Patricio Zapata: “Autonomía regional que propone la nueva Constitución, es un paso revolucionario en la descentralización”

El abogado constitucionalista abordó las distintas críticas al sistema político que contempla el texto Constitucional y aclaró que la Convención no innovó porque mantuvo el mismo sistema presidencialista que existe desde 1925.

El abogado constitucionalista abordó las distintas críticas al sistema político que contempla el texto Constitucional y aclaró que la Convención no innovó porque mantuvo el mismo sistema presidencialista que existe desde 1925.

El abogado constitucionalista, Patricio Zapata, afirmó que, pese a las críticas al modelo político contemplado en el texto de la nueva Constitución, éste no innovó mucho ya que mantuvo el sistema presidencial que existe desde 1925.

En conversación con el programa “Política en Vivo” de Radio y Diario Universidad de Chile, el experto abordó las distintas aristas e interpretaciones que existen sobre el texto que será plebiscitado el 4 de septiembre.

Frente a las criticas al sistema político que combina un bicameralismo asimétrico con un régimen presidencial, Zapata afirmó que cada país tiene un sistema propio y no hay dos presidencialismos iguales en ninguna parte y cada uno construye su propia realidad. “En esta materia la convención pudo haber innovado mucho más. Había personas que querían que Chile dejara atrás el sistema presidencial, y personas de distinto pensamiento, y que se moviera hacia el parlamentarismo o al semi presidencialismo y es una idea que tiene defensores en la derecha,  en el centro y en la izquierda”

En ese sentido, el abogado afirmó que en esta materia la Convención, “no innovó mucho porque mantuvo lo grueso, el mismo sistema presidencial que tenemos desde 1925, desde Arturo Alessandri”

Explicó que en el mundo hay distintos sistemas que operan con presidencialismo con una cámara, otros con dos cámaras, democracias parlamentarias, semi-presidencialistas y que están enfrentando problemas profundos, es decir en ninguna parte del mundo el  sistema está funcionando fantásticamente”. Agregó que “lo que hay son esfuerzos que se hacen en distintas latitudes por ir corrigiendo, por ir mejorando, por ir aprendiendo. Entonces, más que llamarlo un experimento, yo diría que es una fórmula que tiene cosas en común con otros presidencialismos, que introduce cambios, pero que tampoco son cambios tan profundos”.

Respecto de la crisis de representación que existe, el constitucionalista afirmó que efectivamente las instituciones muestran un agotamiento de hace muchos años que no genera confianza en la ciudadanía. Precisó que, frente a ello, existen dos diagnósticos. Por un lado, quienes consideran que las instituciones están muy lejos del pueblo, por lo que se ha producido una oligarquización, y el pueblo se limita a votar cada cuatro años. Por otro lado, están los que consideran que es el populismo el que afecta a las democracias y que no contempla  la complejidad de los problemas y la representación orgánica de los partidos políticos.

“Creo que la Convención trata de abordar algunos de los problemas que generaría el virus de la oligarquización  o elitización de la política y en ese sentido en mi opinión, ataca un problema real por ejemplo, cuando nos permite a los ciudadanos que no estamos conforme con una ley,  juntar firmas y someter esa ley a un referéndum revocatorio. Eso no reemplaza el Parlamento, no lo sustituye, pero nos da a los ciudadanos la posibilidad de decir que tal ley no nos representa y eso pasa en democracias bien estables, como en Uruguay o en Italia, donde existe el referéndum revocatorio”, señaló el jurista.

Por ello indicó que en la propuesta de nueva Constitución hay medidas que apuntan a acercar la institucionalidad democrática al ciudadano y es lo mismo que se puede decir del fortalecimiento de los poderes locales, del municipio, de la región. “Al mismo tiempo, creo que la Convención perdió la oportunidad de abordar una cuestión que tiene que ver con las instituciones que yo creo que debiera haberse abordado. Uno de los problemas de nuestro Parlamento es que tenemos 17 partidos políticos y que tenemos diputados que son elegidos con el 1 % o el 0, 5%. Había un remedio que era terminar con los pactos y los subpactos”.

Zapata añadió que esto hace que el Parlamento esté muy atomizado y que “para atacar el segundo fenómeno del populismo, se necesitaban partidos más fuertes, partidos más grandes y para eso terminar con los subpactos, es una buena idea. Es una pena que no lo haya hecho la Convención, menos lo va a hacer el Congreso, menos los incumbentes, los propios diputados y senadores lo que van a cambiar una regla que para ellos y ellos es muy crucial”.

A su juicio, el texto constitucional “trae remedios interesantes para el problema de la oligarquización de la política, pero no atacó en mi opinión un problema de la representación de los partidos políticos que era importante haberlo abordado”.

Sobre la descentralización del poder que contempla la nueva Constitución y las aprehensiones sobre la autonomía regional, el abogado afirmó que históricamente se ha maltratado a los municipios con responsabilidades, con la educación o la salud, por ejemplo, pero nunca fue acompañada con los recursos indispensables, y que es un maltrato que se puede vivir con más cercanía. En este sentido, indicó que “la convención propone una autonomía que no es el puro apellido, porque hoy la Constitución dice autonomía, pero no hay un compromiso genuino, no hay un flujo de recursos. En las constituciones que realmente se toman en serio la autonomía se dice, por ejemplo, los municipios van a tener una parte de la torta y la van a disponer ellos y no van a andar mendigando al secretario regional ministerial de gobierno de turno, para poder abordar un programa”.

Junto con hacer una comparación con la Constitución de Bolivia que no entregó autonomía a las regiones, Zapata afirmó que la nueva Constitución chilena “da un paso revolucionario a nivel de las comunas al garantizar recursos, y a nivel de las regiones, competencia. Es como raro, porque las mismas personas que criticaban que hace dos años hubiésemos elegido a gobernadores regionales sin facultades suficientes, y sin un arbitraje en caso de contienda o discrepancias, ahora se quejan cuando resulta que se les dota de competencias a los gobernadores regionales, ahora tienen tareas y responsabilidades y se define un árbitro que va a ser la nueva Corte Constitucional, justamente para dirimir”.

Zapata destacó como “algo muy positivo este paso, que es muy innovador. Somos uno de los países más centralistas del mundo. En la OCDE cada vez que opinan de Chile, dicen ‘por Dios que son centralistas’. Eso tiene que cambiar, porque eso tiene un costo, un costo de justicia para quien vive en Punta Arenas en Arica, pero también si vamos a hacer economicistas y ya que a algunos le gusta ponerles a todo pesos, pongamos los pesos y dólares. Cuánto perdemos como país por esos talentos desaprovechados, esas energías, esas imaginaciones, esa creatividad, ese impulso. Si estamos forzando que todo pase por un embudo aquí en el centro del país, donde tenemos una burocracia que a veces lentifica. Creo que se ha destacado poco, quizá estoy hablando mucho desde Santiago, pero se ha destacado muy poco el valor innovador positivamente de ir a un Estado regional”.





Presione Escape para Salir o haga clic en la X