Señor Marco Enríquez:
Existen algunas razones por lo cual he decidido enviarte esta carta en forma abierta y pública. En tiempos anteriores; en mi salida del PRO, en las intensas discusiones políticas, en el tiempo de las denuncias por irregularidades en la construcción del PRO y la recolección de firmas, etc. etc., no quise hacerlo para no ser parte de la farándula política y preferí salir del camino sin mayores escándalos. Hoy es distinto, tengo entendido que exactamente el pasado 19 de octubre, has sido formalizado por la Fiscalía y se ha iniciado un procesamiento. Eso merece y legitima esta carta.
Por otro lado, el mes de octubre para muchos de nosotros, refleja un sentimiento no solo de nostalgia y recuerdo de nuestros compañeros caídos, entre ellos nuestro Secretario General Miguel Enríquez; pienso que la mejor forma de reivindicar a Miguel y a todos los compañeros y compañeras caídos en la lucha contra la dictadura, es reivindicando uno de los pilares fundamentales que conformaban sus personas, me refiero a esa consecuencia y coherencia entre el pensar, el decir y el hacer. Es por esta razón, que hoy hago público estos hechos.
En primer lugar, una reflexión muy personal. No me alegra en absoluto lo que te está ocurriendo en estos momentos. No soy una persona macabra que pueda estar gozando con el sufrimiento ajeno, más aún cuando los poderes fácticos, corruptos y destructores, – donde lamentablemente tú y otros dirigentes del PRO pasaron también a formar parte,- están hoy día haciendo un festín con tu caso donde, desde la derecha hasta la Nueva Mayoría, seguramente lo único que buscan es sacarte del camino. Creo que es necesario aclarar algunas cosas, entre ellas, el entender cómo tú llegaste donde estas hoy día; cómo llegamos muchos de nosotros a apoyarte y a jugarnos por el proyecto del PRO. En otras palabras, quiero hacerles un recuerdo a ti y a quien sea necesario, sobre algunos hechos que forman la base del escenario actual.
En todo caso, también vale aclarar, que me asalta una tremenda duda en cuanto a que esta acción de la derecha y de la Nueva Mayoría en tu contra, sea también la posibilidad que exista otro tipo de plan maquiavélico para engañar y confundir más aun a la población, donde incluso tú podrías estar formando parte. Como decían nuestros antepasados, “se han visto muertos cargando adobes”, y esta frase encaja perfectamente hoy con la política en Chile. Digo esto, ya que no se puede negar que tú también estas sacando partido a este escenario, obteniendo el máximo de exposición y presencia ante los medios, cuestión que no es fácil cuando las cosas son serias y transparentes, pero sí cuando hay farándula. Tú conoces mucho de cine y existe una teoría de W. Allen que señala: “el 80% del éxito consiste en mostrarse”. Este mal momento que estás pasando, no es agradable, pero también podría estar dejándote algunos beneficios.
Todo lo que aquí señalo, la gran mayoría son hechos comprobables con correos, testigos y documentos; pero como siempre existe en política, otras cosas pertenecen al análisis y a la interpretación a partir de los hechos ocurridos y por ocurrir.
En segundo lugar, a partir de la crisis de credibilidad y el descrédito de la “clase política” que ha llegado a niveles jamás vistos en la historia de nuestro país, cuando la corrupción, la inmoralidad y los antivalores se han hecho carne en esa clase política; teniendo en cuenta que cada vez más nuestro pueblo sigue por un derrotero incierto y peligroso; lo que tú representas en estos momentos, los actos y hechos acaecidos en la construcción del PRO, la inmoralidad y falta de una mínima ética; frente a todos esos factores, tu presencia en la dinámica por obtener una victoria en las urnas, pasó a ser un problema que atañe a mucha gente, es un tema que pone en peligro más aún las posibilidades de la construcción de un proyecto popular que pueda confrontar al neoliberalismo y a la pseudo izquierda que gobierna este país, o sea, al duopolio. Más allá que estás en tu derecho de hacerlo, tu acción política no hace otra cosa que confundir más aún a los sectores populares que quisieran aportar algo para cambiar las cosas, disgrega cualquier iniciativa de unidad del movimiento popular y retrasa mucho más la lucha por un Chile diferente. En conclusión, has pasado a ser un “peligro público” de la política y te lo fundamento a continuación.
