Las abogadas en Chile

  • 13-12-2016

La historia de las primeras abogadas en Chile tiene relación con la lucha que las mujeres han debido enfrentar por la igualdad de género y su reconocimiento por la sociedad.

El desconocimiento y la falta de difusión sobre el aporte de las mujeres en la historia nacional, son uno de los tantos problemas que se presentan en la actualidad. Empero  para efectos de esta columna haré una aproximación sobre la historia de las abogadas en Chile.

Desde que nuestro país consiguió su independencia, la situación de las mujeres no cambió respecto a la etapa colonial. Sin derechos políticos y siempre a la sombra de sus maridos,  su nivel de participación en la vida pública era prácticamente nula. La situación comenzó a mejorar con la inauguración de la Escuela Nacional de Preceptoras en Santiago en 1853, durante el gobierno de Manuel Montt, lo que permitió la formación de profesoras para la enseñanza primaria. .Según fuentes del Instituto Nacional de Estadísticas, para 1854 un 9.7 % de las mujeres en Chile estaban alfabetizadas

Uno de los anhelos de las mujeres de entonces era ingresar a la universidad, algo complejo ante una sociedad decimonónica conservadora y machista. No obstante en 1877 el ministro Miguel Luis Amunátegui publica un decreto en que permite a las mujeres ingresar a la universidad.  Y también el inicio de las primeras abogadas en nuestro país.

Doña Matilde Throup Sepúlveda nació en Angol  el 18 de agosto de 1876 y  emigró a Santiago a proseguir sus estudios en Bachillerato en Filosofía y Humanidades en la Universidad  de Chile.  Tras conseguir el bachillerato estudia en la Facultad de Derecho de la casa de Bello. El 6 de junio de 1898 aprobó su examen de grado y con ello la Licenciatura en Leyes que le permitió jurar  ante la Excelentísima Corte Suprema ese año. Sería la primera abogada en la Historia de Chile.

Casi en paralelo en su formación, doña Matilde Brandau tuvo el honor de ser la segunda abogada en la historia de Chile, nació en la ciudad de Los Ángeles en 1870 .Tras cursar la educación secundaria en su ciudad natal, su vocación era dedicarse a la lucha por la igualdad de derechos, por lo que ingresó a la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile en 1893. Tras licenciarse de la facultad, pocas semanas después de su antecesora y tocaya,  se dedica a la enseñanza con el fin de promover los derechos de las personas e igualdad de género.

Al iniciarse el siglo XX, el panorama de las mujeres y la reivindicación por sus derechos seguía siendo complejo. Si bien se titularon las primeras profesionales universitarias, entre ellas Doña Eloísa Díaz la primera mujer en graduarse como médico en Chile y Latinoamérica, persistían problemas en insertarse en un mundo laboral dominado y manejado por los hombres.

Bajo este contexto, en las primeras décadas del siglo pasado, ya se había titulado más de una decena de abogadas que tenían un común denominador. La mayoría de ellas provenían de provincia y se licenciaron de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile. Cabe señalar que prácticamente no ejercieron la profesión de manera libre, sino que ingresaron al escalafón del Poder Judicial, sea como secretarias u oficiales.

Una de las abogadas  destacas  de esta generación  es Elena Caffarena,  egresada de la Universidad de Chile, quien,  junto a Doña Olga Poblete y destacadas mujeres profesionales de entonces , fundaron en 1935  el Movimiento Pro-Emancipación de las Mujeres de Chile MEMCH Su  finalidad  era promover los derechos jurídicos de la mujer, entre ellos el derecho a sufragio . Gracias a su iniciativa logró que las mujeres chilenas obtuvieran el derecho a voto en 1934 para las elecciones municipales  (Ley Nº 5.357) y en 1949 para las parlamentarias y presidenciales (Ley Nº 9.292).

Avanza el siglo XX  y las abogadas conseguían algunos puestos de importancia a nivel nacional. Por ejemplo tuvimos a la primera mujer en asumir como ministra de estado en Chile y América Latina  Doña Luz Adriana Margarita Olguín Büche (1911-2015) en la cartera de justicia. En paralelo las abogadas comenzaban a escalar posiciones en el Poder Judicial y ya en la década del ochenta ocupaban cargos en las cortes de apelaciones del país, llegando incluso a presidir tribunales de alzada.

Empero había una deuda pendiente, que una ministra integrara la Excelentísima Corte Suprema. Tras varios intentos el  5 de noviembre de 2001 la abogada Doña María Antonieta Morales jura como la primera mujer en integrar el máximo tribunal ante la presencia de las más altas autoridades del país. Cabe señalar que la Corte Suprema fue creada en la Constitución Política de  1823, por lo que pasaron más de 178 años para que se materializara este hecho.

A pesar de estos avances persiste una brecha laboral y académica entre las abogadas y abogados en Chile. El objetivo de este resumen histórico era dar cuenta de las dificultades que han tenido las abogadas para alcanzar sus legítimos derechos y que por cierto se extiende a otras esferas de la sociedad.

*El autor es periodista titulado de la Universidad de Concepción

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.

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