A través de una declaración pública, representantes de derecha manifestaron su preocupación ante la posibilidad de un nuevo fracaso constitucional advirtiendo que, de atrasarse o abandonarse el proceso, “condenaría al país a una recurrente inestabilidad política y económica, limitando su potencial de desarrollo y perjudicando a todos los ciudadanos”.
Según señala el documento, dado a conocer en la antesala de la votación de las enmiendas ingresadas por los consejeros, esta situación “implicaría desperdiciar una oportunidad única para enmendar nuestro bloqueado sistema político y dar gobernabilidad al país, así como atacar el problema de fondo que significa tener un Estado anquilosado. Por ello, nos parece miope la mirada de los que piensan que mantener la actual constitución ante un nuevo fracaso sería inocuo”.
En conversación con Radio Universidad de Chile, el director ejecutivo del Instituto de Estudios de la Sociedad (IES) y uno de los suscriptores de la declaración, Claudio Alvarado, consideró que “es un buen momento para que los distintos actores, las fuerzas que tienen representación en el Consejo tomen conciencia de lo que está en juego y lo que está en juego es básicamente lograr ofrecerle al país un texto constitucional que tenga altas posibilidades de ser apoyado por la ciudadanía y, por tanto, comenzar a cerrar así el capítulo constitucional”.
Para el abogado “no lograr un texto de ese tipo y llegar al plebiscito de un modo que resulte incierto es farrearse esta oportunidad”.
Uno de los elementos que Alvarado planteó que explican la desconexión de la ciudadanía con el nuevo proceso, tiene que ver con “el desconocimiento acerca de lo que ha ocurrido hasta ahora. Por decirlo en términos simples, se habla mucho de la llamada fatiga constitucional, pero lo que probablemente está detrás de esa fatiga y que se habla menos es que para las grandes mayorías es posible que el proceso sea visto como una continuidad del anterior y sabemos que el proceso anterior fue rechazado de modo muy categórico en el país”.
Ante esta hipótesis mencionó que desde el IES “hemos insistido en que algo muy relevante es difundir los contrastes, las diferencias que existen entre el proceso anterior y el actual a todo nivel, a nivel del diseño de los procesos, de los contenidos que van predominando, ese puede ser un factor que ayude a dar a conocer ese contraste y mejorar la percepción de la ciudadanía respecto del proceso en curso”.
Respecto a las críticas que han surgido a propósito de las enmiendas ingresadas por el Partido Republicano, apuntó que “hay distintos actores o distintos sectores que aún no asumen que perdieron la elección de mayo pasado y que los ganadores tienen plena legitimidad para presentar sus propuestas, para ofrecer sus planteamientos. A ratos da la impresión de que hay personas que pretendían que después del 7 de mayo aquí el Consejo Constitucional no hiciera prácticamente nada y eso me parece que es un error”.
“Es lo lógico que todos los consejeros que fueron electos y, por supuesto, quienes tienen las mayorías ofrezcan y den a conocer sus planteamientos para intentar perfeccionar el texto. Por lo demás no se entendería un funcionamiento de un Consejo de cinco meses que simplemente se limitara a ratificar el anteproyecto de los expertos”, recalcó.
De todos modos, si bien dijo no suscribir con todas las críticas hacia republicanos, “a mí sí me parece que quienes detentan las mayorías dentro del Consejo tienen una responsabilidad mayor. Desde ahí me parece que viene el llamado que formulaban recientemente integrantes de Amarillos y Demócratas, en recordarles que su responsabilidad es conducir la construcción de acuerdos, en el entendido de que una constitución política nacida en democracia necesariamente requiere un acuerdo transversal”. Esto último, en referencia los emplazamientos que hicieron dichas colectividades al partido fundado por José Antonio Kast de no pretender imponer una visión particular en la propuesta.
“Eso al Partido Republicano y a las derechas en general les debiera importar no solo por el éxito del proceso constitucional, que ya es muy importante en sí mismo, pero también pensando en su propia proyección. Si es que el Consejo termina siendo exitoso y presenta una propuesta que concita adhesión transversal, que es susceptible de ser aprobada de manera mayoritaria, eso va a transmitir que quienes tenían mayoría en el Consejo son capaces de darle gobernabilidad al país”, analizó.
En cuanto a la posibilidad de zanjar una propuesta que se acerque al centro político, Claudio Alvarado señaló que “en la medida en que el Partido Republicano tenga generosidad y sentido político y en la medida en que los perdedores de la elección de mayo pasado y del plebiscito de septiembre asuman su realidad, yo sí veo posible llegar a un texto que concite el apoyo de distintas fuerzas políticas”.
Desde esa perspectiva, remarcó que “sobre la cantidad de enmiendas, se ha hecho mucho más ruido del necesario, dentro de la Comisión Experta también se presentaron 900 enmiendas previo a su acuerdo general, o sea, la cantidad no es necesariamente sinónimo de que no se puede llegar acuerdo, el punto es que para que se dé tienen que ceder ganadores y perdedores de la elección de mayo pasado”.
“En el caso de los perdedores, asumir que hay muchos elementos de ellos que ya desde el plebiscito de septiembre del año pasado se sabe que no tienen viabilidad y ahora han insistido en ello y también los ganadores tienen que saber que hay temas especialmente sensibles para las fuerzas de centroizquierda en las cuales ellos van a tener que ceder, considerando que su objetivo acá es ofrecer un texto constitucional, no un programa de gobierno”, indicó.