Alexis Díaz Belmar, fotógrafo: “Las huellas de las balas en la ciudad se conforman en un lugar de memoria”

Proponer distintos puntos de vista para las consecuencias arquitectónicas en la ciudad del Golpe de Estado, de la mano de la fotografía como dispositivo, es parte de la propuesta de la exposición “Golpes”.

Proponer distintos puntos de vista para las consecuencias arquitectónicas en la ciudad del Golpe de Estado, de la mano de la fotografía como dispositivo, es parte de la propuesta de la exposición “Golpes”.

“Cuando era niño e iba al centro, me llamaba la atención las marcas de balas existentes en algunos muros de la ciudad. Sentía miedo sobre lo que ahí había ocurrido, aunque no sabía nada de lo que realmente había pasado. Después de estudiar fotografía en España y volver a Chile y enfrentarme con la cruda realidad del país, sus desigualdades permanentes en todo nivel y su alto costo de vida, me pregunté sobre el origen de ese malestar social. Para mi la respuesta era el golpe. Por eso volví a esa imagen infantil. La salí a buscar”, cuenta Alexis Díaz Belmar, sobre las motivaciones y origen de un proyecto que prontamente estará disponible para el público.

Se trata de la muestra “Golpes”, que se inauguró el jueves 13 de julio a las 18:00 hrs. como parte del nuevo ciclo conmemorativo de los 50 años del Golpe de Estado del Museo de Arte Contemporáneo.

La exposición, que estará disponible hasta el 30 de septiembre,  se constituye de las fotos de las huellas de disparos del 73 que aún quedan en la ciudad -en edificios tan importantes como el Museo Nacional de Bellas Artes, la Torre Entel, el Banco Central y el Palacio de LA Moneda-, además de una serie de tomas panorámicas del paisaje industrial de los 70 en Santiago. También, incorpora un archivo fotográfico de prensa entre 1969 y 1974, así como una selección de fotolibros políticos.

Sobre los significados de estas marcas en la ciudad, los imaginarios sociales y los relatos de la prensa, ahonda en esta entrevista el autor de esta muestra. 

-¿Qué información nos entrega, a nivel simbólico, las huellas de las balas en los edificios de la ciudad? Esas huellas están ahí hace años, ¿por qué “representarlas” y llevarlas a la foto, y ahora, al museo?

La marca de la bala es una huella. Es un grabado de la historia. A pesar de ser un detalle en la arquitectura del espacio, se conforma en un lugar de memoria que se puede visitar y recorrer. Es un símbolo que tiene una carga muy fuerte. Es la violencia representada. Es el quiebre institucional. La fotografía por otro lado también es una huella. Huella sobre huella se va construyendo la historia. 

Ventana en el sector de Parque Almagro. Alex Díaz.

Ventana en el sector de Parque Almagro. Alex Díaz.

Esta es una fotografía tardía. Son 50 años de distancia del momento de los sucesos, por lo que su búsqueda no es la inmediatez, es la reflexión de la historia mediante estos símbolos. Presentar esta obra en el museo, le da otra significancia, en el sentido que la releva como elemento de memoria, como imagen, como artefacto estético. Este tiempo es un momento de compartir y recordar. De hacer memoria sobre nuestros procesos que nos conforman como sociedad, y en ese sentido, las instituciones culturales como los museos juegan un rol importante de mediación, difusión y reflexión de estos procesos.

-Parte de la exposición corresponde también a archivos de las fotografías utilizadas por la prensa, incluyendo la aplicación editorial de ciertos medios. ¿Qué reflexión propones con este apartado de “Golpes”? 

Esa sección se llama Wirephoto y corresponde a una selección de fotografías que fui adquiriendo por internet, las cuales se transmitían por vía telefónica, satelital o por radio desde Chile al exterior, por agencias de noticias como la AP y UPI entre los años 1969 y 1974. La idea inicial era dar un contexto de época a la serie Golpes utilizando archivos, pero de a poco la serie comenzó a crecer y a generar un relato de lo que fue el golpe en el contexto de la guerra fría. Los medios son los que van generando las verdades y el sentido común. Dan una imagen de la realidad. Estas imágenes muestran una visión parcial de ese suceso, están montadas y editadas en varias etapas: la primera en el momento mismo de la generación de la imagen y la noticia; después la edición del medio en cuestión; tercero por la disponibilidad de venta en internet, y cuarto por mi propia adquisición y relato propuesto. 

