Sonidos de explosiones, disparos y el permanente ulular de las sirenas de emergencia fueron el escenario de la noche en Kiev, la capital de Ucrania, en medio de las operaciones que llevan adelante las fuerzas militares rusas que comenzaron una ofensiva contra instalaciones militares la madrugada de este jueves.

Durante la tarde de ayer, las autoridades ucranianas informaban de haber perdido el control de la ex central nuclear de Chernobil, escenario en 1986 de una de las peores catástrofes nucleares en la historia. Según representantes del Gobierno, sus fuerzas desplegaron una “heroica lucha” contra las tropas rusas, pero luego de un par de horas de enfrentamientos debieron ceder ante la superioridad militar.

Por la noche se registraron algunos bombardeos que iluminaron el cielo de la capital, mientras solo algunos pocos vehículos se veían transitar en las principales calles y avenidas de la metrópoli que hace ocho años fue testigo del golpe de Estado que derivó en una verdadera cacería que terminó con centenares de personas muertas, entre ellas una decena de trabajadores en la sede de la Federación Sindical de la ciudad de Odessa donde fueron quemados vivos por elementos identificados como grupos neonazis.

Mientras las operaciones militares rusas iniciadas ayer se intensifican, informes de inteligencia dados a conocer por la prensa norteamericana hablan que Kiev podría ser ocupada en cuestión de días. Según publicó la tarde del jueves el portal del New York Times, los servicios de inteligencia estadounidenses estiman que la capital estará en manos de los rusos en las próximas 96 horas.

Durante esta jornada, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, sostuvo que uno de los objetivos principales establecidos en la planificación de las fuerzas militares rusas es eliminarlo a él y su familia.

“De acuerdo a la inteligencia disponible, el enemigo me ha puesto como un objetivo principal y a mi familia como segundo objetivo. Ellos quieren destruir Ucrania políticamente, destruir la cabeza del Estado”, comentó Zelensky.

El planteamiento podría ser ratificado por la propia diplomacia rusa. Durante la mañana del viernes en Moscú, el canciller Sergei Lavrov se reunió con su homólogo de la República Popular de Luhansk, Vladislav Deinego, así como con el primer vicecanciller de la República Popular de Donetsk, Sergéi Peresada.

Luego del encuentro y en una rueda de prensa conjunta, Lavrov reconoció a los periodistas que “los objetivos de la operación fueron declarados abiertamente: la desmilitarización y la desnazificación”, al tiempo que puntualizó que no se trata de “un operativo militar especial” sino de “una conquista militar a gran escala”.

Sin embargo, recalcó que luego de cumplidos esos objetivos las tropas se retirarán del terreno. “Nadie va a ocupar Ucrania”, insistió el canciller ruso.

Respecto al planteamiento de Zelenski de estar dispuesto a negociar una posible neutralidad de su país, retirando así su deseo de sumarse a la OTAN que fue uno de los argumentos que establecen los rusos para impulsar la campaña militar contra Ucrania, Lavrov descartó que se trate de algo serio y sincero.

“Simplemente no está diciendo la verdad en este momento. Miente, sencillamente, cuando dice que está dispuesto a discutir el estatus de neutralidad”, comentó el diplomático.

Cuestionado por las acciones militares en la ciudad de Kiev que tiene una población de unos 3 millones de habitantes, Lavrov respondió afirmando que la situación que hoy se vive en la capital ucraniana la están viviendo hace años la gente de las repúblicas del Donbás.

“¿Por qué ningún periodista occidental ha cubierto lo que está ocurriendo en la línea de contacto controlada por el Gobierno ucraniano en el Donbás durante todos estos ocho años? Y aún más, ahora están horrorizados por lo que ocurre en Kiev. ¿Alguien de la CNN ha estado en el propio Donbás?”, cuestionó.

También en el Kremlin, el Presidente ruso, Vladimir Putin, volvió a justificar la arremetida contra Ucrania destacando que se trata de impedir la ampliación del acuerdo de naciones occidentales que encabeza Estados Unidos y que surgió precisamente como un elemento hostil hacia la entonces Unión Soviética y ahora contra Rusia.

“Para los Estados Unidos y sus aliados, su política es contener a Rusia, obviamente buscando dividendos geopolíticos. Para nuestro país, el tema es de vida o muerte, un problema de nuestro futuro como nación”, recalcó Putin.

Desde Washington, el Presidente Joe Biden insistió en su comparecencia ante los medios luego del inicio de los ataques a instalaciones militares ucranianas que “Putin es el agresor. Putin buscó esta guerra. Ahora él y su país deberán enfrentar las consecuencias”.

Según la Unión Europea, el paquete de medidas económicas en contra de Rusia significarán un golpe al 70 por ciento de su economía, principalmente a entidades financieras con las que recauda fondos para impulsar su maquinaria militar.