomasi agregó que pese a ello la Iglesia está trabajando con las parroquias para combatir los casos de pedofilia.