A manera de preámbulo, recordar que tú llegaste al escenario político en un contexto y momento muy complejo y particular de la sociedad chilena. Por un lado, la crisis de representatividad popular que generaron los 17 años de dictadura y que a posterior, solo le dieron cabida a pequeños sectores, que dentro del pacto entre la Derecha y la Concertación, permitieron ir construyendo una representatividad parlamentaria comprometida con el modelo post dictadura y con el neoliberalismo.
Al poco andar, las fuerzas políticas que conformaron la “Alegría que venía”, las fuerzas del NO y otros sectores democráticos fueron lentamente debilitándose al vivir en carne propia, que la alegría no venía y que el NO, había sido en la realidad un SÍ. En ese escenario, tú y un grupo de compañeros, (Valenzuela, Escobar y otros) con buena visión y habilidad política, se dieron cuenta que la Concertación estaba perdiendo poco a poco, pero en forma sostenida, su fuerza inicial, y más aún, se había iniciado ya, el desprestigio de la política y sus representantes. Allí fue donde saltaste a la palestra e instalaste sobre la mesa del país un tema fundamental: “Llegó el momento de cambiar la política”. Otros como los Rossi, los Tohá, los Díaz, etc., no dieron el paso posiblemente porque aún quedaban muchos recursos apetecibles en la Concertación y futura Nueva Mayoría.
Ese planteamiento fue impactante y lo he recalcado mucho, porque tú sabes que golpeó en la conciencia de miles y cientos de miles de jóvenes y viejos como yo, que vimos en esa estrategia, una esperanza, vimos que no todo estaba perdido y que era posible jugársela por esa alternativa. Fue el despertar de una gran masa pero que requería una estrategia de continuidad, de confianza y transparencia. Tengo que confesar algo que ya he señalado en otras instancias, no puedo negar que tu imagen, tu estilo, tu forma de expresar tus ideas, tus genes que te relacionan con Miguel, fue para muchos de nosotros, una influencia importante en ese despertar y en esa decisión que tomáramos al decir, “ok, juguémonos por esto que al parecer, aquí está la alternativa y tú aparecías como un buen líder representante de ese proyecto”. Fíjate que algunos de nosotros, entre ellos yo, sabíamos de tus conflictos anteriores con respecto a tu pasado y la relación con Miguel; pero realmente no nos preocupo demasiado, siempre pensé que ese conflicto podía ser legítimo y estabas en tu derecho a tenerlo y enfrentarlo; pero siempre y cuando esto no afectara a otras personas, menos aún, cuando dicho conflicto pasara a afectar a un sector social y de masas importante que te apoyaba y que confiaba en tus palabras y actos. Aquí fue donde comenzó a circular el planteamiento de quienes te calificaban como el “Hamlet” chileno, era el conflicto de “ser o no ser”, entre Enríquez y Ominami. Este planteamiento, al principio se consideró como una payasada, era como querer decir entre querer ser revolucionario o pequeño burgués, pero no solamente era eso, con el tiempo esto se fue agudizando cada vez más.
El mayor conflicto se inició con tus síntomas de ambivalencia y oportunismo, en tu discurso comenzó a aparecer la reivindicación de Miguel cada vez que te convenía. En varios planteamientos políticos empezó a aparecer un “ser o no ser”, un decir o no decir y una muy buena habilidad para jugar con las palabras. A pesar de todas estas deficiencias, nos jugamos de igual forma en la primera campaña.
