La nueva versión del Informe Mensual de Calidad del Empleo (IMCE) publicada por Fundación SOL, revela que solo el 28,4% de las personas ocupadas tiene un empleo protegido. Esto quiere decir que, es un “empleo que cumple con todas las disposiciones formales, con protección laboral: un empleo con liquidación de sueldo, contrato escrito, cotizaciones previsionales, de salud, vacaciones y licencias pagadas, guardería, permiso por maternidad y seguro de cesantía”.
“Este tipo de empleo no necesariamente asegura un empleo de calidad pues aún cumpliendo las disposiciones formales puede darse sin cobertura de negociación, sin participación sindical, con bajas remuneraciones, entre otros factores” explica Benjamín Sáez, investigador de Fundación SOL.
El 26,7% de las personas ocupadas tiene un empleo informal y el gran porcentaje de la fuerza de trabajo, 44,9% de las personas, presenta una inserción laboral endeble, es decir, no es informal, pero tampoco se encuentra totalmente cubierta por las disposiciones legales y prácticas de protección del empleo.
Asimismo, se observa que durante el último trimestre se profundiza el estancamiento de la recuperación del empleo, luego de la crisis asociada a la pandemia por Covid-19. A pesar del dinamismo del empleo, aún no es posible recuperar los niveles previos a la pandemia.
“En comparación al trimestre anterior mayo-julio de 2022, las tasas de ocupación, participación y desempleo se mantienen prácticamente sin variaciones. Las personas ocupadas aumentan en 3.462, el desempleo aumenta en 1.403 personas y la inactividad aumenta en 7.856 personas. En la práctica, esto refleja un congelamiento del mundo del trabajo remunerado, que podrı́a comenzar a mostrar signos de deterioro en los próximos meses” aseguró Marco Kremerman, investigador de Fundación SOL.
El informe señala que en comparación al trimestre junio-agosto de 2019, actualmente existen menos personas ocupadas (-74.756), y más personas desempleadas (31.078). La inactividad ha aumentado en más de 732 mil personas en relación al momento previo a la pandemia y la población económicamente activa se ha reducido en más de 43 mil personas, que han dejado de trabajar remuneradamente o buscar un empleo en los últimos 3 años.
La Tasa de Desempleo Integral para el trimestre junio – agosto de 2022 se situó en 10,9%, correspondiendo a un 10,2% para los hombres y 11,7% para las mujeres.
Desde Fundación SOL afirman que persisten los problemas estructurales en el empleo, ejemplo de ello es la Tasa de Subutilización de la Fuerza de Trabajo (SU4) que alcanza un 19,6%, es decir, 2.055.733 personas. Este indicador refleja el porcentaje de personas con desempleo parcial, total o potencial y evidencia la presión sobre el “mercado laboral”, pues incluye a quienes declararon disponibilidad y la posibilidad de empezar pronto un trabajo.
El informe también entrega una panorámica con las regiones que han tenido un mayor impacto de la externalización, vale decir, subcontrato, enganche y suministro, superando el promedio nacional (16%), estos territorios son; Atacama con un 24,2%, Biobío 21,3% y Antofagasta con 18,2%. En la Región Metropolitana, en cambio, sólo se observa un 7,3% de personas ocupadas con este tipo de modalidades.
Revise el informe completo preparado por la Fundación SOL.