La intensificación de los ataques de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) sobre posiciones vinculadas a Hezbolá ha provocado la ola de evacuaciones forzadas, en su mayoría personas que huyen de la zona sur del país de Oriente Medio.
A solo un día de los ataques lanzados contra Teherán, que según las autoridades iraníes solo causaron “daños limitados”, las Fuerzas de Defensa israelíes afirmaron que eliminaron a 70 “terroristas de Hezbolá” y 40 enemigos en Jabaliya.
Sin aportar pruebas, el Estado hebreo aseguró que el lugar acogía centros de comando de Hezbolá. Se espera que el ataque genere la llegada de una multitud de personas a Beirut, donde ya hay miles que pernoctan en las calles o playas de la ciudad.
Los bombardeos contra la periferia sur de Beirut, bastión del movimiento chiita libanés, se producen al día siguiente de que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, acusara al grupo proiraní de tratar de asesinarlo.
Entre los fallecidos del ataque aéreo hay doce mujeres y dos niños, según la ONU. Desde el inicio del conflicto de Israel contra Hezbolá, por primera vez Aïtou, localidad de mayoría cristiana, es objetivo de disparos provenientes del Estado hebreo.
El jueves, la fuerza de Paz de la ONU acusó a Israel de disparar “repetida” y “deliberadamente” contra sus posiciones. Desde entonces, cinco cascos azules han resultado heridos, al menos dos por acción de fuerzas israelíes.
Esto afectaría a una veintena de poblaciones del sur de Líbano. Desde Naciones Unidas consideran indicios de que Israel podría estar cometiendo un crimer de guerra al no garantizar la seguridad a la población gazatí desplazada por el conflicto.
La manifestación arrancó durante la mañana de este sábado 5 de octubre en el frontis del GAM, en el contexto de una convocatoria mundial. Esto, en medio de la agudización del conflicto armado en Oriente Medio.
Uno de los más destacados asesores de la Casa Blanca sobre el conflicto en Oriente Próximo desmintió categóricamente que Estados Unidos diera su aprobación a Israel para invadir el sur del Líbano, tal y como lo han informado durante esta semana.
El Ejército de Israel informó este jueves haber matado a 60 supuestos miembros del partido-milicia chiíta Hezbolá en bombardeos ejecutados durante las últimas horas contra el sur de Líbano, incluido uno contra la sede de la Alcaldía de Bint Yabal.
El país liderado por Netanyahu reconoció que los centenares de misiles lanzados por Irán sólo lograron impactar bases militares. En tanto, las naciones del G-7 condenaron el ataque y buscan sanciones contra la república islámica.
El analista internacional destacó, además, que el relativo éxito de la ofensiva israelí le ha permitido a Netanyahu posicionarse con la imagen que él siempre ha querido: como el “salvador” del Estado judío.
El Ejército de Israel lanzó este miércoles más de una decena de bombardeos contra los suburbios del sur de la capital de Líbano, Beirut, bastión del partido-milicia chiíta libanés Hezbolá, mientras que han seguido atacando otras zonas del país.
“Continuaremos haciendo todo lo necesario para que los ciudadanos de Israel puedan regresar a sus hogares en paz y seguridad”, ha dicho en unas declaraciones publicadas por el Ejército a través de su cuenta en la red social X.
El presidente Estados Unidos afirmó que el deceso del secretario general de la milicia chií fue “una medida de justicia”. Al mismo tiempo, sostuvo que el objetivo de su país es desescalar los conflictos en Gaza y Líbano.
El ejército israelí anunció que “eliminó” al jefe del movimiento islamista libanés en un bombardeo. Después de horas de silencio, el grupo proiraní ratificó su fallecimiento, calificándolo de “mártir”.
En total, más de 90 mil personas se vieron forzadas desde el lunes a abandonar sus hogares a causa de los ataques del Estado judío, según un recuento de la ONU de este miércoles.