En esa primera campaña, cuando evaluábamos a posterior de la elección allá en aquel viejo edificio cerca del Mapocho, cuando en una reunión te señalé que teníamos que sacar la lección de lo que había sido, por ejemplo, el cierre de campaña en Conchalí, donde muchas personas, muchos jóvenes con alcohol y droga saltaban y avivaban a Pinochet mientras tú estabas en el escenario con Karen, esas personas no tenían idea de lo que tú estabas proponiendo, muchos de ellos habían ido a ver al grupo Los Miserables que formaban parte de la convocatoria. Todos los candidatos hacen lo mismo, pero en nuestra reflexión y análisis, te hice ver que debíamos pensar en cómo teníamos que recuperar a esos sectores sociales, que esa era la gente real de muchas poblaciones y para ellos debíamos construir una política de acercamiento y recuperación. Respondiste que sí, pero hoy a todas luces, el PRO ni tú, representan ni conforman una política hacia esos sectores sociales que existen en muchas partes de Chile y a la deriva.
En lo personal, desde un principio me preocupo la campaña con un “Marco Por Ti”, pero asumí que había un debate interno que estaba pendiente y que había que aprovechar el espacio social y político siguiendo adelante con la campaña, pero a posterior, esos aspectos y otros, debían ser analizados y debatidos. Existieron compañeros que entregaron aporte teórico con Informes de Coyuntura semanal para la construcción del partido y la creación de programa táctico y estratégico, tú y la cúpula, por no estar de acuerdo con esos informes, los sabotearon, los desplazaron y a sus creadores los marginaron de forma totalmente denigrante y destructiva. Esos informes están aún allí, sería importante que tú los repasaras para que te dieras cuenta el aporte que significaban.
Un tercer elemento, dice relación con el doble estándar impulsado por ti y un grupo de dirigentes del PRO, que por un lado, le hacían creer a la gente que sí era necesario construir un Programa Político y un partido con carácter estratégico, que sí había que pensar en algo para el siglo XXI, se trataba de ser consecuente con aquella frase “Llego el momento de cambiar la política”; pero por otro lado, estaban con un plan por debajo de la mesa que tenía un solo nombre; se llamaba Marco a la presidencia. Eso implicaba trabajar constantemente pensando en la próxima elección, todo giraba en aquel cortoplacismo de la “elección de mañana”.
Recuerdo que en más de una oportunidad estas dos formas de actuar se lograron dar a conocer en algún debate, específicamente una de aquellas veces en uno de esos ampliados; intervine señalando que debíamos tener cuidado con nuestro accionar y para qué estábamos trabajando; algunos rieron cuando señale directamente que lamentablemente teníamos un solo Marco, y qué podría pasar si a ti te ocurría algo, señale que debíamos trabajar para tener muchos Marco. Señale con claridad que debíamos construir un proyecto político más allá de una persona.
Nunca fue posible lograr un acuerdo en cuanto al análisis del carácter y contenido de aquel 20% electoral que tú habías logrado. Mientras tú y algunos al tu alrededor se sentían obnubilados por aquel número que tenía un carácter muy complejo, negaban la posibilidad de analizarlo y se prefería seguir con la idea que para la próxima, esa cifra aumentaría o se duplicaría. Quienes señalábamos que ese número no era consistente en el tiempo y que tenía un carácter casuístico y coyuntural, no fuimos escuchados y se nos calificó como pesimistas y comenzamos desde ya a ser desplazados. De todas formas seguimos trabajando y confiando en el debate político que debíamos dar para ir mejorando en el camino.
