Contundente votación en La Haya deja en evidencia fracaso de Cancillería chilena

El fallo adverso de la Corte Internacional de Justicia abrió el debate sobre la capacidad de la diplomacia chilena de hacer frente a las causas pendientes que nuestro país enfrenta con sus vecinos y puso en entredicho la conducción de la política exterior personificada en el canciller Heraldo Muñoz.

El fallo adverso de la Corte Internacional de Justicia abrió el debate sobre la capacidad de la diplomacia chilena de hacer frente a las causas pendientes que nuestro país enfrenta con sus vecinos y puso en entredicho la conducción de la política exterior personificada en el canciller Heraldo Muñoz.

Este es un fracaso de la política exterior de Chile. Esa es la conclusión general a la que arriban diversos analistas y expertos en materia internacional. El categórico 14-2 con el que la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya confirmó su competencia para revisar el fondo de la demanda que Bolivia presentó en contra de Chile, deja en evidencia la debilidad de los argumentos elaborados por el equipo jurídico y el mensaje internacional elaborado desde Cancillería.

Antes de conocer el pronunciamiento de la CIJ se hablaba de las desventajas de la postura chilena basada, únicamente, en el argumento jurídico que defendía la intangibilidad de los tratados, en este caso el firmado en 1904. Por el contrario, la política exterior boliviana elaboró, a partir de lo legal, una defensa política y emotiva cuyo fin es recuperar la “cualidad marítima de la que fue despojada”.

Organizaciones internacionales y gobiernos de todo el mundo se fueron sumando a la postura planteada desde el Palacio Quemado. A diferencia de los límites territoriales defendidos por el canciller Heraldo Muñoz, se sumaban voces que llamaban al diálogo entre pueblos hermanos.

“No tiene sentido seguir desangrándonos”, dijo al programa Semáforo el historiador y académico de la Universidad de Chile Sergio Grez. La declaración buscaba reflejar la necesidad de modificar la política hoy encabezada por el canciller Muñoz, pero transversalizada por los últimos gobiernos, en el sentido de abandonar la teoría de “cuerdas separadas”.

Al conocerse la resolución, Muñoz insistió en que en materia de límites nada se ha perdido. De inmediato, usuarios de las redes sociales fueron multiplicando sus críticas a la arrogancia del Canciller, al no reconocer el categórico mensaje recibido desde La Haya.

Horas antes, el Ministro había mencionado que Chile no perdería en ningún escenario. Incluso, si la Corte determinaba desechar la excepción preliminar presentada por el agente Felipe Bulnes ante el tribunal.

El analista internacional del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile Gilberto Aranda difirió con la postura. A su juicio, no solo es una clara derrota de la política internacional, sino de la forma en la que Chile ha enfrentado sus problemas fronterizos.

En este sentido, Fernando García, director del Magíster en Política y Gobierno de la Universidad Diego Portales, sostuvo que Chile no tiene forma de ganar en el juicio en La Haya, ya que además de que se pueda dar que el resultado final sea desfavorable, y que nuestro país se verá forzado a negociar, si Chile llegase a ganar luego de la presentación de todos los recursos legales, de todas maneras deberá seguir lidiando con la reclamación boliviana.

Además, criticó a la diplomacia chilena por su carácter reactivo y dogmático, y que no pudo hacer frente a una diplomacia estratégica de Perú y Bolivia, y cuestiona que no haya un mea culpa de parte de las autoridades luego que los días anteriores al fallo de la Corte, se haya presentado el planteamiento chileno como sólido y sin posibilidades de perder.

“Todo se lleva a un nivel de política de Estado, lo que impide que la gente realmente discuta de política exterior, y no se cuestione ni se critique con lo que la política exterior se vuelve dogmática a, en donde nadie puede poner un punto de vista distinto. ¿Y cuál es el dogma mayor? Es que acá hay un respeto por el derecho internacional, lo que se firma se cumple, y no vamos a ceder un pelo sobre aquello. ¿Por qué no se puede cuestionar eso? No tengo idea, es simplemente porque no se puede cuestionar, se eleva a un nivel dogmático. Yo creo que ese es un gran error, nosotros deberíamos poder cuestionar este tema”.

Héctor Morales, antropólogo y profesor de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile, destacó que al interior del desarrollo económico liberal se está dando el debate de integración de grupos históricamente marginados a las estructuras sociales mercantiles, y allí también se enmarca el debate por la multiculturalidad, cuestión que en Chile no se ha llevado a cabo.

“Me da la impresión que no sólo están desactualizados, sino que intencionalmente Chile no quiere asumir una condición multicultural, la Constitución es clara en eso en términos de que es nuestra carta que guía los procedimientos, por lo tanto la Cancillería no podría estar ajena a esa condición monocultural de Chile, un Estado nacional que, probablemente, debe tener una de las constituciones más arcaicas en el concierto latinoamericano, estamos hablando de que hay países como Colombia, México, Perú, etc., que más allá de las posibilidades que tengan de hacer políticas multiculturales, en sus cartas constitucionales las tienen como una especie de marco de navegación”.

El senador y presidente del MAS, Alejandro Navarro, indicó que el Tratado de Paz y Amistad de 1904 entre Chile y Bolivia deberá ser indefectiblemente revisado en el futuro, dadas las condiciones sociales, económicas y ambientales que nuestro país deberá enfrentar. Además, Navarro destacó la popularidad a nivel internacional que la causa boliviana despierta.

“Cambiar el Tratado de 1904 que fijó las fronteras entre Chile y Bolivia, sólo puede hacerse si hay acuerdo común entre las partes y no hay acuerdo común. Creo que eso va a variar en el futuro: cambio climático, crisis energética, crisis alimentaria, la crisis del agua, todo eso va a llevar a que en el futuro esto sea muy distinto, pero por ahora, creo que esta generación no va a ser capaz de enfrentar una salida pacífica a este conflicto con Bolivia”.

Todos los consultados coincidieron en criticar la posibilidad planteada por algunos personeros políticos de que Chile se retire del Pacto de Bogotá de 1948, ya que contravendría el principio básico de política exterior de la intangibilidad de los tratados, lo que incluso sería otorgar un nuevo argumento a Bolivia para enriquecer su demanda.

La resolución

Ahora se avecina un juicio que por años enfrentará en el Tribunal internacional a ambos países. Mientras tanto, el Presidente Evo Morales volvió a insistir que es momento de “dialogar” y no esperar que la justicia determine algo que pueden resolver los pueblos.

El analista internacional Pablo Jofré comparte esta visión. Sin embargo, reconoce su poca esperanza de que las cosas puedan cambiar en Chile

Por el momento, las críticas a la nueva derrota de Chile en la Corte seguirán dando pie a múltiples reacciones y reflexiones, entre ellas, si debe Heraldo Muñoz abandonar su puesto y, de paso, Chile abrirse a nuevas formas de relacionarse. Unas más acordes con los tiempos y con las necesidades de los pueblos, explicó Jofré.

Mientras Gilberto Aranda propuso que en tiempos de abundantes comisiones, por qué no abrirse a la posibilidad de crear una que trabaje en la paz de la frontera, donde las opiniones de los habitantes del lugar sean fundamentales a la hora de definir las soluciones para otorgar una salida marítima a Bolivia.





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