Los resultados preliminares del estudio en fase IV de la vacuna Sinovac, desarrollado por el Ministerio de Salud, arrojaron un 67 por ciento de efectividad para prevenir casos sintomáticos. Estos datos fueron presentados durante la semana pasada por el asesor de la Subsecretaría de Salud Pública, Rafael Araos, quien además destacó que, una vez colocada la segunda dosis de la vacuna del laboratorio CoronaVac, se alcanza un 85 por ciento de efectividad para prevenir la hospitalización, un 89 por ciento para prevenir el ingreso a UCI, y un 80 por ciento para evitar la muerte.

Para conocer cuáles son las implicancias de este estudio y analizar los datos vertidos, nuestro medio conversó con la infectóloga y académica de la Universidad Católica, Katia Abarca, la cual valoró los resultados obtenidos por el Minsal, y destacó que fueron mejores que los obtenidos en la fase III del instituto brasileño Butantan.

“Los resultados han sido muy promisorios. El hecho que dos dosis de vacunas estén protegiendo en un 67 por ciento del factor sintomático es mayor que lo que conocimos en el estudio de Brasil, el más grande de fase 3 con la vacuna CoronaVac. No siempre son iguales las cifras, pero lo normal es que bajen, sin embargo en este caso fue incluso mejor los resultados intermedios como hospitalización, ingreso a UCI, que también son muy altos”, explicó.

No obstante, pese a lo alentadores que pueden ser los resultados, Abarca recordó que las posibilidades de contagio asintomático siguen siendo altas y que, por lo tanto, es necesario continuar con las medidas de prevención del virus.

“No vamos a estar más graves y eso ya es muy importante. Aunque es más difícil de determinar el número, podríamos tener un COVID asintomático. Entonces, la conclusión es que las personas, así estemos vacunadas, tenemos que mantener las medidas de protección porque podemos contagiarnos y contagiar a otros”, señaló.

Asimismo, la profesional se refirió al panorama que actualmente se vive en las unidades de cuidados intensivos, en donde hace ya varias semanas el número de pacientes menores de 60 años que son víctimas del COVID-19 terminan agravando sus diagnósticos.

Al respecto, Abarca aseguró que “probablemente este grupo de personas más jóvenes se ha quedado con la idea que era cierta el año pasado pero que ya no lo es este año, de que el virus predominantemente afectaba a los adultos mayores. Sin embargo, han surgido estas nuevas variantes que prácticamente han desplazado al virus original, que son mucho más contagiosas y que también estamos viendo lo que dicen los médicos de intensivo en que personas jóvenes se agravan muy rápidamente”. 

“Prácticamente tenemos un virus distinto al del año pasado que pone a  los más jóvenes en un mayor riesgo. Pero tienen la herramienta preventiva a mano, entonces, hay que hacer todo el esfuerzo para que las personas accedan a este beneficio”, sentenció.