En cuarto lugar, la situación se hizo más compleja cuando nos vimos enfrentados a la recolección de firmas para la construcción del PRO. Aquí surgieron varios aspectos que no solo producían desacuerdos, sino además que se estaba actuando en forma ilegítima. Lo primero era en cuanto a la forma de recolectar las firmas, hice público el planteamiento que a las personas se les debía informar con absoluta claridad que se les solicitaba su firma para ser militantes de un partido. No hubo acuerdo y algunos compañeros y compañeras, incluido dirigentes como Pedro Abarca y otros, relativizaron ese hecho señalando que no era necesario decirle a priori a las personas, pero que si alguien preguntaba, se les podía informar, pero dejando en claro que no era algo tan importante. Grave error; cuando se produjeron las primarias oficiales en el país, muchas personas no pudieron sufragar al encontrarse con la sorpresa que militaban en el PRO y que nunca ellos, habían aprobado esa militancia. Conclusión, habían sido engañados, pero lo más importante en este fraude, era que con esas firmas fraudulentas, se había constituido legalmente el PRO.
Otro ejemplo en cuanto a tu habilidad y capacidad en algunos casos para anteponerte a los hechos; cuando te enteraste que la señora Matthei estaba impulsando una denuncia de ilegitimidad y fraude en la construcción del PRO; corriste a los medios y llamaste a un imposible; dijiste que desafiabas a todos los partidos para re empadronar los registros electorales. Sabías perfectamente que eso no ocurriría jamás; una acción de ese tipo requeriría de una ley “dictatorial”, ya que todos los partidos, absolutamente todos, no conforman una legitimidad en sus padrones electorales, por tal razón, todo quedó en nada y terminaste tú, señalando que de acuerdo a una de esas encuestas, el PRO era el partido más trasparente de Chile.
Otra arista crítica en este proceso fue cuando por una casualidad en Valparaíso me enteré que se pagaban $500 pesos por ficha registrada. Hice ver este caso en una reunión restringida, se me respondió que no, que estaba equivocado, que el tema era que “a los muchachos se les cooperaba para que compraran cigarros y una bebida”. No me pareció la respuesta, ya que los jóvenes me habían ratificado el pago de ese monto por ficha adquirida.
En este mismo sentido, otro hecho poco claro fue cuando desde alguna parte del norte del país, llegaron varias cajas con firmas recolectadas. No tengo claro cuánto dinero en total se pudo haber cancelado por esas fichas, lo único que sé, es que el personaje encargado en esa localidad, quien respaldara e implementara dicha forma de recolección de fichas, también entró en conflicto con otros compañeros y compañeras que salieron del PRO por esas y otras razones. Ellos son testigos directo de ese conflicto.
Por otro lado, el proceso legal de adquisición de las firmas tenía un procedimiento que debía asumirse e implementarse, sobre la base que no podía transgredirse la ley de partidos políticos. El procedimiento era bien explícito:
• El interesado en querer formar parte del PRO, debía asistir a una Notaría determinada y con su carnet de identidad, firmar la ficha en presencia del notario. Este trámite tenía un valor que se le cancelaba al Notario Público, al parecer eran $1.000.
• También existía la posibilidad que se recolectaran las firmas en algún lugar físico específico, donde el Notario mandaba a un “Ministro de Fe”, quien estaba presente mientras las personas se inscribían llenando sus fichas.
A posterior, todo este proceso cambio de carácter y de implementación:
• Las fichas se llenaban en las mesas recolectoras en las calles, con el número de carnet, nombre y dirección y no se notariaban de inmediato.
• En muchos casos no se les decía que era para ser militante del partido. Muchas personas expresaban su disposición en apoyar a Marco nuevamente, señalaban que habían votado por él; pero no eran informados del proyecto PRO.
• Una vez que esas fichas estaban recolectadas, cientos de ellas, miles de ellas, eran llevadas donde el Notario “pactado” y éste, procedía a poner su timbre y firma, para lo cual el PRO, le cancelaba el valor de cada ficha. Una vez cumplido este trámite, las fichas eran devueltas al PRO para que a posterior fueran presentadas en el SERVEL.
En todo este proceso irregular, cabe preguntarse ¿por qué los notarios hasta el momento han pasado desapercibidos en la investigación que se había iniciado en relación a las firmas? ¿Son acaso intocables o protegidos del sistema judicial? Ellos también deberían responder y ser procesados si es que su acción pudo haber sido ilegitima.
