Octavio Avendaño y los 50 años del golpe: “No se puede analizar de manera dogmática, con anteojeras”

En conversación con Radio Universidad de Chile, el sociólogo analizó el debate sobre la renuncia de Patricio Fernández y la falta de un análisis más reflexivo del gobierno de la Unidad Popular, el golpe de Estado y la dictadura civil-militar.

En conversación con Radio Universidad de Chile, el sociólogo analizó el debate sobre la renuncia de Patricio Fernández y la falta de un análisis más reflexivo del gobierno de la Unidad Popular, el golpe de Estado y la dictadura civil-militar.

En una semana marcada por el debate en torno a los 50 años del golpe de Estado y la conmemoración que prepara el Ejecutivo, el director del Departamento de Sociología de la Universidad de Chile, doctor en Ciencias Políticas, Octavio Avendaño, conversó con nuestro medio para analizar el escenario y la necesidad de generar una “reflexión amplia” u optar por una conmemoración de “bajo perfil”.

Avendaño afirmó que la controversia  desatada tras la salida de Patricio Fernandez, da cuenta de “una tensión no resuelta entre las izquierdas” que es parte del debate que tiene su origen en la llegada de Salvador Allende a la Presidencia, donde toda la “experiencia de la UP está marcada por estas dos almas al interior del gobierno que estuvieron tensionadas durante los tres años”.

Recordó que esa situación se proyectó con las críticas y autocríticas a los pocos días después del golpe de Estado, como fueron las posiciones de Miguel Enríquez, líder del MIR, que atribuyó toda la responsabilidad en la caía de la UP a los sectores reformistas a quienes identificaba con el Partido Comunista, a una facción del Partido Socialista, un sector del MAPU y al Partido Radical.

Pero más allá de la discusión que se dio en la izquierda en los años 70 y 80, el académico afirmó que cuando este año se conmemoran los 50 años del golpe, no hay debate sobre este acontecimiento histórico.

Aquí veo dos posibilidades o se hace un ejercicio reflexivo, serio, donde se puedan dar a conocer distintas posiciones o situaciones que a veces son omitidas o desconocidas respecto de la Unidad Popular y de lo que viene después, o bien optar por una solución a la uruguaya, como ocurrió hace pocos días, cuando los uruguayos conmemoraron los 50 años del golpe”, dijo.

En ese sentido, precisó que “la actitud de los uruguayos, de un tiempo a esta parte, ha sido la misma cuando conmemoraron los 30 años del golpe, que acá se conmemoró de manera muy significativa y con un amplio despliegue desde el punto de vista comunicacional algo positivo en aquel entonces. En Uruguay se conmemora de la misma forma como se conmemoraron los 50 años en estos días, lo mismo ocurrió cuando conmemoraron los 40 años”.

 “En nuestro país nuevamente hubo una mayor discusión que cuando se conmemoraron los 30 o los 20 años del golpe y para los 50 años se requería de algo más amplio, de actividades de diverso tipo. Pero también generar instancias de reflexión amplia, de lo contrario si no estamos dispuestos a asumir esas instancias de discusión amplias, mejor optar por algo de bajo perfil y algo que podríamos denominar mucho más sobrio”, expresó.

El académico indicó que esto también ha sido discutido en el Departamento de Sociología de la Universidad de Chile, que lo van a conmemorar en el mes de agosto, porque al principio no tenían claro que, si se iban a quedar sólo con el golpe de Estado, con la experiencia de la UP o con las etapas posteriores y las consecuencias más recientes del golpe.

Avendaño dijo que a partir de la conmemoración de lo que fueron los 30 años, “hoy día nos damos cuenta que no basta con hablar de la UP, es necesario tomar en consideración el período que viene posteriormente y mucho más cercano a nuestra realidad. Esa misma reflexión tendría que haber hecho el Gobierno o quienes decidieron conformar esta comisión, de lo contrario es mejor optar por una alternativa distinta”.

“Cuando hablo de las omisiones hay que tener en cuenta lo siguiente: Aquí no se puede analizar el pasado con anteojeras. Los historiadores lo saben muy bien, también los cientistas políticos, los sociólogos, los economistas, sobre la experiencia de la Unidad Popular y sobre lo que viene después, se ha escrito bastante en nuestro país”, agregó el sociólogo.

