Bajo la premisa de la descentralización, la cuarta edición de Festival Cortos en Grande llegó a la Casa del Arte Diego Rivera en Puerto Montt, en donde esta semana comenzó a proyectarse una inédita muestra de cortometrajes realizados por jóvenes talentos menores de treinta años de Chile y el mundo. El encuentro será hasta el miércoles 16 de noviembre y es organizado por Fundación Viart y Balmaceda Arte Joven (BAJ).

Puerto Montt es la segunda locación de este festival que arrancó el 4 de noviembre y terminó el 9 del mismo mes en Valparaíso. Próximamente se instalará también en Antofagasta, Santiago y Concepción.

En conversación con Radio y Diario Universidad de Chile el director de Fundación Viart, José Gil, sostuvo que cuando comenzaron el proyecto junto a Balmaceda Arte Joven llegar a cinco regiones del territorio nacional era una sueño para la organización, no solo con el objetivo de descentralizar los cortometrajes, sino también para lograr la circulación de los proyectos de jóvenes realizadores.

“Que se pudiera ver cortos del norte en el sur y cortos del centro en otras regiones era lo que queríamos. Por eso hemos trabajado en estas cuatro ediciones para mantener exhibiciones en cinco espacios muy importante de las regiones, no solo en las sedes de Balmaceda Arte Joven sino también en salas de cine independientes”, señaló

La directora ejecutiva de Balmaceda Arte Joven, Loreto Bravo, sostuvo que la presencia en diferentes regiones, junto a la participación de realizadores y realizadores de distintas partes del territorio nacional, es una característica permanente de este proyecto. Así, consideró que dar espacio y difusión a todas las miradas y contextos del país es “una cuestión de justicia”.

“Contribuye a enriquecer nuestra propia mirada de la realidad, ampliar los repertorios y la apreciación que tenemos del mundo. Son precisamente estos materiales creativos los que nos traen distintas expresiones de esa realidad”, afirmó a nuestro medio.

Cambio de paradigma en los equipos y escuelas de cine

El Festival Cortos en Grande aterrizó en la capital de Los Lagos para exhibir 21 cortometrajes que integran la competencia nacional. Entre ellos, dos dirigidos por realizadores de la región: Pandemiau, la historia animada de la osornina Nasstia Velásquez que relata los días de una gata y su familia en cuarentena; y Bivalva, de Gabriel Montiel, drama social filmado en Calbuco que expone la violencia a la que aún son sometidas las mujeres.

La también especialista en estética, Loreto Bravo, destacó que tanto Fundación Viart como BAJ tienen un compromiso férreo con la no discriminación en todos los ámbitos. De esa manera, gracias a que las muestras tienen como autores o autoras jóvenes menores de 30 años, los cortometrajes pueden acercarse a una observación contingente y muy crítica de la realidad.

“La discriminación y violencia de género es un tema muy importante, tanto para denunciar como para poner en circulación de manera positiva la subjetividad de las mujeres”, explicó Bravo.

En ese sentido, José Gil expuso que más de la mitad de los cortos de las muestras de este año son dirigidos por mujeres. “Eso representa un cambio de paradigma en las escuelas de cine y en los equipos, en donde las mujeres quedaban relegadas a los roles de dirección de arte, fotografía, producción de vestuario o maquillaje, pero ahora también se les da la oportunidad de dirigir”, reconoció.

El director de Fundación Viart indicó que aquello marcó las tramas de las piezas audiovisuales ya que más de 10 cortos abordan temáticas relacionadas con temas de géneros, lo cual según Gil “aporta muchísimo a las discusiones que estamos viendo hoy no solo en Chile, sino a nivel mundial”.

Además, Bravo indicó que gracias a la colaboración de la programadora Parisa Ghasemi traerán al Festival Cortos en Grande la voz de las mujeres iraníes, “que en este momento han movilizado al movimiento feminista internacional con su denuncia valiente de la grave discriminación, incluso con resultado de muerte, que están experimentando”.

Por otro lado, respecto al desarrollo de los cortometrajes de animación chilena, la directora ejecutiva de BAJ destacó la búsqueda de los nuevos lenguajes que se reconocen en las hibridaciones de la animación y la fotografía que ya conocemos. Bravo señaló que esa investigación se hace notar, por lo que esperan concitar apoyo público y privado para que las búsquedas alcancen su potencial.