“No estamos disponibles para que se use nuestro nombre, el de nuestro Partido o que se denoste públicamente a alguna o alguno de nuestros militantes, como excusa para no cumplir la palabra”. Con esta afirmación, el Partido Comunista (PC) se refirió a las razones para no continuar con las negociaciones para asumir la presidencia de la Cámara Baja, tal como se estableció en un acuerdo político de marzo de este año, con el resto de las bancadas de Apruebo Dignidad, Socialismo Democrático más la Democracia Cristiana y el Partido de la Gente.
A través de un comunicado, el PC aseguró que “por motivos ajenos a nuestra voluntad, hoy no están las condiciones para que un militante o una militante comunista asuma la presidencia de la Cámara de Diputadas y Diputados. Se ha impuesto en los hechos, con diversos argumentos, un veto a nuestro partido”.
A pesar de que han pasado horas después de la decisión, la molestia al interior de la colectividad hacia la Democracia Cristiana se mantiene. Y los cuestionamientos a la DC son porque desconoció el acuerdo de gobernabilidad al que se llegó hace ocho meses en la Cámara Baja el que señalaba que el PC asumiría la presidencia de la Cámara de Diputados.
La molestia también recae por parte del PC hacia el Partido de la Gente (PDG) y algunos independientes que se mostraron contrarios a que la diputada, Karol Cariola asumiera como timonel de la Cámara baja, por su desempeño en la campaña del “Apruebo” y por negarse al último retiro de los fondos de AFP.
Un escenario anti-comunista
En entrevista con la Radio y Diario Universidad de Chile, la diputada del Partido Comunista Carmen Hertz, de manera categórica señaló que “estamos en una atmósfera de anticomunismo perverso y extremadamente peligroso para la democracia. El no cumplir un acuerdo al cual se había arribado por parte de la Democracia Cristiana y sectores del Partido de la Gente, pretendiendo y chantajeando a que el Partido Comunista tenga que decir A, B o C, respecto de una querella no presentada por el Partido Comunista, sino que presentada de manera autónoma por la Comisión Chilena de Derechos Humanos y asociaciones de víctimas, es absolutamente inaceptable”.
Hertz indicó que el Partido Comunista “es un partido histórico, es un partido de gran dignidad y no va a aceptar ni va a tolerar una presión absolutamente indebida. Creo que es muy peligroso, insisto, el anti-comunismo que se propicia, la denostación que se ha hecho de la diputada con primera mayoría nacional, Karol Cariola y no sólo contra ella, porque el veto es al Partido Comunista”.
Agregó que lo que el PC hizo, “es un acto de gran dignidad política que, hoy, pocas veces se ve”.
Consultada acerca del panorama político que se avecina con el resto de las coaliciones, luego de lo que el PC define como un veto hacia el sector, afirmó que “el Partido Comunista siempre ha estado dispuesto a llegar a acuerdos que favorezcan el programa transformador del gobierno, eso es evidente, la lealtad que tiene con el gobierno como parte de Apruebo Dignidad. Por lo tanto, se seguirán haciendo los esfuerzos de manera que no sea la derecha la que controle la presidencia de la Cámara (de Diputados) para todos los afanes anti transformaciones que sabemos tienen”.
Sobre la posibilidad de que el Partido Socialista llegue finalmente a instalarse en la presidencia de la Cámara, la diputada Hertz aseguró que entre el PC y el PS no hay dificultad. “Nosotros como Partido Comunista no tenemos ningún problema de relación con el Partido Socialista. Ignoro cuáles son los contenidos de las negociaciones que se siguen efectuando, de los esfuerzos que hay para que la presidencia de la Cámara quede en manos del progresismo”.
Se aplazó un legítimo derecho
Por su parte, la diputada, Alejandra Placencia -también del PC- en conversación con la Radio y Diario Universidad de Chile, señaló que “el Partido Comunista hizo un gesto político claro para destrabar la elección de la presidencia de la Cámara (Baja). Aplazamos nuestro legítimo derecho a encabezar el siguiente período, lo que había sido concordado transversalmente en marzo de este año. Es hora de que las fuerzas políticas democráticas que quieren facilitar los cambios que el país demanda haga también un gesto concreto”.
La legisladora emplazó a que la “Democracia Cristiana, el Partido de la Gente e independientes tienen que resolver si, definitivamente, apoyarán a las fuerzas progresistas que están por las reformas o se unen a la derecha para trabar esos cambios”.