 Avendaño indicó que no es primera vez que hay una reflexión al respecto. Hay tesis doctorales y hay muchos libros escritos por Arturo Valenzuela, Joan Garcés, Daniel Martner, Jorge Arrate, y todo lo que viene de  la renovación socialista y del PC, dijo. Es decir, “hay una diversidad de temas asociados a la experiencia del golpe, a la experiencia de la UP y todo lo que viene después durante la dictadura que impide la imposición de una sola visión. No se puede analizar esto de manera dogmática, no se puede analizar el pasado con anteojeras”, puntualizó.

 El académico también dijo que las omisiones a las que refirió, han sido el resultado de investigaciones históricas que han surgido en los últimos años. En ese sentido, se preguntó “por qué la izquierda nunca se ha hecho cargo de la escasa ayuda que le brindó la Unión Soviética al Presidente Salvador Allende, cuando en realidad se da una cuestión bastante paradójica. Es el gobierno español quien le brinda los mayores apoyos durante el paro de octubre y durante los meses posteriores. Los camiones Pegaso y toda la ayuda económica no viene de la URSS, viene del gobierno español. Dicho sea de paso, de la España franquista”.

 “El Presidente Allende, lo digo de manera categórica, fue a perder el tiempo en su famoso viaje a la Unión Soviética. Después de ese viaje, de hecho, existe un importante libro de la Editorial Universitaria, que da cuenta de las relaciones entre la UP y el gobierno de (Francisco) Franco durante los años de la UP y de toda la colaboración que vino desde España para poder contrarrestar el sabotaje que existía desde el punto de vista económico”, dijo Avendaño.

El académico indicó que ahí hay algunas omisiones y desconocimiento de “parte importante de la izquierda que no toma en consideración o simplemente desconoce u omite a veces de manera intencionada”.

Expresó que también es necesario tomar aspectos de las subjetividades de algunas de las víctimas o hijos de las víctimas como el hecho que hijos de detenidos desaparecidos o ejecutados políticos que “no le pasan la factura solamente al aparato represivo de la dictadura por la desaparición o ejecución de sus padres. Le pasan la factura a aquellos que obligaron en su momento a sus padres a optar por la familia o los compromisos políticos de sus respectivas orgánicas”.

 Por ello, indicó que es necesario tener altura de miras y “tomar esta experiencia histórica en todas sus dimensiones y crudezas, de lo contrario, que es el gran problema que tiene la izquierda, se entrampa en el dilema ético o el problema de las responsabilidades (…) Creo que lo ético y las responsabilidades no pueden estar disociadas. Un análisis sobre las causas tiene que tomar en consideración lo que viene después”.

 Sobre el resurgimiento de una ultraderecha y una opinión pública que reivindica la figura del dictador, Avendaño afirmó que el pasado se tiende a interpretar en función del presente que “nos obliga a realizar una interpretación respecto al peso que tiene la herencia autoritaria en este momento. Cuando hablamos de republicanos, de esta derecha extrema, hablamos de los herederos del proyecto político restaurador de la dictadura”.

En ese sentido, indicó que “no es casual que el debate en esta ocasión gire hacia otros temas o le otorgue mayor relevancia a la dimensión ética y al problema y a la condición de las víctimas, más que al problema de las causas o las tensiones que se dieron al interior de la izquierda”.

Recordó, en esa línea, el debate que se dio en la izquierda sobre las causas y las responsabilidades en la derrota del proyecto de la UP y que, en la actualidad, dado el peso que tienen los sectores autoritarios “obliga a poner la tensión en otro tipo de dimensiones más que en los aspectos ideológicos, programáticos o la causalidad del golpe mismo o del quiebre del sistema democrático”.

 Asimismo, Avendaño indicó que es necesario tomar en cuenta que todo este proceso va a tener siempre una explicación multicausal. “El golpe representa no solo la interrupción de un proyecto político como es el anhelo de construcción al socialismo por parte de la izquierda, sino que también implica la ruptura del sistema democrático y de la tradición republicana que se había instalado en nuestro país en el siglo XIX. De manera que hay tres elementos que son completamente desplazados y que se ven vulnerados a partir del golpe y todo lo que viene después”, indicó.





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