Son 46 las medidas que anunció el Gobierno el viernes de la semana recién pasada en la Agenda de Productividad que buscan alcanzar un crecimiento anual de 1,5 por ciento que es el ritmo de expansión de la economía doméstica que tenía el país a fines de los años ’90 y principios de este siglo.
En conversación con Radio Universidad de Chile y la primera edición de Radioanálisis, el ministro de Energía, Diego Pardow, explicó que la mirada en el largo plazo demuestra que luego de un estancamiento se produjo una baja del crecimiento, por lo que destacó el trabajo realizado durante 2022 con distintos gremios de la producción y la Central Unitaria de Trabajadores que permitieron llegar a esta propuesta.
“Como país enfrentamos un problema donde necesitamos hacer algunas reformas estructurales cuyos efectos no necesariamente van a ser inmediatamente visibles. Tal vez el que va a ser inmediatamente más visible es el que tiene que ver con las reformas de los permisos sectoriales, pero que en conjunto, de manera agregada, el resultado, la meta que nos ponemos como país en conjunto con los gremios y la CUT es aumentar la productividad en un 1,5 por ciento anual, que eso es retomar la senda de crecimiento que tuvimos a finales del siglo pasado y a principios de este”, sostuvo el titular de Energía.
Dentro de las modificaciones, Pardow sostuvo que se están proponiendo cambios para modernizar el sistema de permisos que debe conseguir una inversión y no exponerla a una excesiva burocratización que lleva incluso a que tenga que acceder a dos permisos para ponerse en marcha.
En ese sentido apuntó que hoy día “no hay un diseño orgánico. Hay dos sistemas de permisos: el sistema de permisos ambientales y el sistema de permisos no ambientales o sectoriales. El sistema de permisos ambientales fue objeto de un diseño comprensivo en la Ley de Bases Generales de Medioambiente y de hecho el Ministerio de Medioambiente está pensando también en hacer una reforma integral para simplificarlo. En el caso de los permisos sectoriales, simplemente se fueron estableciendo de una manera inorgánica”.
Esto ha llevado a que “lo que tenemos hoy en día es que hay flujos que se repiten, dos permisos a veces para un mismo riesgo y no hay un diseño de flujos que permita optimizar el proceso”.
Por eso señaló que el objetivo que tienen hoy es “avanzar haciendo un sistema de ventanilla única que elimine los permisos duplicados, que permita optimizar los flujos dentro del aparato público para que la obtención de los permisos necesarios para echar a adelante un proyecto de inversión proteja de igual manera los intereses que hoy día se protegen”.
Pardow agregó que hoy “lo que ocurre con el Sistema de Evaluación Ambiental es que la demora ocurre cuando el titular tiene que de alguna manera reconsiderar o volver diseñar algunas partes del proyecto que presenta al SEA. Entonces, los tiempos de demora no se producen dentro del Sistema de Evaluación Ambiental sino que se producen cuando el titular tiene que hacer cambios. Entonces, la reforma en el lado ambiental va a estar dirigida a permitirles a los titulares con mayor anticipación qué es lo que va a ocurrir, de tal manera de que el trabajo inicial con el que llegan a la obtención de permisos ambientales sean más precisos”.
Por otro lado, “en el caso de lo no-ambiental, lo que uno observa es que la demora se produce dentro de los organismos públicos. Ahí lo que hace falta es optimizar esos procesos para que esos tiempos de demora se acorten”, subrayó.
Consultado por el periodista Claudio Medrano respecto a las necesidades que se buscan cumplir desde la mirada sectorial, Pardow señaló que es avanzar hacia una nueva matriz energética que sea constante y permita suplir el actual modelo basado en la generación termoeléctrica.
“Lo que nosotros necesitamos son empresas innovadoras que nos acompañen como país hacia una economía más verde, lo que necesitamos son empresas especialistas en eso, en generar energías renovables, distribuir energía renovable, en transportar de alguna manera eficiencia”, añadió.
Si bien celebró que en 2022 por primera vez Chile consiguió una producción mayor de energías renovables sobre las termoeléctricas o de ciclo combinado, sí puntualizó que se debe ir a un sistema más consolidado.
En ese sentido el ministro de Energía comentó que “los paneles solares, los molinos de viento son muy variables en la manera que generan energía y para poder reemplazar la central térmica hoy día necesitamos tecnologías que tengan inercia, que puedan acompañar la punta de la demanda de los consumos. Para eso necesitamos tecnologías que si bien existen en algunas partes del mundo, no están masivamente utilizadas. Y eso exige tomar riesgos”.
Al respecto comentó que esos riesgos deben ser abordados por el sector privado, pero también “necesitamos desde el Estado tener herramientas que permitan compartir esos riesgos que se toman en tecnologías menos probadas, pero que van a resultar claves en el proceso de descarbonización”.
Pardow aprovechó de destacar el apoyo que ha significado en esa tarea la institucionalidad y el respaldo de Alemania, por ejemplo en viabilizar económicamente la construcción de la central de energía solar del Cerro Dominador en la ciudad de Calama.
“Estas son las tecnologías que nos van a permitir reemplazar las centrales térmicas. Cerro Dominador originalmente fue un proyecto que tuvo problemas financieros porque era una tecnología que no se había probado nunca en este país. La concentración de solar de potencia se construye en muchas otras partes del mundo, pero construirla en un país sísmico es muy desafiante. Entonces la construcción inicial enfrentó problemas financieros que fueron resueltos a través de un mecanismo viabilizado por KFW, este banco de inversión alemán que fue instrumental para que contemos con Cerro Dominador y toda su capacidad de generación flexible”, subrayó.
Otro ejemplo planteado por el ministro fue la que se impulsa con la planta de nitrógeno verde de combustible sintético Haru Oni en la Región de Magallanes que fue inaugurada recientemente y que además de generar un nuevo tipo de energía, también emplea un 80 por ciento de mano de obra local, además de permitir la creación de un laboratorio en la Universidad de Magallanes para la medición de la calidad de combustibles.
“Esta idea de transferencia tecnológica, de trabajar con las universidades y de generar mano de obra local calificada, de generar trabajo industrial bien pagado, son parte de las cosas que nos alinean, que nos permiten tener una visión común con el gobierno alemán y precisamente eso fue lo que hablamos con el canciller” Olaf Scholz que visitó Chile el fin de semana recién pasado.