-Otro punto es el registro de los cordones industriales. ¿Por qué es relevante incluir ese imaginario respecto a esos polos de la ciudad, sus prácticas y horizontes políticos? 

En estos 50 años hemos sufrido muchas transformaciones como sociedad, muchas de ellas son invisibles, como la forma de relacionarnos, la mercantilización de los derechos sociales, el individualismo, etc. Entonces me pregunté sobre cómo evidenciar esa transformación. El paisaje también evidencia las huellas del paso del tiempo. Me parece pertinente e interesante trabajar con los lugares de los cordones industriales, pues es una historia poco conocida. Es una memoria incómoda. El poder popular ejercido por los obreros y pobladores en algunos territorios fue una práctica que tuvo una resistencia importante por la elite política y económica, pero que significó una organización necesaria para hacer frente a los boicots de la producción y el acaparamiento. Por otro lado, el paisaje periférico industrial da cuenta de una época propia del desarrollismo y el crecimiento del estado. Observar a la distancia esa transformación, da cuenta de aspectos de nuestra sociedad actual. Por ejemplo, las industrias donde se presentó mayor conflictividad en términos de presentar resistencia armada al golpe fueron las empresas Sumar, Indumet, Madeco y Mademsa. Ahora Sumar es un mall, Madeco y Mademsa están en ruinas en frente de la cárcel de San Miguel e Indumet es una fábrica de reciclaje. 

La exposición utiliza diferentes soportes, como la fotografía propiamente tal, las imágenes de prensa intervenidas en muchos casos, y los libros de foto. ¿Cómo dialogan todos estos soportes en el objetivo de la exposición?

La fotografía es muy versátil. Desde sus inicios le decían que era un espejo de la realidad. Por otra parte, nosotros estamos compuestos por imágenes. Nuestros sueños y recuerdos viven en nosotros. Esas imágenes conforman nuestra identidad. La fotografía entonces es una posibilidad de memoria social. Sin duda hay un autor y una mirada subjetiva en cada toma. Pero la memoria también es eso, es diversa, múltiple, viva. La historia finalmente se compone de intersubjetividades y se nutre de esas memorias. Cuando una generación que vivió los acontecimientos comienza a desaparecer, se genera la necesidad de depositar esas memorias en alguna parte, por eso el deseo de estos lugares de memoria donde poder ritualizar esos actos. La fotografía tiene algo de eso. A pesar de poder multiplicarse, hay algo de aura en las imágenes del pasado. Ser testimonios de la propia historia. Estas fotografías de la exposición creo que tienen en parte esos elementos.

-¿Cómo aporta esta exposición a la memoria social sobre los 50 años del golpe de estado? 

La exposición se presenta desde la fotografía y la cultura material: el detalle arquitectónico, el paisaje, el archivo y la fotografía publicada. Son diversos puntos de vista para un mismo evento histórico. Un suceso traumático que nos marca y que nos afecta en nuestra identidad social. Cada uno de estos elementos realiza su aporte en su especificidad. Golpes lo hace como una cartografía de la violencia en el centro de Santiago. Cordones industriales desde la observación del paisaje periférico, la transformación de la matriz industrial del país y las relaciones sociales productivas que ello conlleva; los archivos de prensa se presenta como una narrativa posible de acontecimientos noticiosos que alimentaron el golpe de estado; y los libros, como soportes culturales e ideológicos, dan cuenta de un cambio pendular desde la utopía socialista hacia valores nacionalista y conservadores. En definitiva, la exposición pretende generar reflexión y conversación en la creación y mantención de memorias que aporten en la construcción de una historia social compartida. 

Imagen de portada: Monumento a Diego Portales, Plaza de la Constitución. Alex Díaz Belmar.




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