La doble jornada que se vivirá este miércoles en el Senado será definitoria. No solo para el futuro de Jorge Abbott Charme, candidato de la Presidenta Michelle Bachelet para ocupar la Fiscalía Nacional por los próximos ocho años. También como una nueva prueba para constatar la capacidad negociadora del Gobierno.
El fracaso experimentado en la fallida elección de Enrique Rajevic para el cargo de Contralor caló hondo en La Moneda. Su principal negociador, el Ministro del Interior, Jorge Burgos, incluso reconoció su responsabilidad, aunque aquello no significara nada más que eso. Al menos por ahora.
Fueron 21 votos con los que contó el Gobierno, entre los que aparecían la totalidad de los senadores de la Nueva Mayoría. Sin embargo, para este miércoles el escenario es muy diferente. El Ejecutivo requiere el apoyo de al menos 25 senadores. Y varios de esos 21 votos hoy no están disponibles.
En esta pasada de negociaciones, al propio Burgos se ha sumado la Ministra de Justicia, Javiera Blanco, quienes no solo han debido lidiar con las acusaciones de los senadores opositores y su insistencia en que el nombre Rajevic fracasó por la falta de diálogo de parte de La Moneda. Ahora, la molestia surge también desde los propios parlamentarios oficialistas.
“Los votos nadie los puede asegurar”, advierte el presidente del PPD, senador Jaime Quintana. El mismo que asegura que “el Senado no es un buzón”.
¿Los motivos de esta molestia? Las relaciones familiares de Abbott con distintos personajes de la política, particularmente con Alfredo Moreno Charme, el ex canciller de Sebastián Piñera, de quien es primo, actualmente presidente del Grupo Penta, investigado por el Ministerio Público.
“¿A quién no le puede hacer ruido una situación como esa?”, cuestiona Quintana. Y agrega: ¿Qué es más delicado, que un grupo de senadores haya estado dispuesto a entregar apoyo a uno de los postulantes, o que uno de los postulantes tenga una red de apoyo en un grupo empresarial que está siendo investigado?”. Misma molestia que muestra el senador Guido Girardi.
De hecho, este lunes, luego de una reunión en el PPD, el partido decidió dar libertad de acción a sus senadores. Dos de los seis parlamentarios ya confirmaron que darán sus votos a Abbott: Ricardo Lagos Weber y Felipe Harboe.
Pero las de Quintana y Girardi no son las únicas críticas desde el interior de la Nueva Mayoría. También el senador del MAS Alejandro Navarro cuestiona al candidato del Gobierno. “Es una pésima señal ciudadana. Uno no elige a los parientes, pero es un dato que debió haberse tenido en cuenta”.
Los parentescos de Abbott Charme también se extienden al controlador de Penta Carlos Alberto Délano Abbott, al director del Servicio Electoral Eduardo Charme Aguirre, al consejero del Consejo de Defensa del Estado Jaime Varela Aguirre y al ex senador Sergio Romero Pizarro.
Incluso desde el ámbito judicial se refieren a la situación de Jorge Abbott. “Yo diría que no es un cargo tan técnico sino político, como lo son los cargos de ministros de la Corte Suprema”, reconoce el vocero de la Corte Suprema, Milton Juica.
“La arista política la ponen los políticos respecto a las percepciones que tienen de la gente. Y a veces se pueden llevar una gran equivocación en esa parte, porque una persona que asume ya su cargo pierde toda vinculación con el medio”, añade el propio Juica.
Los votos que el Gobierno debe negociar
Hasta el momento hay cuatro senadores que mantendrían su condición de inhabilitados: el UDI Iván Moreira, imputado en el caso Penta; el socialista Fulvio Rossi, investigado en el caso SQM; y el también socialista Carlos Montes, cuya decisión voluntaria alude a la condición laboral de su hijo Andrés, jefe de la Fiscalía Regional Metropolitana Centro Norte.
A ellos se sumaría el presidente de la Democracia Cristiana, Jorge Pizarro, cuyos hijos aparecen vinculados con la empresa SQM.
En principio, el resto de los cinco senadores DC estarían alineados con el candidato del Ejecutivo. Así lo confirma la jefa de bancada Carolina Goic. Lo mismo que los otros cuatro senadores del Partido Socialista.
¿Otro voto comprometido? El de la senadora de Amplitud Lily Pérez. “Obviamente yo tengo resuelto mi voto para apoyarlo de todas maneras”, reconoce la parlamentaria.
Asimismo, advierte que “es curioso que en un tema como la nominación del Fiscal Nacional se hayan generado tantas reuniones y cruces y que hoy se estén buscando algunas excusas bastante raras”. Esto, a propósito de los cuestionamientos hacia el parentesco entre Abbott y el ex canciller Alfredo Moreno.
“Me llama la atención que un par de días después que la Presidenta da un golpe y anuncia este nombre, algunos senadores comienzan a criticar, pero veladamente, el nombre de la nominación de Jorge Abbott”.
¿Efectivamente la fallida elección de Enrique Rajevic significó que se cayera un supuesto acuerdo entre ambos bloques, para que José Morales se convirtiera en el candidato de consenso a Fiscal Nacional?
“Si eso fuese así, –lamenta Lily Pérez con preocupación– dejaría en evidencia que parece que era verdad la componenda que algunos senadores de la Nueva Mayoría y de la Alianza estaban armando para tener un Fiscal Nacional que fuera blando en temas de corrupción política”.
Desde la UDI, en tanto, el mensaje es categórico. Su presidente, Hernán Larraín, alude a la necesidad de una persona que no solamente se concentre en procesos judiciales que terminarán en los próximos meses. Esto, a propósito de los casos que afectan a los senadores Iván Moreira, Jaime Orpis y Ena Von Baer.
“Por tratarse de una decisión exclusiva de los senadores, son ellos quienes deben tomar una decisión”, advierte el líder gremialista.
Además, anticipa que solo después de escuchar a Abbott en la audiencia de este miércoles, los senadores de la Alianza decidirán si apoyan o no al candidato propuesto por el Gobierno.
La idea es asegurar ciertas garantías en los procesos que investiga la Fiscalía Nacional. Así lo plantea Víctor Pérez, jefe de bancada de los ocho senadores de la UDI. “Hoy tenemos un Ministerio Público que actúa parcialmente, que persigue a unos y no a otros, que mira con simpatía a unos y con rigor a otros. Y eso es muy malo, por lo que tiene que venir un cambio fundamental”.
A eso agrega que “nosotros estamos evaluando si la persona que ha propuesto la Presidenta de la República tiene las capacidades, la voluntad y la decisión de cambiar este estado de cosas, y que las investigaciones sean rigurosas para todos”.
En el caso de los seis senadores de Renovación Nacional, algunos como Francisco Chahuán y Manuel José Ossandón se inclinarían por apoyar al candidato del Gobierno.
En cuanto a los senadores independientes, nuevamente sus votos podrían ser decidores. Tal como ocurrió en la votación del Contralor, Antonio Horvath, Alejandro Guillier y Pedro Araya esperarán a escuchar a Abbott para tomar una decisión.
Esto, a partir de las 10:00 horas de este miércoles, cuando el director ejecutivo nacional del Ministerio Público exponga ante los senadores en la Comisión de Constitución sus argumentos para reemplazar a Sabas Chahuán. Sería esa la instancia en la que el Gobierno debiera asegurar los 25 votos que necesita para ratificar a su candidato, cuando por la tarde se realice la votación en la Sala.