Aprovechando la convención partidaria del Partido Liberal (PL), Bolsonaro, la primera dama y su candidato a vicepresidente, el general Walter Souza Braga Netto, estarán presentes en un escenario especialmente construido para la ocasión. Se prevé que el mandatario-candidato y su esposa sean los únicos oradores con discursos orientados a resaltar sus logros de gobierno y a contrarrestar la oferta de su adversario, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010), recordando los casos de corrupción de aquel gobierno.
Según una reciente encuesta de la consultora Idea, el expresidente Lula da Silva del Partido de los Trabajadores (PT) continúa liderando los sondeos con 44% de intención de voto, seguido por Bolsonaro con 33%. Si bien el equipo de campaña del mandatario hace referencia a otras encuestas, donde la diferencia entre ambos es de solo siete puntos, lo concreto es que la pelea por el sillón presidencial será muy estrecha.
Al igual que en el 2018, Bolsonaro hace uso una vez más de presentar una imagen de político cercano al pueblo, sin poses de superioridad y fiel a sus convicciones religiosas. Para ello, las redes sociales son sus mejores aliados, activo en Twitter y en TikTok, esta última plataforma para conquistar el electorado más joven. El equipo de campaña ha trabajado en el eslogan “O Capitao do Povo (El capitán del pueblo)”, utilizado en la convocatoria para el domingo junto a una foto del presidente sonriendo. Estrategias que serán empujadas el máximo para revalorizar su imagen que se ha visto afectado por el manejo de la economía frente a la crisis de inflación que golpea a Brasil.
Asesores de Bolsonaro le recomendaron enfocarse el domingo en una agenda centrada en la economía y los esfuerzos del gobierno por disminuir los precios de los combustibles y por reforzar ayudas sociales, y abandonar polémicas como los ataques a las urnas electrónicas.
En los últimos días el presidente brasileño ha sido directamente critico contra la justicia electoral, a la que acusa de no buscar transparencia en las elecciones presidenciales, y cuestionó sin pruebas la supuesta vulnerabilidad de las urnas electrónicas. Declaraciones que dejan prever que la carrera por la presidencia de Brasil será convulsionada.