Me recuerdo que trabajamos dos noches completas en el local de El Salvador, conducidos por la habilidad de Luis Jara quien había detectado muchas fichas fraudulentas y se tuvieron que revisar una por una antes de ser llevadas al SERVEL.
En quinto lugar, frente a todas estas discrepancias y conflictos, cuando vino el Congreso Fundacional del PRO, siendo yo el representante de mi comuna e incluso participando en la postulación a cargos de representación regional en dicho proceso; por alguna razón extraña que nunca pudo ser aclarada; yo mismo pude descubrir en el SERVEL que no aparecía como militante del PRO y como uno de sus 100 fundadores, de lo cual había sido parte. Lo más extraño y complejo de entender, era que aparecía como militante del Partido Socialista del Senador Navarro, con el cual yo jamás en la vida había tenido algún tipo de vínculo. Decidí investigar. En palabras del propio abogado del SERVEL, me señalo que “aquí vienen los encargados de los partidos, y ellos pueden sacar o incluir gente, porque la ley los habilita”.
La parte más compleja al interior del PRO y lo que a mí me afectara profundamente era que en el proceso de construcción, el PRO tenía acceso a la base de datos del SERVEL que permitía saber si una persona militaba en algún otro partido. En mi propia presencia, claro que sin mirar yo la pantalla de la computadora, una de las personas encargadas de este chequeo, (un incondicional) ingresó mi RUT para asegurarse que yo estaba libre de cualquier atadura para asumir algún cargo en el PRO si es que era elegido. Se me dijo que no tenía ningún problema. A partir de allí, ya existía una maniobra para neutralizar a cualquier persona que no fuera “incondicional” a tus designios. Dicha maniobra era muy sencilla, en caso de ser elegido en algún cargo de representación del PRO, a posterior de la elección, se objetaría dicha elección por estatutos y legalidad, ya que no podría ser designado alguien por un partido estando militando en otro, así de simple.
La metodología de construcción del PRO se fue dando en torno a un grupo de “incondicionales”; un viejo estilo que nosotros también vivimos en el MIR, pero que logramos dar una lucha interna durante un largo tiempo, impidiendo que la organización fuera simplemente un grupo de “amigos” del máximo líder. La influencia y conducción del PRO por viejos militantes del MIR con ese tipo de desviación y metodología, vino a reproducir los mismos viejos estilos y malas prácticas. Hasta antes del golpe y poco después de él. Hasta antes de la caída de Miguel, se combatió este método con mucha fuerza y decisión por muchos compañeras y compañeros; ya con la dictadura encima y con la clandestinidad como forma de vida, fue más difícil controlar esa forma de trabajo partidario, llegando al extremo que en los últimos periodos, cada dirigente del partido, tenía sus propios hombres y mujeres “incondicionales”, eran los hombres de Pascal, los del Guty, los del Nancho, etc.etc.
Lo señalado anteriormente, para que nadie se confunda, no empaña el aporte y el valor indiscutible que tiene el MIR en la historia de Chile y América Latina, los errores cometidos y las fallas humanas, las legítimas contradicciones internas en política y organización, son perfectamente entendibles y aceptables, mientras no apareciera la zancadilla, la trampa y la mala intención, que a posterior sí apareció tanto en el MIR como en el PRO. Preocupante es cuando hoy, en el PRO, a tu diestra y siniestra, tienes a esos mismos personajes, que han venido desarrollando las mismas prácticas, con los mismos errores, pero sustentando un proyecto personal llamado Marco Enríquez
Quiero insistir en la enorme diferencia que existía en el PRO entre los que veíamos y buscábamos construir un partido con carácter estratégico, un programa para Chile del siglo XXI, una nueva forma de mirar al largo plazo una alternativa política; y quienes estaban simplemente buscando lograr resultados en el corto plazo para una campaña electoral y poder llegar a La Moneda o a algún otro cargo. Esta diferencia se conocía, pero se confiaba en el debate fraternal y abierto, pero no en la trampa y el fraude. Lo que ocurre Marco, es que cuando se piensa en un proyecto para Chile, con una mirada de largo plazo y de reconstrucción estratégica de una alternativa popular; las ambiciones personales no tienen cabida. Son nuestros hijos, tus hijas, nuestros nietos quienes están llamados a continuar la construcción de un Chile más justo, más solidario y con un estilo de vida diferente a lo que hoy tenemos, pero debemos entregarles un buen ejemplo de consecuencia y transparencia.
