Esta semana, la compleja situación que atraviesa la Universidad de la Frontera (UFRO) y la denuncia de una ola de despidos masivos en otras universidades estatales, generaron preocupación por el estado financiero de la educación pública.
En ese contexto, en conversación con la primera edición de Radioanálisis, el subsecretario de Educación Superior, Víctor Orellana, señaló que el Gobierno está interesado en fortalecer estas instituciones, pero apuntó a que la solución no solo está en entregarles más recursos.
“A veces es la propia abundancia de recursos la que genera situaciones de difícil administración, a veces se tienen recursos y se comprometen en inversiones o en contrataciones que no resultan sostenibles en el tiempo, entonces, no es un problema solo de recursos”, insistió.
Pese a que reconoció que sí hay planteles que requieren un mayor apoyo, como las universidades de Magallanes o de Aysén, “que están ubicadas en lugares de baja densidad población y naturalmente van a tener menos matrícula”, según Orellana, “se trata de varias situaciones que constituyen un escenario que tenemos que abordar en su complejidad”.
A juicio del subsecretario, el elemento central que aqueja a las instituciones públicas, “es que no tenemos un régimen institucional adecuado para las universidades del Estado y capacidades de administración adecuadas a ese régimen institucional”. “Por lo tanto, lo que ocurre, es que entramos a una especie de cultura del déficit, nos acostumbramos a funcionar de una manera subóptima y eso va generando varios problemas”, dijo.
En esa línea, Orellana aseguró que “al Gobierno le queda un proyecto de ley de educación superior que presentar”. “Siempre dijimos que íbamos a presentar un proyecto de ley que termina con el CAE, que moderniza el financiamiento, pero además, vamos a presentar otro proyecto de ley y una serie de ajustes necesarios para el proceso de modernización. En ese proyecto de ley vamos a hacer ajustes a la educación pública porque requerimos una mejor institucionalidad y a su vez, vamos a trabajar para que esa educación pública tenga una orientación, una planificación, para ayudar al desarrollo del país. Que no sea simplemente un conjunto de instituciones que, como se creyó en algún momento, compiten unas con otras como si esto fuera un mercado”, indicó.
De todas maneras, el subsecretario de Educación Superior advirtió que la transformación será progresiva. “Como nos interesa mucho el desarrollo de la educación pública, estamos disponibles para hacer estos cambios, que por supuesto son lentos y no se resuelven en cinco minutos, pero requieren que cambiemos nuestra actitud. Que nos dispongamos a una transformación paulatina de reconstrucción de la educación pública y que salgamos de una situación en que la educación pública tuvo que defenderse de un entorno institucional hostil, como ocurrió con las políticas de mercado en Chile. Vamos a salir, vamos a cambiar la tendencia pero esa transformación va a tomar un tiempo más largo”, sostuvo.