Hace pocas semanas atrás, cuando nos enteramos de los ataques injuriosos, mal intencionados y viles en contra de nuestra radio Universidad de Chile y de nuestro Director Juan Pablo Cárdenas; no dudamos un segundo en dar a conocer nuestro repudio y nuestra solidaridad con una de las pocas personas que en el campo del periodismo; se ha atrevido y se atreve cotidianamente, a denunciar a los corruptos, vengan de donde vengan y estén donde estén.
Claro está, que en este cometido, no solo ahora en esta supuesta democracia, que no deja de ser tutelada y controlada por los grandes grupos económicos que quintuplicaron muchas veces sus riquezas gracias al modelo heredado de la dictadura y administrado por cierto, a posterior del advenimiento de la democracia, primero por la Concertación y ahora por la Nueva mayoría y toda su clase política, que día a día, el pueblo, o la ciudadanía o como quieran llamarle, les ha venido dando la espalda y su única herramienta, frente a toda frustración y falta de alternativa, ha sido la abstención electoral.
Pero también en los tiempos de la represión, en plena Dictadura, nuestro Director fue constantemente atacado y reprimido para intentar acallarlo a él o al medio en el cual estuviera laborando, como es el caso de la Revista Análisis, cerrada, clausurada y censurada en muchas ocasiones por los poderes facticos, que ayer lo hacían con las armas y hoy lo hacen con el abuso de poder mediático y en el uso de los medios de comunicación que no vacilan en venderse y doblegarse a dichos poderes económicos. No por casualidad en esos tiempos dictatoriales, a nuestro Director incluso, se atrevieron a agredirlo directamente quemando su casa en la VI Región.
Tanto la radio como nuestro Director, no necesita permiso ni pauteo de nadie, de ninguna corporación o multinacional que determine en decir o no decir y denunciar los hechos de corrupción e identificar, con nombre y apellido, a los involucrados y delincuentes de cuello y corbata que hoy en día, hacen un festín en el aprovechamiento y en la impunidad de los poderes que en otras circunstancias, ya hace mucho rato deberían estar tras la rejas.
En el escenario actual de la política en Chile, frente a todos los actos de corrupción de extremo a extremo, donde ya no queda casi nadie que se pueda salvar, no resulta tan extraño que surjan estrategias y patrañas para intentar acallar a los que no están en el mismo circulo, a los que no se doblegan y con la misma valentía de siempre, continúan al frente dando la batalla por una mayor verdad, transparencia y dignidad para Chile y su pueblo.
Hoy más que nunca, quiero insistir en la solidaridad y en el reconocimiento, donde una vez más, con la decisión de nuestro Director de suspender temporalmente sus análisis políticos, hasta que se resuelva judicialmente la investigación en curso, Juan Pablo Cárdenas está dando muestra de esa ética y moral, de esa transparencia ante toda prueba, que es la que requerimos para un nuevo Chile, y que al parecer, lentamente comienza a despertar, ya que no es por casualidad que esos corruptos e inescrupulosos, están temblando de miedo y quieren dar los últimos golpes para impedir su derrota.
No sabemos cuándo ni cuánto falta para que caigan y la justicia los ponga en su lugar, será pronto, mañana o pasado, pero las palabras de cada mañana de nuestro Director y sus comentarios estarán siempre en nuestros corazones y en nuestro puño cerrado para seguir luchando por un Chile justo, donde impere la verdadera justicia y equidad para todos sus ciudadanos.
Toda nuestra fuerza y nuestra solidaridad con la Radio y su Director don Juan Pablo Cárdenas. La verdad siempre nos hará libres.
El contenido vertido en esta Carta al director es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.