Se requiere primero trabajar en la construcción del Programa del Pueblo, pero no entre cuatro paredes, sino con las bases sociales, pensando en el largo plazo y no en la próxima elección. A ti que tanto te gusta el estudio y se supone que eres informado de la historia; deberías saber que el programa de Allende de las 40 medidas, se suponía que era para 6 años de gobierno, y el Ministro de Economía de la época, don Pedro Vuskovich le dijo al Presidente al primer año de gobierno en 1971, que el Programa se había agotado, que ya no se podía seguir si las reformas no eran estructurales.
Quienes nos fuimos del PRO, puedo dar fe de los muchos que conocí en las campañas y en su construcción, nos entregábamos al 100% a la gran tarea, sin ningún interés personal, sin esperar ni una bebida, una cajetilla de cigarro o 500 pesos por cada ficha entregada para la inscripción del partido; incluso más, de nuestros bolsillos muchas veces salían los recursos para financiar actividades de distinto tipo. En esta acción fraudulenta de conseguir las firmas, no se puede culpar a los jóvenes estudiantes que recolectaban las firmas y que recibían a cambio cualquier beneficio, ellos solo fueron víctimas de un proceso viciado.
En sexto lugar, quiero señalarte Marco, que el mayor conflicto que has presentado y por lo cual has llegado a estar donde estas hoy, cuestionado, enjuiciado y apuntado con el dedo por distintos sectores: se debe a tu ambivalencia como parte de tu inconsecuencia entre el pensar, el decir y el hacer. Fíjate que es increíble que Kramer en una de sus películas, antes que nada de esto se supiera, antes de cualquier destape de olla, él te describe en forma tan certera en aquel pasaje cuando tú estás reunido con Larraín y Escalona, allí queda reflejado un personaje que se acerca mucho a la realidad de lo que tú eres hoy día. Te detallo algunos elementos:
• Tú fuiste quien levanto con fuerza el calificativo de “Duopolio” cuando te referías a la Concertación y a la Derecha. Enfrentado al momento de votar en segunda vuelta, no fuiste capaz de llamar a votar nulo o a la abstención. Tu expresión, que ni siquiera fue clara y que mucha gente humilde ni siquiera la pudo entender, fue la evidencia de esa ambivalencia e indecisión. Era increíble como algunos militantes del PRO, se sentían orgullosos porque en esa segunda vuelta habían marcado el voto con un Marco.
• Nunca fuiste claro en relación a la Asamblea Constituyente, intentaste diferenciarte de Marcel y Roxana en ese punto, cuando lo que correspondía era justamente lo contrario, era llamar a la unidad. Nunca llamaste a la unidad real, siempre con el discurso demagógico de quienes llaman a la unidad siempre desde la vereda del frente, pero no tienen la más mínima humildad ni interés de atravesar la calle y producir esa unidad. A posterior, como un acto de oportunismo, te sumaste a la estrategia de marcar A/C en el voto, a sabiendas que eso no llegaría a ninguna parte, menos aún cuando a través del voto, se está legitimando un sistema que aún es herencia de la dictadura y antidemocrático.
• Frente a la gratuidad de la educación, pasaste un buen tiempo “polemizando” sobre si debía ser o no ser. Tu habilidad en el lenguaje, en las metáforas y otras estrategias comunicacionales, siempre te dejaban en un lugar de indefinición.
