En medio de la contienda de cara al plebiscito del próximo 4 de septiembre es que han surgido varios cuestionamientos respecto al rol de los medios de comunicación sobre la manera en que se ha abordado el proceso constituyente.
La última de estas críticas provino de la Comisión Chilena de Derechos Humanos que, en conjunto con diversas organizaciones sociales, acusaron un “desequilibrio en la calidad de la información” en medios, tales como la televisión, la prensa escrita y la radio. Por lo que llamaron a los responsables a “erradicar todo tipo de prácticas” en contra de la libertad de expresión.
En conversación con Radio Universidad de Chile, la académica de la Facultad de Comunicación e Imagen de la casa de estudios, Claudia Lagos, profundizó sobre esta problemática y señaló que “es importante recordar que los medios de comunicación son siempre un espacio de disputa política y visibilizan o invisibilizan o dan cabida a distintas voces y, para tener una mirada un poco más amplia y no solamente quedarnos en momento anterior a este plebiscito, en general los medios desde hace muchos años han dado mayor visibilidad a voces que son políticas oficiales, dan menos voces a otros actores que tienen menos poder en el espacio público en términos generales, o sea, se reproduce el desbalance de poder que hay en una sociedad determinada”.
A esto, la académica sumó que “esta es una campaña que está bien crispada y también hay harto ruido informativo. Entonces, es bien fácil verse arrastrado por ese tipo de estridencia y poner menos foco en cuestiones más de fondo. Siempre cuesta más reportear y dar cuenta de procesos que de lo que dijo Juanito o Pepito y cuál es su conflicto. Por ahí creo hay problemas estructurales de cómo es que los medios cubren la esfera política que se reproducen y agudizan en el contexto de la cobertura a la campaña de cara al plebiscito”.
“Además, los medios de comunicación tienen intereses editoriales, enfoques editoriales legítimos y eso también se ha agudizado al calor de la campaña. Entonces, creo que todo eso incide en el tipo de narrativa, de imágenes, énfasis y enfoques que los medios de comunicación en general están dando”, expresó.
Lo anterior, según Lagos, sin contar que a esta situación se suma el ruido informativo generado, por ejemplo, en trasmisiones de streaming y declaraciones en redes sociales que también terminan motivando la reacción de los medios de comunicación tradicionales.
Sin embargo, destacó que “en ese marasmo también hay algunos medios que están tratando de poner la pelota al piso, entregar información, responder a preguntas que suelen ser claves para tomar decisiones en términos racionales, pero evidentemente los medios no siempre han sido el espacio del ejercicio deliberativo racional por excelencia, o sea, es importante cómo se movilizan emociones en los medios en un ecosistema, además, súper audiovisual y multimediático”.
Por ello, planteó que uno de los aportes que desde el periodismo se puede hacer es “no dar cabida ni distribución ni eco a contenidos que no son verificables, que son más emocionales y no necesariamente basados en la información, es decir, hay un enfoque en general que en estos contextos electorales se agudizan”. “No sé si eso está contribuyendo a que los ciudadanos sepamos más y mejor respecto a cuál es nuestra posición legítima de aprobar o rechazar la propuesta constitucional que se plebiscito el fin de semana”, apuntó.
Asimismo, comentó que también “sería bueno preguntarnos qué es lo que normalmente y regularmente podemos hacer todos los actores que tenemos algo que ver medios de comunicación y periodismo desde la formación en las universidades, desde el ejercicio cotidiano, a quién le damos voz, cómo le damos voz, cuáles son los enfoques que privilegiamos. Esa pregunta viene a ser permanente y emerge con dramatismo en estos contextos tan crispados”.
En cuanto a los impactos que tendría la aprobación de la nueva Constitución en el sector, Lagos aseveró que “se atiende a aquello que tiene que ver con las dimensiones más estructurales y regulatorias de cuál es la cancha en que se van a mover los medios y ahí hay una cuestión bien interesante respecto de ampliar un sistema de medios públicos robusto. El rol que han tenido han sido muy importantes en muchos lugares, más allá del ejemplo clásico que es la BBC, pero ha sido importante para mejorar el debate público, para incrementar la participación política de los ciudadanos, para elevar los estándares de calidad en su competencia. Entonces, me parece que eso sería, dependiendo de cómo se baje en términos regulatorios, una buena noticia”.