Mucho se ha hablado durante las últimas semanas de la responsabilidad y mal manejo del Gobierno frente a la crisis política y social que atraviesa nuestro país. Se ha criticado el tono, las declaraciones, las decisiones y la falta de voluntad para impulsar los cambios que la ciudadanía está pidiendo, literalmente, a gritos.
Sin embargo, hay un actor que cumplió un importante rol durante más de dos décadas en la profundización de las políticas neoliberales, y que ahora mira desde afuera el inédito estallido social: los partidos de la ex Concertación o la denominada “centro-izquierda”, que por estos días han abundado en palabras para criticar la mala gestión del Ejecutivo, pero que no han dado ninguna señal que vaya más allá de la mera “autocrítica”.
Por el contrario, sus dirigentes y representantes se pasean por los canales de televisión dando cátedra de cómo salir de esta crisis, de la responsabilidad política de las autoridades actuales y reiterando una y otra vez que las ataduras institucionales imposibilitaron generar los cambios al modelo implantado en dictadura.
Si bien los enclaves autoritarios dificultaron muchas reformas que un sector intentó impulsar con mucha fuerza, lo cierto es que la mayoría de los dirigentes y autoridades de esos partidos se acomodaron en el poder y optaron por administrar –exitosamente- un sistema político y económico del que también resultaron sumamente beneficiados.
De ahí la aversión a la mayoría de esas colectividades, algunas de ellas manchadas por actos de corrupción como el PPD y el caso SQM o el Partido Socialista y el clientelismo y las eventuales redes de narcotráfico.
“No tenemos la misma responsabilidad”
La semana siguiente al estallido de las movilizaciones que hoy cumplen 20 días, un grupo de senadores opositores, entre ellos, Carlos Montes, Yasna Provoste, Guido Girardi y Jorge Pizarro, elaboraron un documento con algunas propuestas para salir de la crisis.
En él se establecía la necesidad de “un nuevo pacto social que asegure la gobernabilidad democrática”, junto con emplazar al Gobierno a retirar los proyectos de pensiones y reforma tributaria.
Asimismo, se declaraba que “en esta crisis las responsabilidades no son iguales. La actual oposición, el progresismo y la centro-izquierda del país no tienen la misma responsabilidad que el actual gobierno y la derecha. No somos todos iguales. Gran parte de los cambios que el país hoy demanda no fueron posible por un bloqueo permanente de la derecha, que por 30 años impidió mayores avances políticos y sociales. La verdad histórica necesita claridad”.
Para el analista político y académico de la Universidad de Talca, Mauricio Morales, “suena un poco irónico que los tres presidentes de partidos -el PPD, el Partido Socialista y el Partido Radical-, hayan sido ministros precisamente de gobiernos anteriores”.
Desde su perspectiva “el malestar hoy día no es solamente contra el gobierno del Presidente Piñera, sino que es contra gobiernos anteriores y el gran problema es que esta oposición tiene nula capacidad de articulación con sectores de base y eso responde al proceso de elitización que vivieron los partidos políticos”.
En esa linea el abogado y académico de la Universidad de Chile, -quien recientemente renunció al Partido Socialista-, Fernando Atria, también apuntó al rol de la ex Concertación, manifestando que existe una percepción de que que quienes nos gobernaron durante las últimas décadas tomaban decisiones en beneficio del poder económico y en desmedro de la ciudadanía. “Lo que explica esto es algo que se viene desarrollando desde hace mucho tiempo: una creciente conciencia de que la vida en Chile está ordenada en todo caso en favor del poder económico y en perjuicio de los ciudadanos”, expresó.
Misma visión poseen dirigentes de mundo social, quienes observan con distancia los discursos y propuestas que apuntan a dar una salida a la situación que vive el país.
Así lo expresó el vocero del Movimiento No+AFP, Luis Mesina, quien en reiteradas ocasiones ha enrostrado a integrantes de la ex Concertación su contubernio con las cuestionadas administradoras de fondos previsionales, llegando varios de éstos a sus directorios.
Por esta razón, para el dirigente no es de extrañar que la respuesta a las demandas sociales por parte de partidos como el PPD, el PS y el Partido Radical se circunscriba dentro de los márgenes del “modelo”, como por ejemplo mejorar el Pilar Solidario o destinar una pequeña parte de la cotización a solidaridad.
Una mirada con la que coincide la histórica dirigenta de la población Lo Hermida, Soledad Mella, quien al ser consultada por nuestro medio expresó: “El grupo opositor al gobierno de Piñera, sus dirigentes políticos, lo único que quieren es salir blanqueados de esta situación. Hoy día nosotros no nos vamos a comprar esa pomada de que ellos están súper alineados con el pueblo, de que están super claros de que cuáles son nuestras demandas”.
La representante del Movimiento Nacional de Recicladores de Chile recalcó que “ellos tuvieron cuatro gobiernos y no hicieron nada, es más, Ricardo Lagos privatizó todo. Ellos quieren blanquear su imagen, quieren salir limpios de polvo y paja, pero resulta que están tan embarrados como la derecha”.
En las últimas horas, las manifestaciones han tenido un alto componente simbólico. La manifestación contra los TAG, aparte de su dimensión concreta, alude a lo que para la ciudadanía es el símbolo más expresivo de la política de concesiones implementada desde fines de la década del siglo pasado a los 2000. Quienes se movilizan concentran las responsabilidades en el primer gobierno socialista después de Salvador Allende, encabezado por Ricardo Lagos. El mismo presidente que promovió la entrega de la nacionalidad por gracia a Horst Paulmann, cuyo edificio del Costanera Center fue el principal foco de las protestas de ayer.