• Frente a Cuba, Venezuela y Mar para Bolivia; la estrategia siempre fue la misma, evadir el compromiso y la decisión de estar o no estar. Respecto a Bolivia, repetiste cientos de veces que la estrategia de Pinochet era la mejor, pero jamás te has pronunciado por el concepto ético, moral, humano, solidario, bolivariano y latinoamericanista del derecho al mar para Bolivia.
Marco:
Existen situaciones hoy día en Chile mucho más graves de lo que se aprecia y que son mucho más complejas que la simple tarea de hacer de la política un “guion cinematográfico o producir una película”. Es evidente que hoy lo que tú expresas es una obsesión por llegar a La Moneda y eso es peligroso, no solo porque Ponce Lerou y SOQUIMICH se dieron cuenta de esa obsesión, también están todos los partidos políticos a la expectativa qué va a suceder en el desarrollo de los acontecimientos. Algunos seguramente ya lo saben, porque lo tienen fríamente calculado, pero los únicos que no lo saben y que pagan los platos rotos, son el pueblo, son la gente humilde de nuestro país que busca una mejor vida y futuro y desean volver a confiar y no encuentran en quien hacerlo.
Tu entrevista televisiva en un canal cuando la periodista te pregunta ¿Dónde fue a parar el dinero de SOQUIMICH? Es patético Marco que te hayas puesto a la misma altura de todos los políticos corruptos, que cuando no quieren responder a la ética y a la moral, señalan muy suelto de cuerpo: “Dejemos que la justicia haga su trabajo y que las instituciones funcionen, hay una investigación en curso”. La justicia no sanciona la moral, la ética ni la inconsecuencia, eso está más lejos aún si ni siquiera muchas veces, sancionan a los que debieran sancionar legalmente y se establece la impunidad.
No puedes decir que “Si comprueban que he robado, me retiro de la política”. No se te está acusando por robo, nadie te ha dicho que te enriqueciste ilícitamente; ni siquiera interesa el juicio que te puedan hacer por evasión de impuestos y otras payasadas leguleyas que solo buscan confundir a la ciudadanía y sacarlos del foco principal. El cuestionamiento es ético y moral Marco, es por haber recibido dinero de los asesinos de tu padre, de nuestro Secretario General. Otro punto que es doloroso para muchos de nosotros, los viejos del MIR, saber que posiblemente el apoyo entregado desde Brasil a tu campaña, fue hecho sobre el nombre de Miguel, de tu tío Edgardo y su compañera, quienes trabajaron estrechamente con el PT en aquellos tiempos. Allí es donde está lo ético y lo moral.
Recuerdo con un poco de amargura aun, cuando en medio de toda esta crisis, me llamaste a tu oficina del segundo piso de calle El Salvador y me señalaste con estas palabras: “Horacio, ayúdame a construir este proyecto para reivindicar a Miguel y a todos nuestros compañeros y compañeras caídos en la lucha revolucionaria”. Yo salí de ese cortísimo encuentro, bastante mal, me habías tocado la fibra más profunda de toda una vida de entrega a la causa revolucionaria; te confieso Marco, que soy uno de aquellos, que algunas veces, en la frustración y en el dolor de observar lo que hoy tenemos en nuestro país, me nace a veces el sentimiento de renegar contra el azar de haber quedado vivo y no haber partido con mis compañeros y compañeras caídos. Fuiste muy hábil en señalarme esa frase, pero no fue suficiente para callarme y anularme.
No sigas tirando palos de ciegos y manotazos de alguien que se ahoga. Tus intervenciones tales como “Mientras existan AFP, seguiré siendo candidato”, otro oportunismo mediático. Fíjate que fuiste diputado por un buen tiempo, has estado en dos campañas presidenciales, y el “No más AFP”, vino del movimiento social. Luego agregas, “mientras sigamos separados, seguiremos perdiendo”, otro grave error, todo debido a los últimos resultados municipales. Parece Marco que hay que revisar las matemáticas, la Derecha ganó independientemente de la desunión de los otros. Si terminaras siendo el candidato de la Nueva Mayoría, sería el retroceso histórico más profundo aún y con mayor razón ganaría la Derecha, al final serías el candidato de una parte del Duopolio Marco, no sigas confundiéndote a ti mismo.
