Este miércoles 15 de marzo, a las 19:30 horas y con entrada gratuita, el elenco se presentará en la Iglesia Niño Jesús de Praga. Será su sexto concierto en el templo ubicado en la calle General Borgoño 1047, en los transitados alrededores de la estación de Metro Cal y Canto, luego de haber hecho presentaciones ahí en 2017, 2018, 2019 (dos veces) y 2022.
Una de las principales misiones que ha asumido la Orquesta Clásica Usach es extender sus conciertos más allá de su habitual escenario, el Teatro Aula Magna. Desde hace años, el elenco se despliega en teatros, colegios e iglesias de diversas comunas de la Región Metropolitana, que habitualmente no cuentan con conciertos de música clásica. Es una de las labores más relevantes de su funcionamiento y una señal de aquello es el inicio de su temporada 2023, que ocurrirá en Independencia.
La batuta estará en manos del director invitado Francisco Núñez, quien vuelve a trabajar con la agrupación después de casi una década. Para él “ha sido un reencuentro con mucha alegría”.
“El primer concierto con público que dirigí en mi vida fue con la Orquesta Clásica Usach, en 2008, así que ha sido súper lindo. En este programa hay obras de repertorio, como Beethoven y Haendel, y también hay una pieza de estreno que requiere ciertas habilidades, pero esta es una orquesta con músicos muy entrenados y se nota el trabajo de los directores titulares. En general, es muy emocionante”, manifestó.
El concierto comenzará con la Obertura Coriolano, que Ludwig van Beethoven (1770-1827) compuso en 1807 para una obra de teatro de Heinrich von Collin, basada a su vez en una tragedia de William Shakespeare, Coriolanus. “Es mi obertura preferida, entre otras cosas, por su final”, dijo Núñez.
“Lo típico es que las obras acaban con un fortissimo muy grande, con todo el desplante sonoro de la orquesta y del director, en una especie de paroxismo de júbilo y energía. Hay sinfonías de Beethoven en que la música parece tomar tanta fuerza, que después no se puede frenar. En cambio, esta obertura va al lugar opuesto: viene con una fuerza brutal y es genial cómo se frena en el final. Para mí, es una de las grandes piezas de Beethoven”, detalló.
La Orquesta Clásica Usach también abordará la Música para los reales fuegos de artificio, que Georg Friedrich Haendel (1685-1759) compuso por encargo del rey Jorge II para la celebración por el final de la cruenta Guerra de Sucesión Austriaca, que por casi una década se esparció por Europa. Su estreno se produjo en el Green Park de Londres en 1749, durante un acto más que accidentado: la pirotecnia falló y el fastuoso pabellón donde se había ubicado a los músicos se quemó, provocando pánico en la multitud.
Aun así, la pieza sobrevivió al paso del tiempo y se convirtió en una de las joyas en el amplio legado del compositor alemán. “De Haendel se puede repetir eso de que es un adelantado a su tiempo, aunque yo lo diría de otra manera: son músicos que construyeron el futuro haciéndolo en el presente de ellos”, sostuvo Núñez.
“Si uno conoce el estilo de la época de Haendel ve que acá hay cosas súper innovadoras y unos acordes que no tendrían porqué estar. Por eso es música muy atractiva, porque siempre te sorprende”, añadió.
Música chilena: estreno y tradición
Entre la música de Beethoven y Haendel, la Orquesta Clásica Usach retomará uno de los ejes de su trabajo: la difusión de música chilena y el fomento a la creación a través de encargos a compositoras y compositores chilenos contemporáneos.
En primer lugar, hará el estreno absoluto de El deflagrador, una pieza que fue comisionada a Valeria Valle. Nacida en Valparaíso en 1979, es una de las fundadoras del colectivo Resonancia Femenina y esta es su segunda colaboración con la agrupación, luego de incluir una de sus composiciones en el disco Despliegues, publicado el año pasado por el sello Aula Records.
Luego abordará el emblemático Andante para cuerdas de Alfonso Leng (1884-1974), una de las figuras más relevantes de la música chilena en el siglo XX, ganador del Premio Nacional de Arte en 1954. “Es como un caballito de batalla para las orquestas chilenas porque tiene una factura sencilla, pero es muy elocuente en el aspecto emotivo”, explicó el director de orquesta Francisco Nuñez.
Asimismo, consideró que “Leng es un músico que se parece un poco a Schumann en cuanto a su simpleza, en el alto sentido de la palabra”.
“Hay piezas brevísimas de Schumann que son para llorar, muy emocionantes, y Leng tiene algo de eso. El Andante no dura más de cinco minutos, no tiene una factura orquestal compleja, pero es muy lindo y emotivo”, agregó.
El de Independencia será el primero de los nueve conciertos que la Orquesta Clásica Usach ofrecerá a lo largo del año en teatros, colegios e iglesias de La Pintana -que tendrá cinco presentaciones-, Santiago, Quilicura y María Pinto. El recorrido es realizado gracias al financiamiento del Programa de Apoyo a Orquestas Profesionales del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio.