El Presidente de la República, Gabriel Boric, encabezó la ceremonia de homenaje a las víctimas del golpe de Estado de 1973 y al Presidente Salvador Allende Gossens, quien murió en medio del asalto al palacio de La Moneda.
El jefe de Estado recordó que la acción de las fuerzas armadas y Carabineros “trajo muerte, sufrimiento, persecución a nuestra patria”.
Por eso precisó que “no es separable el golpe de Estado con lo que vino después. Desde el mismo momento del golpe de Estado se violaron los derechos humanos de los chilenos y chilenas”.
El mandatario indicó que “recordamos a quienes defendieron la Constitución y las leyes cuando hace 50 años el estado derecho caía avasallado detrás nuestro por la fuerza de aviones, tanques y armas y la insolencia de la traición y la sedición”.
Conmemoración de los 50 años del Golpe de Estado en el Palacio de La Moneda. Javier Salvo/Aton Chile
El Presidente Boric destacó el acuerdo alcanzado para la firma de la carta que realizó junto a los cuatro expresidentes vivos, la que calificó como “un compromiso importante en la medida en que sea asumido transversalmente por quienes legítimamente pensamos distinto, porque solo de esa manera podremos cuidar la democracia”.
A lo anterior sumó que “cuando somos capaces de poner por delante el bienestar de nuestros pueblos por sobre nuestras diferencias, sale siempre lo mejor de nosotros y nosotras”.
Para el mandatario es importante “que nunca más la violencia sustituya nuestra convivencia al debate democrático. Hoy decimos ante Chile y el mundo, democracia hoy y siempre”.
Sin embargo, sostuvo que “la democracia no está garantizada y todos los días debemos trabajar transversalmente para protegerla. Con independencia de nuestras diferencias y las coyunturas, por grandes que estas sean, hay un bien mayor que debe unirnos”.
Además, hizo un llamado “a reivindicar la primacía y la vigencia universal de los derechos humanos en sus dimensiones jurídica, política y ética y reivindicar esta carta que nos permitió contar por primera vez con normas fundadas en la dignidad y en el valor de la persona”.
Para el jefe de Estado “la democracia es el único camino para caminar hacia una sociedad más justa y humana y es por lo tanto un fin en sí mismo, no meramente instrumental. Y la violencia política no cabe dentro de ella”.
Respecto a las ideas que impulsa su administración, indicó que es necesario convocar a amplias mayorías a respaldar las iniciativas. “Es nuestra labor convencer a ser parte de esos procesos a esas amplias mayorías y no culparlas ante nuestros propios fracasos”, subrayó.
También sostuvo que “no importa el color del régimen que viole los derechos humanos, sea rojo, azul o negro estos deben ser respetados siempre y su vulneración condenada sin matiz alguno”.
El Presidente dijo que “el golpe de Estado y la dictadura chilena, La Moneda bombardeada, la muerte del Presidente Salvador Allende, estremecieron a millones de hombres y mujeres alrededor del mundo, los que habían visto en Chile una esperanza de cambios profundos en democracia y en pluralismo”.
Por otra parte, también aprovecho de hacer “nuestro homenaje a los diplomáticos extranjeros que hicieron sus mejores esfuerzos en momentos durísimos de nuestra historia, que se enfrentaron al miedo y el terror, que se enfrentaron a la dictadura para poner un poco de humanidad en la mirada de los perseguidos y sus hijos”.
El mandatario reconoció que es parte de una generación que recuerda vagamente el fin del régimen militar, porque “fue dictadura hasta el final”, recordando al respecto el crimen del dirigente del MIR Jecar Neghme el 4 de septiembre de 1989 en pleno centro de Santiago.
“Atesoremos que el sacrificio de quienes nos antecedieron en la historia larga de nuestra patria, nos interpela a cuidarla día a día. Los invito a pensar a cada uno de ustedes, no sólo en formato discurso, sino de verdad a cada uno de ustedes en sus padres, en sus madres, en sus abuelos y abuelas”, convocó a las nuevas generaciones.
Javier Salvo/Aton Chile
También destacó a quienes lucharon contra la dictadura. “Aún en la noche más oscura hubo quienes valientemente lucharon para que no perdiéramos lo que con tanto esfuerzo habíamos avanzado, los que guardaron un pedacito de historia para contarla, los que grabaron un cassette y lo pasaron de mano en mano, los que enterraron sus libros”, indicó.
Para el Presidente, “tenemos la verdad, tenemos la responsabilidad de afrontar lo sucedido en esos años con verdad, justicia y reparación. Y sólo asumiendo las deudas del pasado y sanando realmente esas heridas, cosa que no se puede decretar con una carta al diario o una interpelación a las víctimas, será posible una convivencia en armonía”.
