Horacio Salinas tomó un vuelo en Roma y aterrizó en el aeropuerto de Heathrow. Estaba algo atrasado y debía comenzar el trabajo esa misma mañana, así que abordó uno de los clásicos cabs londinenses y dio la dirección que le habían enviado por fax. “Ah, va a los estudios de los Beatles”, le dijo el taxista, cuando vio que debía conducir hacia Abbey Road. “!Y yo no me había hecho la composición de que ese era el lugar!”, recuerda hoy, entre risas, el director de Inti Illimani Histórico.
Era pleno septiembre y Salinas tenía que llegar a los estudios de EMI para las mezclas de Fragmentos de un sueño, el disco que el grupo había terminado un par de meses antes en los estudios Forum, en Roma. Haydn Bendall, que por aquellos años se codeaba con gente como Paul McCartney, Kate Bush y Ryuichi Sakamoto, era el ingeniero al mando en Abbey Road y aparece en los créditos del álbum.
“Estuvimos algunos días trabajando y desde la cabina yo veía, abajo, el estudio donde grababan los Beatles. Cada tanto me paseaba, pretendiendo captar el ambiente que se tiene que haber producido ahí. No era demasiado grande tampoco, era de madera entero y con una serie de artefactos y cosas que se conservaban”, recuerda Salinas.
La anécdota la ha revivido por estos días, más de tres décadas después, a propósito de los conciertos que Inti Illimani Histórico realizará este viernes 28 y sábado 29 en el Teatro Nescafé de las Artes (detalles, al final de la nota). Aunque también repasará sus clásicos, el grupo dedicará buena parte del repertorio a ese trabajo, que consagró su alianza con dos intérpretes de excepción: el australiano John Williams, uno de los más reputados guitarristas del mundo clásico a nivel mundial; y el español Paco Peña, un avezado intérprete de flamenco.
Primero habían coincidido al calor de los eventos de solidaridad con Chile, en plena dictadura militar, y luego terminaron girando juntos por espacios connotados, como el mismo Royal Albert Hall londinense. “Se fue dando de a poco, naturalmente”, dice Horacio Durán. “Me acuerdo que en 1984 fuimos a tocar a Córdoba, a la ciudad de donde es originario Paco Peña, que organizaba un festival de guitarra. Al final de nuestro concierto hicimos ‘El mercado de Testaccio’ y ese fue el primer tema que tocamos juntos”.
Esa canción, una de las más populares del conjunto, integra un repertorio de once piezas que les significó un salto de calidad, en términos técnicos e instrumentales. Ahí figuran “Danza di cala luna”, “El corazón a contraluz”, “El carnaval”, la misma “Fragmentos de un sueño” o la sevillana “En libertad”, con el propio Paco Peña en la voz solista. “¡Pero hombre, si yo nunca he cantado en mi vida!”, les reprochó antes de asumir la tarea.
Cultivada primero en vivo, la colaboración se transformó en dos discos, porque a Fragmentos de un sueño -un título sugerido por Patricio Manns- le siguió Leyenda (1990), registrado en el Teatro Philarmonie de Colonia (Alemania). “Fue John Williams quien nos dijo que grabáramos un disco, fue increíble. Nosotros no teníamos un repertorio tan vasto de cosas instrumentales como para que ellos participaran de manera más intensa, entonces me dijo que compusiera música para esta formación y en ese momento a mí me dio un escalofrío, pero visto a la distancia, fue el catalizador de todo un mundo que no estaba en el conjunto”, relata Salinas.
“Nos llevó al filo de nuestras capacidades técnicas”, agrega José Seves. “Había una admiración tremenda por tenerlos cerca, tanto en el estudio como en los escenarios, porque escuchábamos algo de un nivel interpretativo realmente alto y fue una de las cosas bellas que logramos vivir”.
Para John Williams, sin embargo, parecía no haber mayores diferencias: “Tocando con Inti Illimani, tocando la música de la película Cavatina o haciendo jazz, el instrumento es el mismo. Es el mismo como cuando toco Bach, Vivaldi o Albéniz”, dijo al diario argentino La Nación en 2001, cuando juntos visitaron Buenos Aires. “El asunto es que para muchos guitarristas de música clásica esto es todavía un problema. Lo es para ellos, pero no para mí. Para mí, tocar con Inti Illimani es una oportunidad de hacer una música que me encanta escuchar”.
La preferencia de Williams por el grupo, de hecho, se ha mantenido en el tiempo. Así como visitó Chile en dos ocasiones, ha vuelto a grabar música compuesta por Salinas y Fragmentos de un sueño fue incluido en el mastodóntico boxset que Sony Classical editó en 2016, con ¡58 discos! Entre piezas de Bach, Haydn, Vivaldi, Albéniz o Villa-Lobos, figura también el conjunto chileno.
Donde las diferencias sí asomaron fue al interior del grupo. De algún modo, era el preludio para el quiebre entre la facción “histórica” y la que lideran los hermanos Jorge y Marcelo Coulon, que se produjo ya en el siglo XXI. “Hubo un salto interno que fue maravilloso, pero también trajo problemas”, dice Horacio Durán. Salinas dio sus argumentos en su libro La canción en el sombrero, pero hoy añade que “la colaboración con dos músicos extremadamente finos dejó en el aire algunas carencias nuestras y exacerbó problemas que teníamos. Aparecieron exigencias que no podíamos soslayar y fueron fuente de dificultades entre nosotros. Esa es la parte de agraz del disco”.
Fragmentos de un sueño terminó siendo varias cosas para la banda. Es el disco de las colaboraciones, es el disco del salto instrumental, pero también es el último disco del exilio en Italia. En aquella época, no tenían cómo saberlo. Y trataban de no hacerse demasiadas ilusiones, porque fueron muchas las ocasiones en que amigos y familiares “llegaban entusiasmados y nos decían que ahora sí íbamos a poder volver, pero resultaba que no”, según cuenta José Seves.
Durán sitúa las primeras esperanzas del retorno a inicios de 1988, cuando el álbum ya estaba publicado: “En ese momento no teníamos idea. Recién con el despliegue del plebiscito empezamos a sospechar que tal vez nos sacaran de las listas de prohibición, pero cuando hicimos este disco, jamás se nos ocurrió que podía ser el último del exilio. Así ocurrió, pero no fue pensado de esa manera”.
Fragmentos en vivo
Inti Illimani Histórico se presentará a las 20:30 horas de este viernes 28 y sábado 29 de diciembre en el Teatro Nescafé de las Artes (Manuel Montt 032, Providencia). Las entradas tienen valores entre 14 y 28 mil pesos, disponibles en boleterías del recinto y en el sistema Ticketek.