Ante los aberrantes hechos conocidos por todos en relación a la ignominiosa muerte del artista callejero Francisco Martínez, ocurrida hoy en Panguipulli, a manos de un carabinero y el despliegue habitual de la maquinaria de impunidad que ha caracterizado a este gobierno con la complicidad de los medios de comunicación, la Asociación Nacional de Funcionarios y Funcionarias de la Subsecretaría de las Culturas y las Artes, declara lo siguiente.
1. Estamos nuevamente ante el resultado de una doctrina institucional nefasta como la de Carabineros, combinada con una autoridad civil, que no solo no ha cumplido su rol de control sobre las fuerzas institucionales, sino que, como en un manual de procedimiento, se hace cómplice de asesinatos y torturas, justificando procedimientos, mintiendo y ayudando a entorpecer la labor de la Justicia.
2. Nuevamente es un artista callejero, solo y en situación de completa asimetría respecto de un agente del Estado armado, víctima del abuso de una sociedad completa traducida en la violencia policial, esta vez con consecuencias fatales, en una situación que al más mínimo análisis, tenía infinitas salidas apegadas al sentido común, el respeto de los derechos humanos y un procedimiento profesional.
3. Los y las artistas callejeros son uno de los grupos más expuestos a la violencia policial al ejercer su derecho al trabajo en la vía pública. Pese a que son ellos y ellas quienes conectan con el alma profunda del pueblo, sorprendiendo, aportando belleza y diversidad cotidiana al alcance de un aporte voluntario, son constantemente maltratados, humillados y agredidos por una fuerza policial que descarga en ellos un odio abusivo, al no poder defenderse y en muchos casos, vivir en la precariedad en la que ni la salud, ni la justicia se hacen presentes.
4. Como organización solidarizamos con la familia de Francisco y nos sumamos a las movilizaciones que a lo largo del país están revindicando del derecho de este artista a vivir y condenando el abuso policial. Así mismo, condenamos la política de exterminio que el Gobierno sigue profundizando con su represión desmedida y la criminalización del arte callejero que hoy cobra una nueva vida.