Con la intención de defender el Donbás, el Presidente de Rusia, Vladimir Putin, decidió el lanzamiento de una operación militar especial que significó el ataque hacia puntos específicos de Ucrania con quien mantiene diferencias por su intención de integrarse a la OTAN, algo que es considerado como una amenaza seria por Moscú.
En un discurso este jueves, Putin señaló que “he tomado la decisión de llevar a cabo una operación militar especial”, detallando que el objetivo del operativo es “proteger a las personas que han sido objeto de abusos y genocidio por parte del régimen de Kiev durante ocho años”.
Según Putin, el objetivo es “desmilitarizar y desnazificar Ucrania. Y también para llevar ante la justicia a quienes han cometido numerosos y sangrientos crímenes contra la población civil, incluidos los ciudadanos de la Federación de Rusia”.
El jefe de Estado ruso agregó en la alocución a los ciudadanos rusos que “no se puede mirar todo lo que está ocurriendo ahí (en el Donbás) sin compasión. Simplemente era imposible tolerarlo todo por más tiempo. Era necesario detener inmediatamente esta pesadilla, el genocidio contra los millones de personas que viven allí y que solo esperan a Rusia, solo te esperan a ti y a mí”.
Putin subrayó que “nuestros planes no incluyen la ocupación de territorios ucranianos, no vamos a imponer nada a nadie por la fuerza”, además de señalar que las acciones militares de este jueves no significaron un riesgo a la población civil.
Más tarde, el Ministerio de Defensa ruso informó que las instalaciones de las defensas antiaéreas de las Fuerzas Armadas de Ucrania “están reprimidas” y la infraestructura de sus bases aéreas “está inhabilitada”.
Esto a raíz del uso de armas de alta precisión que buscaba “incapacitar la infraestructura militar”.
El hecho fue reconocido por el presidente ucraniano, Vladimir Zelenski, quien en un discurso televisado señaló que “Rusia golpeó nuestra infraestructura militar y nuestras áreas fronterizas. (…) Hoy es necesario que ustedes, que cada uno de ustedes, mantenga la calma. Si es posible, quédense en casa”.
En tanto, el Parlamento ucraniano aprobó la aplicación de la Ley Marcial en todo el país, mientras el Gobierno anunciaba la ruptura de relaciones diplomáticas con Rusia.
Biden: Una incursión injustificada y no provocada
El ataque ruso generó reacciones en todo el mundo. Mientras en Europa se preparan para una acción bélica “de largo aliento”, como señalaron las autoridades de Suecia y el canciller alemán, Olaf Scholz, llamó a Moscú a retirar sus tropas de Ucrania, en los Estados Unidos el Presidente Joe Biden calificó el hecho como una incursión “no provocada e injustificada”.
A través de un comunicado, el mandatario indicó que “el Presidente Putin ha elegido una guerra premeditada que traerá una pérdida catastrófica de vidas y sufrimiento humano. Solo Rusia es responsable de la muerte y la destrucción que traerá este ataque y EE.UU y sus aliados y socios responderá de manera unida y decisiva. El mundo exigirá responsabilidades a Rusia”.
Y aunque en el comunicado Biden adelanta que aplicarán una “respuesta fuerte y unida”, antes la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, señaló que el mandatario había sido “claro como el cristal y consistente” respecto a su decisión de no enviar “bajo ningún escenario” tropas de su país a Ucrania.
“No vamos a luchar contra Rusia y no desplegaremos tropas en Ucrania para que luchen contra Rusia”, indicó, aunque sí mantendrán la asistencia militar y de equipamiento a las fuerzas de Kiev.