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Año XVI, 19 de abril de 2024


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Nada nuevo bajo el sol


Martes 22 de enero 2013 9:55 hrs.


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Señor Director:

A la luz de los acontecimientos políticos  económicos y sociales que se desarrollan en Chile en estos 13 primeros años del siglo 21, sería interesante saber  que opinaban, y cual era el análisis y la solución a los problemas de la época, de los periodistas y escritores  de principio del siglo pasado. Uno de estos personajes, fue el Cronista escritor y narrador Joaquín Edwards Bello, que nació en 1887; como Ud. sabe obtuvo el Premio Nacional de Literatura en 1943, y el Premio Nacional de Periodismo en 1959. Sus escritos o columnas-como se denomina hoy– se cuentan por miles principalmente en el  diario “La Nación”-cerrado por obra y gracia del gobierno del “emprendedor”, en su versión papel, como también la liquidación de toda la infraestructura inmobiliaria, y de su moderna imprenta.

Al leer las crónicas de Joaquín Edwards Bello, da la impresión  como si el tiempo se hubiera detenido, o que uno estuviera leyendo sus columnas con su estilo ágil de ácida crítica, sintiéndose a la vez testigo contemporáneo,  en este nuevo siglo 21 con los sucesos que describe.

Joaquín Edwards Bello fue un balmacedista de tomo y lomo, y no dudó en resaltar las virtudes de estadista del presidente caído. Escribió en enero de 1924: “Los balmacedistas de corazón no podemos aceptar parodias de Balmaceda, cuyo espíritu brilla muy alto. Precisamente, él previó este reventón que amenaza llevarnos nadie sabe dónde. Don José Manuel Balmaceda no puede parangonarse con tales o cuales políticos de ahora, porque su rectitud de hombre público era demasiado grande, su concepto de la honradez fiscal muy claro y su afán de justicia tan visible, que no permitía suposiciones malévolas en cuanto a sus intenciones” .- Y agrega– “Don José Manuel Balmaceda no era sorpresivo. Su vida era un pedestal, y su acción anterior a la Presidencia su programa. Él no fomentó los parásitos, sino todo lo contrario: su programa de obras públicas en cantidad fue dirigido especialmente a combatir el parasitismo, arrancando el dinero a las arcas fiscales. “Atesoremos”, decía, “en ferrocarriles y construcciones públicas los veinte millones en que la renta ordinaria excede anualmente a los gastos, y en diez años habremos realizado con recursos propios obras útiles por valor de doscientos millones de pesos”.

Y resumiendo el texto, concluye Edwards Bello su crónica sobre Balmaceda: “Medítese bien en este párrafo del Presidente Inmortal; medítese bien esa honradez profunda que trasciende, el cuidado por el caudal público, por el dinero de todos. Los gobiernos actuales, en cambio, marchan con verdaderas nubes de zánganos pagados como príncipes; cada día se crean nuevas sanguijuelas”. Después de la caída de Balmaceda la corrupción se desató en todos los niveles lacra que volvió con más fuerza, después del derrocamiento del presidente Allende donde llegó a niveles de saqueo.

Y qué dice  respecto a los bancos y la usura: “Desgraciadamente, en este país desprovisto de leyes modernas, todos los abusos se cometen a costa de una mayoría de humildes, en  beneficio  de una minoría de privilegiados que todo lo tienen y todo lo pueden” .-y sigue- “En general, el elevadísimo sueldo que ganan los gerentes de bancos, tiene por objeto impedir que especulen. En Chile no se ha podido conseguir esto, y el escándalo del Banco Popular no fue más que una vista con lupa lo que ocurre en muchos otros bancos”.

Y de los empleados: “En general, la suerte de los empleados de casas bancarias o comerciales, tiendas incluidas principalmente, están desamparados en Chile, porque no se han aliado en sindicatos y así no representan fuerza de ninguna clase”.

A propósito del cierre de La Nación, seguramente Joaquín Edwards Bello habría sido uno de los grandes críticos ante semejante, y cavernaria medida. Pero veamos qué decía sobre las responsabilidades de la prensa: “Para todos los periodistas, la clausura de un diario en cualquiera condición que sea es un golpe rudo…En la paralización de El Diario Ilustrado siento la muerte de un ser monstruoso y vivo que ayer no más palpitaba, jadeaba, bullía de ideas () Porque el Diario Ilustrado fue un gran diario, y esto que siento yo ahora lo sintieron ayer noblemente don Eliodoro Yáñez, y don Carlos Dávila. El propietario y cabeza de La Nación fue por impulso propio y espontáneo a pedir al gobierno la reapertura del diario, que ayer no más le atacaba sin piedad.

Respecto a nuestros vecinos, y al gasto militar: “En Buenos Aires se ven raras veces uniformes en las calles; los militares visten casi siempre de paisano(…)En Argentina ha florecido una generación de estudiosos dedicados a los estudios sociales de preferencia, tales como Ingenieros(…)la medicina, la sociología, la agricultura científica, las estadísticas modernas florecen allá”(….)-Luego agrega-“Aquí-en Chile- gastamos casi todo el presupuesto en guerra-ministerio- y marina, aún cuando vencimos al Perú casi sin elementos hace más de cuarenta años”.-   Actualmente, Chile es el país que ostenta el más alto gasto militar de la región, con la ignominia de permitir una base militar de EE.UU., en Con-Con.

Finalmente, su crítica a la “clase” política y empresarial: “El pueblo se deja guiar ciegamente en las elecciones () aunque por ese día de jolgorio queda amarrado cinco años. Aquí en Chile, los gestores, que  llamamos Judas de la patria, son los sostenedores de todas nuestras miserias. Los que negocian con empréstitos, los que tuercen expresamente los negocios fiscales para medrar, los que defienden monopolios extranjeros, carecen de conciencia civil”.-Prosigue– Los extranjeros saben el precio  de esos intermediarios triunfantes y los solicitan cuándo, y como les da la gana. ¿Cuál es el sistema que los monopolios extranjeros emplean para establecerse en Chile a costa de la gran mayoría sobre cuyas espaldas caerá el peso del abuso? La costumbre es contratar un abogado que figure en la política”- Ahora lobystas.Y ésta-“Yo aseguro que en ningún país del mundo existe la libertad para especular como en este país: en ninguna parte se juega tan desenfrenada con el bienestar nacional, con las actividades mineras () Al que triunfa en la Bolsa, o sea, al que se enriquece rápidamente, contrariando todas las leyes de fraternidad social y humanidad, se le ensalza en forma desmedida.

Las crónicas de Joaquín Edwards Bello, no dejan indiferente a nadie y, en este contexto pero desde una perspectiva contemporánea, demuestran en forma fehaciente que no hay nada nuevo bajo el sol.

Le saluda Atte.,
Eduardo Villegas T.

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