Con un acto cultural en el Campus Juan Gómez Millas se clausuró la semana por la Solidaridad y Responsabilidad Social de la Universidad de Chile, donde los alumnos de nuestra casa de estudios cambiaron las aulas por la ayuda solidaria en terreno a los afectados por el terremoto.
En el programa Semáforo de nuestra emisora, el presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH), Julio Sarmiento, hizo una positiva evaluación de la participación de los estudiantes en las actividades y destacó que se trató de una semana histórica para el plantel. “Hace mucho tiempo que la Universidad de Chile no decidía en forma institucional postergar clases para involucrarse en este tipo de actividades. Nosotros viajamos al sur con el rector (Víctor Pérez) y cuatro decanos, lo que es poco visto en el último tiempo”, dijo.
Desde los primeros días después del terremoto, la FECH recibió y organizó la ayuda como centro de acopio y que más de 8 mil voluntarios se desplazaron a trabajar a zonas afectadas de la Región Metropolitana y más de 500 a localidades como Tirúa y Parral.
El presidente de la FECH advirtió que el fin de la semana solidaria no implica el término de la ayuda y recordó que existe una cuenta corriente donde se pueden depositar los aportes de la campaña “Luca por nuca”
Además, Sarmiento recalcó que la compleja situación de los damnificados no se soluciona sólo con voluntariado y destacó la importancia de que tanto la universidad como la sociedad en su conjunto no se olviden de que se trata de un trabajo a largo plazo.
“Yo haría un llamado a que la gente no se olvide de lo que pasó, no sienta que está resuelto todo, que las personas con mediaguas van a estar bien, que no piense que esto en dos o tres meses se solucionará sino que aquí tiene que haber una responsabilidad de parte del Estado, que tiene que haber una reconstrucción que conserve las identidades culturales, que ponga énfasis en la conservación de los espacios públicos, que rearticule el tejido social”, subrayó.
Julio Sarmiento manifestó además su confianza para poder crear una mesa de diálogo con las autoridades universitarias para auxiliar a los más de 1500 alumnos de las regiones afectadas por el sismo, eximiéndolos de pagar la matrícula, no cobrarles intereses por mora y reconstruyendo el destruido hogar universitario.