"Es imposible una hoja de ruta con Rusia colocando condiciones": el entrampado cierre de la Cumbre por la Paz

En la cita, Chile resultó ser el único país latinoamericano con gobierno de izquierda que suscribió el acuerdo, lo que, para el analista Guillermo Holzmann, termina instalando "una línea coherente en términos del respeto al derecho internacional".

En la cita, Chile resultó ser el único país latinoamericano con gobierno de izquierda que suscribió el acuerdo, lo que, para el analista Guillermo Holzmann, termina instalando "una línea coherente en términos del respeto al derecho internacional".

Respeto al derecho internacional y a los derechos humanos. Ese fue el énfasis de las declaraciones entregadas por el presidente Gabriel Boric, así como por el canciller Alberto van Klaveren, en un fin de semana marcado por la realización de la Cumbre por la Paz realizada en Suiza.

El encuentro finalizado este domingo no tuvo un acuerdo unánime entre los países invitados, y es que, en total, fueron 84 los firmantes, restándose así una docena de naciones entre las que se encuentran Brasil, Colombia y México. Un detalle no menor, luego de la intervención del presidente Boric el sábado, puesto que los países mencionados son parte de lo que alguna vez fue llamada “la nueva izquierda latinoamericana”.

Sobre esta situación conversó con Diario y Radio Universidad de Chile el analista internacional Guillermo Holzmann, quien partió explicando que la realización de esta cumbre desde su inicio vaticinaba entrampamientos para llegar a un objetivo común.

“Lo que inicialmente iba a ser una gran cumbre, finalmente termina siendo una reunión de muchos países que buscan poder establecer una hoja de ruta que haga viable la paz. Pero a lado de eso, está el tema de Rusia, que no fue invitada nunca, China no asiste, y Estado Unidos lo hace solo a través de su vicepresidenta, Kamala Harris”, apuntó.

A esto, según Holzmann, se suma el hecho de que el encuentro se realizó fuera de la órbita de Naciones Unidas, la cual en su análisis pudo tender un rol más preponderante; y de la OTAN, esto en miras de lograr que el conflicto no escale a nivel nuclear y así “tener los controles necesarios para evitar que así sea de parte de todos los países”.

Asimismo, el analista recuerda que en la previa Rusia había planteado sus propias condiciones para la paz, las cuales incluían mantener su dominio sobre los territorios ocupados y un compromiso de Ucrania de no integrarse a la OTAN.

“Esos dos elementos conllevan a un rechazo que queda expresado en el documento que emana de la cumbre, donde todos los países consideran que un acuerdo de paz supone la integridad soberana de Ucrania. El documento final deja evidencia que es imposible una hoja de ruta en la medida en que la contraparte, Rusia y Putin, estén colocando condiciones que claramente no están sobre la mesa”, explicó Holzmann.

En tanto, en Chile, luego de las declaraciones emitidas por el presidente Boric, las reacciones en su sector incluyen algunas críticas, principalmente del lado del Partido Comunista, las cuales, si bien reconocen la autoridad del Mandatario en materia de política internacional, cuestionan, entre otras cosas, la ausencia de Rusia en la Cumbre.

En contraposición, el diputado frenteamplista, Gonzalo Winter, en entrevista con TVN, reconoció la complejidad de la situación de Ucrania, pero aseguró que “la posición de Chile es correcta: Ucrania es un país invadido, Rusia es el país invasor”.

Esta premisa es justamente lo que en el análisis de Guillermo Holzmann es lo que deja claro la participación de Chile en este encuentro, puesto que “más allá de cómo lo dijo el Presidente, deja instalada una línea coherente con la política exterior chilena en términos del respeto al derecho internacional, a los derechos humanos y al fortalecimiento de las democracias”, aseguró.

“La forma en que lo dice probablemente podría aparecer confusa en términos de señalar que Putin no es de izquierda ni puede ser un referente de izquierda, cosa que va a tener más de alguna complicación para países que son socios de Rusia, como quedó en evidencia en la votación del documento final”, agregó Holzmann.

“La participación del presidente Boric tiene dos elementos, mantiene lo que son ejes importantes para la política exterior chilena, pero coloca lo que es su percepción de cómo el personalmente ve el mundo, que no tiene que ver con la política exterior sino con su visión política del mundo, cosa que probablemente va a generar más de una crítica“, finalizó.





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