El ex presidente brasileño Luis Inacio Lula da Silva compareció ante el tribunal que lo investiga por corrupción y ahora debió prestar testimonio por el uso de un inmueble que habría sido remozado por las empresas Odebrecht y OAS.
Sin entender el tenor de la denuncia en su contra, Lula dijo desconocer la acusación en su contra y así lo hizo saber a la jueza que subroga al magistrado Sergio Moro, recientemente designado como ministro de Justicia del futuro gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro.
Cuando la reemplazante de Moro, Gabriela Hardt, consultó a Lula si sabía por qué había sido llamado a declarar sostuvo enfático “no. Y me gustaría pedir si es posible explicar cuál es la acusación”.
Enseguida, la magistrada dio lectura de las denuncias y que en el caso específico de la declaración del día de ayer apuntaban a que sería el verdadero dueño de una finca en Atibaia, un municipio a las afueras de Sao Paulo. El lugar está inscrito a nombre de Fernando Bittar, hijo del ex alcalde de una ciudad cercana, Campinas, que es amigo de Lula. Al interior la Policía Federal fotografío regalos entregados al ex jefe de Estado, entre ellos toallas bordadas con su nombre y el de su mujer. Además, se puede ver en las imágenes un bote con el nombre de ambos, así como camisetas de deportes y de su equipo, el Corinthians.
Pero Lula dijo no ser el propietario del inmueble e incluso cuestionó el hecho por el cual era llamado a declarar en este proceso. Además, rechazó el haber recibido beneficios para que las empresas Odebrecht y OAS hicieran refacciones a la finca que según el Ministerio Público se realizaron luego que el mandatario los beneficiara con contratos de obras públicas.
En una parte de su alegato, Lula criticó el trabajo del antecesor de la actual magistrada y agregó que “siento que fui un trofeo de la investigación de Lava Jato”.
Además, indicó que “no sé si voy a vivir lo suficiente para que se sepa la verdad porque a los 73 años la naturaleza es implacable. Pero le pido a Dios que en algún momento la historia de este país pueda colocar la verdad de lo que pasó en la Lava Jato, que podría haber sido una cosa hecha correctamente para atrapar al ladrón y, en mi caso, se tomó un desvío. Y espero que podamos demostrarlo”.
Luego subrayó que “no sé por qué nos les gusto, pero era un trofeo que necesitaban entregar. Se oía en la prensa: ‘Si Lula no va a la cárcel no vale’. Ya le dije a Sérgio Moro, la última vez que estuve aquí: ‘Siento decirle que no va a tener otra alternativa que condenarme”.
Además de este proceso, Lula espera sentencia en otras cuatro investigaciones. Desde abril está encarcelado en un recinto policial en Curitiba luego de la sentencia de 12 años y un mes dictada por el futuro ministro de Justicia de Bolsonaro.