Residentes de la comuna de Los Lagos, comunidades mapuches y académicos de la Universidad Austral, se están organizando para enfrentar la nueva arremetida que ha impulsado la empresa Colbún S.A, para construir una central hidroeléctrica en pleno Río San Pedro, región de Los Ríos.
El embalse fue una idea que se impulsó en 2008, pero fue detenida en 2011 debido a constantes derrumbes de material sobre el cauce y que después de doce años la empresa no ha podido superar el 15 por ciento de avance debido a serios problemas en el terreno altamente inestable.
Recientemente y por tercera ocasión, la compañía de propiedad del Valdivia presentó un nuevo Estudio de Impacto Ambiental (EIA) con el fin de reanudar las obras, que en lo medular, significa la construcción de un muro de contención de casi 60 metros de altura.
Académicos de la Universidad Austral de Chile se oponen al proyecto, a través de diversos estudios realizados en la zona, y que no fueron incluidos en el estudio presentado por la compañía.
Para el especialista de dicha casa de estudios, doctor Manuel Schilling, la inestabilidad de la roca que encausa el Río San Pedro, donde se construiría la presa no es casualidad. Precisó que existen riesgos geológicos, además de efectos catastróficos producto de un posible terremoto como el ocurrido en Valdivia en 1960, el más grande la historia.
“Pueden ocurrir terremotos que ocasionen la remoción en masa, caigan las laderas del río, paredes sedimentarias que tienen un comportamiento especial, colapsan y provocan el embalsamiento del caudal natural, más arriba de la represa misma. Que pasa después con el embalse cuando llegue un aluvión lleno de lodo y troncos, afectando a todas las comunas, poblados que están aguas abajo, un latente riesgo. Además del efecto de los volcanes que se encuentran en la zona cordillerana”, afirmó.
Según informes, la Central se emplazaría en el Río San Pedro a 14,5 kilómetros aguas abajo de la desembocadura del Lago Riñihue y a seis kilómetros aguas arriba del puente Malihue. Con una extensión total de 12, 5 kilómetros.
Destacado mundialmente por sus aguas, el afluente es conocido por la práctica de deportes como el kayak y el rafting, lo que ha dado a la zona un impulso económico importante a través del turismo.
Una de las voceras del movimiento “Rio San Pedro Sin Represas”, Fernanda Ochoa, precisó que el proyecto impactaría negativamente el desarrollo económico, el paisaje, el patrimonio, la flora y fauna protegida, entre otros aspectos.
“Lo que pasó en 2008 con el visto bueno de la comunidad, no te puedo decir si Colbún compró a tal y tal persona, pero claro, autoridades locales y regionales, que uno esperaría que hubiesen puesto una mano más dura, más crítica al proyecto, no lo hicieron, sino que al final aprovecharon la oportunidad que le estaban ofreciendo. Por otro lado, ahora hay mucho menor ignorancia de lo que significan las energías renovables”, argumentó.
Desde las comunidades mapuches que habitan en los alrededores del Río San Pedro, que kilómetros más adelante pasa llamarse Calle-Calle, han expresado su oposición al proyecto hidroeléctrico.
El werkén del Consejo de comunidades originarias de Los Lagos, Fredy Quilaqueo, compartió su perspectiva y creencias sobre su relación con la naturaleza, el agua y el país en el que viven.
“El Río San Pedro es un espíritu que para nosotros tiene una importancia cultural muy importante, tiene que ver con el traslado de las almas de nuestros antepasados hacia Wenu Mapu. El tema del agua para nosotros tiene una importancia enorme, en términos culturales y de subsistencia nos daña irrevocablemente, además a las comunidades de Panguipulli. Ejemplo claro y dramático es lo sucedido con las comunidades del Alto Biobío y la Central Ralco”, subrayó.
Las comunidades locales y originarias de la comuna de Los Lagos, están preocupadas además por la gestión que pueda realizar la directora del Servicio de Impacto de Evaluación Ambiental (SEIA) de la Región de Los Ríos, Karina Bastidas, ya que la autoridad local ha sido constantemente cuestionada por su relación directa con empresas privadas, mientras se desempeña en funciones públicas.