Termino esta carta Marco, llamándote a no seguir engañando a la ciudadanía en relación a la participación en las elecciones y el deber de ir a votar, cuando tanto tú como otros candidatos, en la interna, en la intimidad de su grupo de amigos y caudillos, en un análisis frio y calculador, saben que la única forma de tener alguna oportunidad de competir y llegar a disputar una magistratura, es sobre la base que vote la menor gente posible, solo así, llegando incluso al viejo estilo del “acarreo”, podrían llegar a tener una victoria. Mientras participe la mayor cantidad de ciudadanos, mientras más gente vote, lamentablemente para ti Marco; no tienes ninguna posibilidad.
En los próximos meses, es posible que se logre levantar una nueva alternativa social y política, un referente popular con carácter de Frente Amplio o algo parecido, donde deberían estar todas las fuerzas de la izquierda y progresistas, con posiciones claras frente al modelo económico y frente a una alternativa táctica y estratégica. No se trata solamente de conquistar el gobierno y llegar a La Moneda, se requiere sin ambivalencias, definirse frente al capitalismo que hoy nos gobierna, no solo por 4 años, sino para un futuro mucho más largo, donde se vean expresados nuevos valores de relaciones humanas y nuevas formas de vida digna para todos los chilenos. Los “Centros”, que últimamente están muy de moda, no hacen otra cosa que mostrar la indefinición.
Aún es tiempo Marco de ofrecer disculpas y una autocrítica a importantes sectores que confiaron en ti en sus inicios; pero a estas alturas, con tus errores tras errores, no bastarían solo palabras, se requieren hechos y acciones, la más loable y humilde acción hoy día, sería que dieras un paso al costado en tu candidatura, llamaras a las bases del PRO a incorporarse masivamente en la construcción de un Programa del Pueblo para la conformación de un Frente Amplio constituido principalmente por movimientos sociales, no por grupos de adictos que pretenden representar al movimiento social; incorporarte tú también en esta tarea olvidando la elección de mañana y dejando los pies en la calle para recuperar la confianza de la ciudadanía, pero no como candidato, sino como un ciudadano más de este país. Este acto de humildad y autocritica, podría tal vez reposicionarte nuevamente como una alternativa para unas futuras primarias junto a otros posibles candidatos surgidos desde el trabajo social y político en la construcción de ese programa. Todo esto además, requiere de ti y del PRO, definiciones mucho más profundas y transparentes en cuanto a una serie de aspectos tácticos y estratégicos para el futuro de Chile.
Todo lo que aquí te he señalado, no se inserta en la arrogancia de mi parte para coartarte a ti o al PRO de seguir en la lucha por lo que creen. Yo no soy nadie para impedirte que sigas adelante en tu cometido, estás en tu pleno derecho de hacerlo, solo la experiencia vivida con ustedes y los hechos acaecidos, me llevan a solicitarte esta humilde acción de tu parte, asumiendo que en ti, no podría existir la mala intención de no pensar en Chile y su mejor destino.
Basta de seguir engañando políticamente al pueblo y mancillando el nombre de quienes por ser consecuentes en el pensar, el decir y el hacer; fueron asesinados o murieron combatiendo contra la dictadura, esa misma dictadura que en su expresión civil como Ponce Lerou, como Contesse y tantos otros, están dispuestos a otorgar recursos a quienes no son capaces de mantener la frente en alto y la lealtad, a quienes entregaron la vida por lograr un Chile con otros valores, con otros principios, no los de ahora, los que permiten que cualquiera se venda o se entregue a cambio de migajas y de recursos económicos, que además, han sido mal habidos.