El doctor en ciencias sociales y académico de la Universidad Mayor, Alejandro Olivares, aseguró que la crisis de seguridad en Ecuador se agudizó durante la última década, pero que tiene sus raíces en los años 70, con la entrada del narcotráfico a dicho país.
En conversación con la primera edición de Radioanálisis, el docente agregó otros factores como “la pandemia, la reinvención hacia lo interno de estas bandas y el control que tienen, prácticamente absoluto, de las cárceles desde hace mucho tiempo, hace mucho más de ocho años. Todo eso, termina por gatillar una situación como la que estamos viviendo ahora”.
Además, planteó que en Ecuador “hay una debilidad institucional permanente”. “Tenemos una rotación de ejecutivos en que solo durante el período de Correa hay cierta estabilidad y algún grado de continuidad en las políticas públicas orientadas al crimen organizado, pero también durante el período de Correa se suele señalar que es el momento en que las mafias rusas llegan a Ecuador”, precisó.
“En definitiva, lo que hay es una debilidad institucional permanente, un Estado incapaz de hacer frente a muchos de los problemas que está viviendo y que prefiere mirar para el lado. El sistema político prefirió convivir con eso, tratar de aislarlo, acotarlo a ciertos lugares y tratar de vivir con ello”, estimó.
En esa misma línea, Olivares señaló que existe un “pacto de convivencia” con el narco. “En Esmeraldas, por ejemplo, algunos lugares en Guayaquil, pero quien pacta, ya sea por omisión o directamente con organizaciones de narcos, finalmente termina muy mal. Ellos van a avanzar, van a tomar el control, su naturaleza es querer ser ellos los dueños de la coacción física, no el Estado, no otras organizaciones y eso a la larga termina por avanzar”, advirtió.
En ese escenario, el académico indicó que es necesario un Estado “que asegure el bienestar de las personas” , de manera de hacer frente también a la protección que ofrece en narco a los ciudadanos mediante la instalación de un Estado paralelo.
“El Estado tiene que proveer la infraestructura necesaria para que la gente que está en ese territorio viva bien y cuando hablamos de que el Estado está fallando, es porque no está siendo capaz de entregar, de darle la gente las condiciones mínimas para ello. Eso es complejo y no tiene que ver con definiciones políticas, sino con el fin último del Estado que es asegurar el buen vivir de la gente”.