Cada año, plantas de tratamiento y vertederos chinos recibían 45 millones de toneladas, casi la mitad de los desechos reciclables del planeta. Esto acaba en 2021.
Durante 30 años, China se apropió del negocio del reciclaje y ciudades enteras prosperaron gracias a esa economía. La Unión Europea llegó a enviar el 95% de sus plásticos a China y Estados unidos el 70%.
Pero se sobre evaluó su capacidad de tratamiento. Según datos de China Business News, al fin de cuentas solo el 20% o el 30% de los residuos se reciclaban. El resto acababa en gigantescos basureros.
Medios oficiales destacan que más de la mitad de las plantas violaban leyes medioambientales y que los vertederos habían contaminado a las poblaciones del lugar.
Tailandia, Vietnam o Malasia
En 2017 Pekín decidió entonces limitar la entrada de basura extranjera hasta prohibirla completamente este 1° de enero.
Activistas chinos de Greenpeace esperan que con esta medida los países occidentales tomen mayor conciencia de sus desperdicios, pero temen que las montañas de residuos vayan a parar a los países vecinos como Tailandia, Vietnam o Malasia. Son países que están ávidos por retomar el negocio y cuyas leyes ambientales están menos reglamentadas que en China.